Lula y el futuro político de Brasil

Gaspard Estrada

204 0
9 abril,2018 7:04 am
204 0

Gaspard Estrada*
De nueva cuenta, el ex presidente Luis Inácio Lula da Silva hizo historia. Ante miles de seguidores, que lo aclamaron en la sede del sindicato de metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en los suburbios de la ciudad de Sao Paulo, el histórico fundador del Partido de los Trabajadores (PT) remembró su vida como líder sindical, partidista y de Estado, y continuó alimentando su leyenda y su legado político. Ante las amenazas del juez Sergio Moro, que lo intimó a presentarse ante la policía federal a mediados de la tarde del viernes – contrariando para ello la sentencia del tribunal colegiado de Porto Alegre, que no había terminado el proceso jurídico de su condena en segunda instancia– Lula logró evitar que la fotografía de su captura por la policía sea la de un hombre de cabeza baja, disminuido por la condena impuesta por los procuradores del Ministerio Público, por el juez Sergio Moro y los magistrados del tribunal de apelación. En cambio, Lula pudo mostrar que a pesar de encontrarse en una situación de crisis, su olfato político le permitió dirigir un mensaje a los militantes del PT, a los brasileños y al mundo. “Lula ya no es un ser humano, Lula está en todos ustedes”, exclamó el ex presidente. Ante la perspectiva de la elección presidencial de octubre, todo apunta que así será, por más que los jueces intenten callar a Lula. Con casi 40% de los votos, se trata del líder indiscutible de la campaña presidencial que está por empezar en Brasil. A pesar de haber sido condenado, el PT ha dicho que registrará a Lula como su candidato presidencial. Si bien es más que probable que el Tribunal Superior Electoral (TSE) declare inválida su candidatura en agosto, Lula continuará influyendo decisivamente en la vida política de Brasil.
Contrariamente a lo que sucede en la mayoría de los países de América Latina, en donde los líderes políticos acusados de corrupción no disponen de un apoyo popular masivo, más de 10 mil personas se agruparon frente a la sede del sindicato de obreros metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, para expresar su apoyo a Lula. Entre lágrimas y rabia, buena parte de ellos intentó evitar que Lula saliera del sindicato para entregarse, de tal suerte que el fundador del PT tuvo que salir a pie de la sede del sindicato, junto con sus escoltas que estuvieron a su lado desde hace ocho años, cuando Lula dejó la Presidencia de la República. Durante su salida, varios fotógrafos pudieron captar el respaldo popular al ex presidente, de tal suerte que la imagen que registró la prensa internacional no fue la de un hombre cabizbajo, humillado por la policía y los jueces de la operación Lava Jato, sino la de un líder que clamó su inocencia frente a su base política y social.
En cada uno de los principales momentos de la vida política de Lula, el sindicato ha estado presente. Cuando su esposa Marisa Leticia (a la que conoció en ese sindicato a finales de los años 1970 después de haber perdido a su primera esposa a raíz de un parto mal realizado), falleció, el año pasado, fue en el local del sindicato donde se llevó a cabo la oración fúnebre. Cuando terminó su mandato como presidente de Brasil, en diciembre de 2010,  fue en Sao Bernardo que Lula pronunció sus primeras palabras como ex presidente de la República. El regreso al sindicato, donde Lula aprendió a negociar y a hacer política, se inscribe en este proceso.
Si bien Lula está en la cárcel de Curitiba hoy, no quiere decir que su influencia haya desaparecido de la noche a la mañana. Ya en julio del año pasado, cuando el juez Sergio Moro lo había condenado a nueve años de cárcel, muchos analistas decían que se trataba del fin de Lula. Pocos meses más tarde, el líder del PT obtenía un nuevo récord en las encuestas de opinión, llegando casi al 40% de los votos, contrariando todos los pronósticos. Queda claro que las proyecciones son difíciles para el PT, para la izquierda y para Brasil, pero la historia política de Lula está marcada por la perseverancia y la tenacidad. Difícilmente Lula volverá al Palacio del Planalto – sede de la Presidencia de la República–, pero su legado y sus ideas permanecerán en Brasil, en América Latina y en el mundo.
 
* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
Twitter: @Gaspard_Estrada
 

In this article

Join the Conversation