Texto: Agencia Reforma / Foto: DPA
Ciudad de México, 20 de junio de 2018. En caso de una guerra comercial en la que Estados Unidos eleve sus aranceles punitivos hasta 35 por ciento para todo el mundo, México sería uno de los países más afectados por las consecuencias directas e indirectas, estimó hoy miércoles el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Esta institución elaboró cuatro escenarios de prospectiva, en los que calcula cuál sería el efecto que tendrían estas medidas, partiendo del hecho de un incremento estadunidense de los impuestos punitivos de importación de este tamaño y las reacciones de otros países.
En el primer caso, la reacción a Estados Unidos del resto del mundo es que los países continúan con sus trayectorias arancelarias como al momento. En este, la economía que más pierde es la estadunidense, con una caída de 6 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), si bien para México habría también una afectación, que significaría perder un punto porcentual del PIB.
En el segundo escenario, el más probable a como se ve actualmente la situación, el mundo responde al incremento arancelario a Estados Unidos, pero las medidas serían sólo para ellos y se ponen medidas equivalentes para la economía estadunidense pero el comercio mundial sigue normalmente.
En este escenario, Estados Unidos sería favorecido y su economía crecería hasta 2.9 puntos porcentuales adicionales y la Unión Europea también ganaría 1.6 puntos adicionales, pero México perdería 0.7 décimas porcentuales.
“En este caso, a Estados Unidos le conviene un contragolpe proteccionista del resto del mundo. Países pequeños como México, con amplio comercio con ellos se verían perjudicados.
“A Estados Unidos le conviene el contragolpe de naciones pequeñas, como la mexicana, porque de esa manera puede apalancar su poder en el comercio global y son los países chiquitos los que se ven perjudicados”, indicó Manuel Molano, director general adjunto del IMCO.
En un tercer supuesto, donde hay una reacción de la Unión Europea de impuestos similares pero el resto del mundo no coloca aranceles, la economía estadounidense se vería afectada mientras que el resto de los países casi no habría afectación.
“A Estados Unidos no le conviene una guerra comercial con la Unión Europea y por ello es importante involucrar a otros países, como México, en negociaciones asimétricas”, indicó.
Un último escenario presupone que México coloca un arancel de 35 por ciento para todo el mundo y el resto de los países elevan los suyos al 20 por ciento, lo cual sería favorable para el crecimiento de todos los países.
“Aunque este escenario puede parecer tentador, este tipo de medidas no pueden sostenerse a largo plazo y sí podría haber beneficios en muy corto plazo pero no se pueden mantener más de cierto tiempo, porque todos los países encontrarían estrategias arancelarias para igualarla”, señaló.
Este efecto de protección sólo duraría cierto tiempo porque no elevaría la productividad ni mejoraría la competitividad de los productos, por lo cual sólo crearía un efecto temporal pero que no se mantendría.
