La FIFA vuelve a sonreír

Tras una larga travesía por el desierto, el rector del futbol encuentra finalmente su oasis, esa máquina de felicidad y dinero que es la Copa del Mundo.

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10 junio,2018 4:31 pm
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Texto: DPA / Foto: (@fifaworldcup_es) Twitter
Moscú, Rusia, 10 de junio de 2018. Cientos de millones de personas en todo el planeta aguardan durante cuatro años el comienzo del Mundial de futbol. Y entre ellas, entusiasmada como el fan más apasionado o incluso más, se encuentra la FIFA.
Tras una larga travesía por el desierto, el rector del futbol encuentra finalmente su oasis, esa máquina de felicidad y dinero que es la Copa del Mundo.
“Estoy muy feliz por lo que podemos esperar. Rusia demostrará en este Mundial que es un país abierto en el que las personas pueden venir y celebrar el futbol”, dijo Gianni Infantino, el presidente de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), en una reciente entrevista con dpa y otras agencias internacionales.
Infantino vivirá su primer Mundial como presidente de la FIFA, aunque tal vez haya que formular la ecuación a la inversa. Será el organismo el que vivirá su primer Mundial sin su hombre más influyente del siglo XXI, Joseph Blatter, desde Estados Unidos 1994.
El Mundial de Rusia será el primero tras la explosión en 2015 del FIFA-Gate, el escándalo de corrupción que acabó con Blatter e hizo tambalear los cimientos del organismo. Y si bien Infantino logró hacerse con el sillón de mando tras la crisis, el suizo aún debe lidiar con las consecuencias de un pasado que intenta dejar atrás.
Los millonarios juicios y la pérdida de patrocinadores dejaron sus secuelas en las arcas del organismo, por lo que la FIFA no puede permitirse que nada salga mal en Rusia. Pero Infantino asegura estar relajado como pocas veces.
“He organizado torneos durante 20 años y no he visto nunca un país que haga tanto para dar la bienvenida a los aficionados, con el FAN-ID, los visados gratuitos, el transporte gratuito entre y en las ciudades los días de partido. Esto es único”, señaló el suizo. “Pocas veces he estado tan relajado como ahora”.
Antes del partido inaugural del 14 de junio, sin embargo, la FIFA afrontará en la víspera una jornada crucial con la elección del Mundial 2026, el primero de 48 equipos. Si es que este “formato mamut” no se adelanta finalmente a Qatar 2022…
Pero una vez que el balón comience a rodar en el estadio Luzhniki en el partido entre Rusia y Arabia Saudí, Infantino podrá respirar tranquilo. El movimiento de la Telstar 18 de Adidas pondrá fin a gran parte del ruido que rodeó al Mundial de Rusia desde su misma elección el 2 de diciembre de 2010 en Zúrich.
El ente rector del fútbol se encuentra en una ciénaga desde que el comité ejecutivo de la FIFA eligió simultáneamente a Rusia y a Qatar como las respectivas sedes de los Mundiales de 2018 y 2022. Aquella votación, cargada de sospechas que nunca pudieron ser del todo comprobadas, como reconoció el informe del investigador Michael Garcia, desató la ira de Estados Unidos e Inglaterra y, posiblemente, haya tenido algo que ver con la investigación del FBI que derivó en el FIFA-Gate.
El ruido en torno al Mundial de Rusia, sin embargo, proviene de varios frentes. Es que la tensión política entre la Rusia de Vladimir Putin y las potencias occidentales no ha hecho más que crecer en los últimos meses. Lo dejó en claro el ministro de Exteriores británico y ex alcalde de Londres Boris Johnson cuando llegó a comparar al Mundial de Rusia con los Juegos Olímpicos de 1936 en la Alemania de Adolf Hitler.
Las amenazas de boicot deportivo de algunos legisladores británicos tras el envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal y su hija Yulia en el Reino Unido finalmente no se materializaron, pero sí habrá numerosas ausencias a nivel diplomático entre las delegaciones de las 32 selecciones.
Al igual que la FIFA, tampoco Putin puede darse el lujo de que algo salga mal en un torneo que costó unos 10 mil millones de euros. Cada detalle del Mundial, sin duda, será seguido con lupa a nivel internacional.
Tendrá desafíos de magnitud el presidente ruso, desde la violencia “hooligan” que recrudeció en Europa en los últimos meses hasta la amenaza terrorista. Además, necesitará del balón para lavar la imagen de un deporte ruso que se vio seriamente afectado por los escándalos de doping. El último gran evento deportivo que recibió el país, los Juegos Olímpicos de invierno de 2014 en Sochi, son de hecho recordados como una gran mancha para el olimpismo tras revelarse la existencia de un masivo sistema de manipulación de muestras con apoyo estatal.
Pero Rusia también demostró que, en lo que respecta a los aspectos logísticos, es capaz de organizar eventos con eficiencia, como se vio en la Copa Confederaciones de 2017. Los 12 estadios en las 11 ciudades que albergarán la cita entre el 14 de junio y el 15 de julio están listos desde hace tiempo -gran diferencia con Brasil 2014- e impactan por su modernidad y comodidad, y el operativo de seguridad en el país más grande del planeta se vislumbra colosal.
Sólo queda comience la acción, para alegría de Rusia y la FIFA. “Cuando el balón comience a rodar, el mundo se concentrará en el futbol. La política no nos preocupará. La gente estará contenta si su equipo gana y triste si pierde”, reconoció Infantino.

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