Apaga Cristiano un incendio histórico en el Bernabéu

Si el mundo del futbol vio con perplejidad el derrumbe del Barcelona el martes en Roma, este miércoles estuvo muy de cerca de vivir una gesta aún más impactante...

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11 abril,2018 5:01 pm
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Texto: DPA / Foto: (@realmadrid) Twitter

Madrid, España, 11 de abril 2018. Si el mundo del futbol vio con perplejidad el derrumbe del Barcelona el martes en Roma, este miércoles estuvo muy de cerca de vivir una gesta aún más impactante en el Santiago Bernabéu. Pero Cristiano Ronaldo evitó que se quemaran todos los papeles con un agónico y muy protestado penal en el minuto 98.

Nunca un equipo había remontado como visitante una desventaja de tres goles en una eliminatoria de Copa de Europa. Nunca, en una competición europea, el Real Madrid había convivido con una desventaja semejante en su estadio. 

Lo hizo posible la Juventus, que con una enorme muestra de personalidad, coraje y fe -y una “pizca de locura”, como había prometido Giorgio Chiellini- estuvo a punto de consumar una “Vendetta” histórica ante el Real Madrid, su verdugo en la final del año pasado en Cardiff y en la definición del 1998 en Ámsterdam.

Sin embargo, el equipo italiano murió en la orilla. Fue una insuficiente victoria por 3-1 para la Juventus, que pagó muy cara la derrota por 3-0 en Turín hace una semana. Por primera vez, el Real Madrid pudo superar a la Juventus en una eliminatoria continental a ida y vuelta, un dato que ratifica lo competitivos que pueden ser los turineses cuando se trata de partidos de 180 minutos.

Un enorme tifo violeta con la imagen de un tiburón cubrió toda la curva sur del Bernabéu antes del inicio del partido, pero el equipo que salió con los dientes afilados en la gélida y ventosa noche de primavera en Madrid fue la Juventus. Mario Mandzukic anotó a los 80 segundos el gol más rápido contra el Real Madrid en el Bernabéu en la Champions y en una jugada calcada el croata amplió distancias antes del final del primer tiempo.

Foto: EL portugués Cristiano Ronaldo.

La sorpresa cobró ya dimensiones monumentales cuando un error de Keylor Navas dejó servido el 3-0 a Blaise Matuidi en la segunda etapa. El partido se iba a la prórroga y un gol más de la Juventus habría obligado al Real Madrid a anotar dos tantos. Los hinchas italianos en una esquina de la curva sur enloquecían, Cristiano respondía animando a su público y el Bernabéu era un hervidero.

En ese escenario de máxima tensión apareció, cuándo no, Cristiano Ronaldo, el Balón de Oro, el jugador más decisivo que tiene el futbol mundial en estos momentos. Contó con la ayuda de Lucas Vázquez, derribado aparentamente en el área por Medhi Benatia, y del árbitro inglés Michael Oliver, que cobró un muy dudoso penal que enfureció a los italianos. Gianliugi Buffon protestó con vehemencia, vio la roja y dejó el campo ovacionado por los propios hinchas del Real Madrid.

Pero el héroe de la noche sería nuevamente Cristiano. El portugués se paró ante una bola muy caliente y disparó con gran personalidad un lanzamiento inatajable para Wojciech Szczesny. El portugués se quitó entonces la camiseta, corrió enloquecido hacia la grada y las cámaras de televisión, y exhibió sus músculos. Hoy es el rey, mal que le pese a una más que digna Juventus.

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