Alertan sobre pacto contra López Obrador

La posibilidad ha quedado patente tras el debate en el que López Obrador salió indemne de las críticas de sus contrincantes y Meade parece lejos de arrebatar el...

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24 abril,2018 11:44 am
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Texto: EFE / Apro / Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México, 24 de abril de 2018. El primer debate de los candidatos a las elecciones presidenciales de México ha abierto la puerta a un pacto de los partidos de centro derecha para evitar el triunfo del izquierdista Andrés Manuel López Obrador en los comicios del próximo 1 de julio.
La posibilidad ha quedado patente tras el debate del pasado domingo en el que López Obrador salió indemne de las críticas de sus contrincantes en tanto que el oficialista José Antonio Meade parece lejos de arrebatar el segundo lugar en las encuestas al derechista Ricardo Anaya.
“A partir de este debate podría quedar claro, si es que las encuestas lo confirman, que Anaya queda en segundo lugar acercándose un poco a López Obrador”, aunque muy lejos de una victoria por la fragmentación del voto, dijo a Efe el analista político José Antonio Crespo.
López Obrador entró y salió como favorito de este debate que dejó la percepción de que su mayor rival es Ricardo Anaya, aspirante de la alianza de los partidos Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadana (MC), aunque con 20 puntos detrás en las encuestas de opinión.
El oficialista José Antonio Meade Kuribreña, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pretendía estar a estas alturas de la campaña en un claro segundo lugar en las encuestas, pero con la imagen negativa que arrastra el PRI parece difícil que desbanque a Anaya.
Ante esta disyuntiva, sin que Anaya ni Meade puedan realmente, disputar a López Obrador la presidencia los analistas mexicanos comienzan a preguntarse si es obligado ya mismo tratar de alcanzar un acuerdo que evite la victoria del izquierdista.
Es lo que el propio López Obrador denominó durante el debate del domingo el PRIAN, esto es, la combinación del PRI y del PAN para que estos dos grandes partidos se perpetúen en el poder en México.
Con Meade en un claro tercer lugar “quizás se empiece ya a plantear la posibilidad de algún tipo de alianza”, comentó José Antonio Crespo, investigador de Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Crespo consideró inviable que de darse un acuerdo ello signifique que uno de los candidatos anuncie su retirada de la contienda electoral, sino que se buscaría el apoyo al candidato con mas opciones y, en definitiva, el voto útil para que López Obrador sea derrotado.
Crespo afirmó que más bien el acuerdo sería “por debajo de la mesa” y sin reconocerlo públicamente.
“A lo mejor se presenta la posibilidad de que el PRI y Meade digan ‘vamos con Anaya’, pero (sería) por debajo de la mesa porque hacerlo público es absurdo, contraproducente incluso”, subrayó el analista político.
Agregó que hay un primer obstáculo como es la “enemistad y la guerra” que hay entre el gobierno y Anaya, después de que la Procuraduría General de la República (PGR) abrió una investigación por lavado de dinero contra el candidato del PAN.
Para el analista Salvador García Soto es posible que el pacto contra López Obrador ya esté en marcha y como pistas apuntó la coincidencia de Meade y de Anaya en los ataques al candidato de Mprena.
“Se puede presumir que hay este pacto”, declaró a Efe García Soto, autor de la columna política “Serpientes y Escaleras” del diario mexicano El Universal.
García Soto señaló abierta la posibilidad de una renuncia a favor del candidato mejor posicionado o estrategias como las vistas en las presidenciales de 2006 cuando algunos gobernadores operaron en favor del conservador Felipe Calderón, candidato del PAN.
Destacó que el discurso de Anaya va en el sentido de destacar que es el único que puede vencer a López Obrador, por lo que ya ha comenzado a hablar del voto útil.
El analista consideró obvio que si alguna estrategia de pacto o acuerdo está en marcha, el candidato oficial sería el último que va a enterarse y a aceptarlo.
García amplió el espectro de esta alianza más allá del propio gobierno y los partidos porque también están los “grupos de poder” que tienen intereses distintos al proyecto que representa López Obrador.
Un análisis de la firme Llorente y Cuenca sobre el debate presidencial, consideró que el debate dejó la percepción de que López Obrador salió bien parado de las críticas, Anaya se presentó como la alternativa al pasado y Meade como un gran funcionario público que no termina de transmitir emociones al electorado.
 

