Texto: Redacción / Foto: (@ChelseaFC_Sp) Twitter
Wembley, Inglaterra, 19 de mayo de 2018. Con pena máxima, pero ganó. El Chelsea se coronó este sábado campeón de la Fa Cup 2018, al vencer 1-0 al Manchester United. El triunfo le dio su octavo título.
Los dos equipos se encontraban las caras por tercera vez en esta temporada, con una victoria para cada uno. Los Diablos Rojos del Manchester United dejaron para otra ocasión la búsqueda de su titulo número 13 para igualar al Arsenal, máximo ganador de la Fa Cup.
Pero eso es historia por venir. Este sábado, en los primeros 15 minutos el encuentro fue parejo. Los dos equipos poblaron el medio campo. Chelsea acertaba jugadas con un poco más de peligro, mientras el United se mantenía a la espera, su típico estilo de juego.
En un chispazo, Hazard salió disparado al marco, pero Jones le cometió falta en el aérea cuando quedaba mano a mano con De Gea, para que Hazard, desde los 11 pasos, con un tiro a la izquierda, adelantara al Chelsea a los 22 minutos de juego.
Los Diablos Rojos quisieron reaccionar antes de irse al descanso, pero la defensiva del Chelsea los frenó. Para el United, el descanso fue como un respiro, un respiro para repensar, releer el juego e intentar hacer lo imposible para igualar el marcador y alargar el encuentro o ganarlo.
Sin perder ningún minuto, el United salió al segundo tiempo en busca de la anotación que lo metiera en la pelea uno tras otro fueron los ataques hacía el marco de Courtois, pero faltó puntería en la jugada final.
Al minuto 63 se abrió un hueco y el chileno Alexis empujó el balón a la red; sin embargo, la jugada se invalidó por una posición adelantada, mientras los azules buscaban un segundo tanto que les diera la tranquilidad para terminar el encuentro.
Los Diablos Rojos no se dieron por vencidos, pero ninguna jugada cuajó. Finalmente, llegó la desesperación y la desconcentración. El segundo del Chelsea nunca llegó, pero no hizo falta.
Así fue el partido:
El conjunto del suroeste de Londres se quitó el mal sabor de boca de la derrota del año pasado -cayó 1-2 a manos del Arsenal- y consiguió salvar su decepcionante temporada, en la que empezó como campeón de la Premier League y acabó quinto clasificado, fuera de los puestos de Liga de Campeones.
La final del torneo más antiguo del mundo -se disputó la edición número 137- fue un reflejo de los entrenadores, Antonio Conte y José Mourinho, con ambos equipos blindados en defensa y centro del campo y poco lugar para la improvisación y el ataque.
Conte dejó de lado su clásico 3-4-3 y salió de inicio con un 3-5-2, con el tridente Kanté, Fàbregas y Bakayoko en la línea de volantes y Hazard acompañando arriba a Giroud. Morata, que ha ido de más a menos esta temporada, despidió desde el banquillo su primer año en el futbol inglés.
Mourinho, por su parte, no pudo contar finalmente con Lukaku, quien había estado toda la semana ‘entre algodones’, y lo reservó de partida. En el 4-4-2 del técnico luso, Alexis y Rashford fueron las referencias en ataque, con Lingard de vértice en el rombo y Pogba, Ander Herrera y Matic completando el centro del campo.
La primera mitad fue soporífera, sin apenas ocasiones ni futbol, y sólo Hazard en una genialidad logró romper el equilibrio. El astro belga, que había avisado en el minuto 9 con un disparo que sacó desde el suelo De Gea, se fue de Jones con un control orientado en carrera y fue zancadilleado dentro del área por el tosco central inglés.
No falló desde el punto de penalti el ’10’, que engañó a De Gea y a los 22 minutos subió el 1-0 al marcador -sumó su tanto número 89 en 300 partidos con los ‘Blues’-.
A partir de ese momento fue el United que se hizo con el control del balón y encerró a su rival en los últimos 25-30 metros, pero no dio en ningún momento sensación de peligro. Los hombres de Conte, replegados atrás, no sufrían y se sentían cómodos buscando algún contragolpe o algún balón suelto que cazara Hazard o que bajara Giroud.
La única aproximación con ligero peligro del United llegó bien entrada la primera mitad, con un disparo del francés Pogba que se marchó fuera.
Los segundos 45 minutos fueron enteramente de los de Mourinho, con el dominio de la redonda (66%-34%) y lanzados en busca del empate. Rashford, hasta entonces desaparecido, probó por primera vez a Courtois con un lanzamiento desde fuera del área que repelió el guardameta belga, antes de que el colegiado, Michael Oliver, anulara por fuera de juego un tanto de Alexis Sánchez, otro que tampoco tuvo su día en Wembley.
Movió piezas Mourinho en busca del empate y dio entrada al renqueante Lukaku por Rashford y a Martial y Lingard. Tampoco dio muestras de mejoría con ellos sobre el campo el United, que pudo haber recibido el segundo de no ser por un fallo clamoroso de Marcos Alonso en un uno contra uno con De Gea que atrapó el guardameta español.
Con el tiempo cumplido Conte movió por primera vez el banquillo y dio unos minutos/segundos a Morata, que ingresó por Giroud, y a Willian, que ocupó el puesto de Hazard. Los cambios mermaron todavía más el ya de por sí lento ritmo del encuentro, al tiempo que la parte norte de Wembley, donde se ubicaban los aficionados del United, se iba vaciando lentamente.
No se volvió a tocar el marcador y el Chelsea, aferrado a Hazard arriba y a un imperial Rüdiger atrás -fue nombrado MVP- se llevó una merecida victoria que le da su octavo título de FA Cup, igualando en triunfos con el Tottenham Hotspur, y le permite cerrar su agridulce temporada con buen sabor de boca.
