“Pedimos que la Sedatu viniera a ver cómo están las casas de dañadas, ahorita hay unas casas agrietadas”, informa el comisario.
Texto: Anarsis Pacheco Pólito
Chilpancingo, Guerrero, 24 de junio de 2018. A cinco años de resultar damnificados y evacuar por sus propios medios la comunidad de Azinyahualco enclavada en la sierra de Chilpancingo, más de 300 vecinos continúan viviendo en esa zona de alto riesgo y desde hace 15 días fueron notificados de que el terreno donde se construyen sus nuevas viviendas no ha sido pagado.
El comisario municipal de Azinyahualco, Carlos Morales Anota informó que hace 15 días le informaron que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) no ha pagado la mitad del costo de un terreno de 2 hectáreas que se compró a un particular en la comunidad de Zoyatepec, donde desde hace 3 años inició la construcción de sus casas.
Explicó que en el área se construiría una cancha de futbol, otra techada, un salón de usos múltiples y las comisarías ejidal y municipal de la comunidad, pero ante la falta del pago el dueño del terreno amenazó con cercar el lugar y evitar que se construya.
En esta temporada de lluvias los vecinos de una zona que quedó incomunicada por el río que lo atraviesa, los tuvo una semana sin energía eléctrica y que tuvieron que salir caminando, continúan con el temor de que el suelo se reblandezca y sufran un desplazamiento de tierra.
El comisario resaltó que no es el único problema que enfrenta el nuevo asentamiento, ya que tampoco se han concluido algunas casas y otras tienen grietas y daños provocados por el sismo del 19 de septiembre, no tienen los servicios de agua potable y drenaje.
“Nosotros pedimos que la Sedatu viniera a ver cómo están las casas de dañadas, ahorita hay unas casas agrietadas, ahí están las pruebas, nosotros la reportamos pero ellos las negaron rotundamente, cómo es posible que nos manden a unas casas que están dañadas”, preguntó.
Expuso que las viviendas no se adecuan a su vida, no tienen traspatio y el terreno de cada casa es tan reducido que no cabe la familia.
Además sus tierras de cultivo quedan a 4 horas caminando desde el nuevo asentamiento, lo que no fue considerado por las autoridades, ya que ellos viven de lo que siembran.
Detalló que la actual preocupación es que a pesar de no contar con el espacio prometido necesitan que el gobierno del estado adecue los espacios educativos en su comunidad, donde están asentadas más de 300 personas.
Insistió en que las autoridades los siguen manteniendo en el rezago educativo, por lo que tomaron la iniciativa de construir sus propias aulas para el telebachillerato.
“Estamos haciendo unas aulas provisionales de madera con techo de lámina, pero la verdad no es suficiente”, agregó.
Además el centro de salud no cuenta con medicamento para los enfermos, pero sí con el personal, “¿de qué nos sirve tener médicos si no hay medicinas?”, reprochó.