AMLO ganó el debate porque logró esquivar
los ataques y no perdió su posición: NYT

Este lunes, analistas consultados por el diario The New York Times (NYT) coincidieron en que el abanderado de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, fue el ganador del primer debate entre presidenciables realizado en el Palacio de Minería.
El líder de Morena ganó en sus términos porque no perdió su posición, es decir, por lograr esquivar o “librar” los ataques, destacaron.
El tabasqueño “ganó porque los demás candidatos no consiguieron bajarlo al terreno del debate”, precisó el columnista Esteban Illades.
Carlos Bravo Regidor, profesor de Política y de Periodismo en el Centro de Investigación y Docencias Económicas (CIDE), coincidió: “AMLO llegó al debate a administrar su victoria y así lo hizo. Se quedó en su primer piso observando, cascareando, sin debatir, ganar ni perder, pero él iba a no perder”.
Para Vidal Romero, analista y profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), este primer debate se implanta en una lógica electoral donde se definen a los candidatos en términos de “buenos y malos”, “mafias del poder y ciudadanos limpios”.
En este marco, la ventaja de López Obrador en las encuestas muestra que ha sabido capitalizar el descontento arraigado hacia el actual gobierno por la situación económica y de violencia y esquivar los ataques sin caer en el juego de las provocaciones.
El morenista, dijo, se mostró menos combativo y más a la defensiva, y reiteró el componente moral “regenerativo” de la política como eje central de su plataforma.
“Si en otros ciclos electorales López Obrador fue el candidato enojado —y eso provocaba miedo—, ahora hay tanto enojo que AMLO se nos presenta como el candidato sereno y conciliador”, observó Bravo Regidor.
En una elección en la que el electorado parece gravitar hacia el polo emocional y moral, una de las principales fortalezas de López Obrador parece ser su posicionamiento como aquel candidato que sigue estando “del otro lado del pantano de la corrupción”, expresó a su vez Vidal Romero.
Esta situación, anticipó, puede abrir la posibilidad a una dinámica de campaña renovada de voto útil, en la que tanto las arcas del PRI, el gobierno federal e incluso panistas que habían coqueteado con Anaya, o la antes panista y ahora candidata independiente Margarita Zavala, unan filas contra el exjefe de Gobierno.
De acuerdo con los analistas consultados, el debate consistió en gran medida en un esfuerzo de los abanderados por debilitar al puntero –con 48% de las preferencias electorales–, al criticar sus propuestas más polémicas, como la amnistía a criminales, en un momento en el que los índices de homicidios han alcanzado niveles históricos.
Sobre Ricardo Anaya, candidato de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), la nota difundida por NYT, firmada por Paulina Villegas, precisa que se mostró como el mejor preparado, firme y convincente en el contexto del debate.
“Este desempeño favorable podría significar un fortalecimiento del candidato en las encuestas y de su posición como el opositor más fuerte al candidato de Morena”, apunta.
Sin embargo, recalca, Anaya llegó al debate golpeado por acusaciones —no comprobadas aún— de un presunto lavado de dinero por la compraventa de una nave industrial, lo que algunos consideraron una “guerra sucia” lanzada en su contra a principios de este año.
Por su parte, el abanderado de la coalición Todos por México, José Antonio Meade, no logró corregir durante el debate lo que muchos consideran su “falla de origen”: haber sido postulado por el PRI tras un sexenio con los índices de aprobación más bajos en dos décadas para el partido oficialista.
Ante los ataques de Anaya en los que subrayaba escándalos de corrupción de la actual gestión priista encabezada por Enrique Peña Nieto, el candidato del oficialismo no pudo hacer o decir mucho para que sus propuestas y argumentos (“voy a gobernar para ti y nadie más”) amortiguaran los golpes, abunda el texto titulado “México: un debate presidencial que no cambia las tendencias”.
“Si su objetivo era detener su hemorragia, no lo logró”, consideró Bravo Regidor.
Según los entrevistados, el escenario real del primer debate fue el malestar y el enojo generalizado entre los mexicanos: una población al punto del hartazgo que reconoce entre sus principales males la corrupción sistémica, la violencia, los desaparecidos y la desigualdad.
Y destacaron que el resultado de esta puesta en escena es poco probable que cambie sustancialmente las preferencias mostradas en las encuestas, en las que hasta el momento aventaja cómodamente López Obrador.

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