Memorias tristes de Aretha Franklin

¿Por qué entonces no abundan más conocedores de Aretha? La prensa nos ha acostumbrado a considerar más importante el escándalo que el arte, la mediocridad que el genio,...

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23 agosto,2018 6:33 pm
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Texto: Roberto Ponce, Apro / Foto: Xinhua
En 1992, el periodista y biógrafo de estrellas estadunidenses negras, David Ritz, ganó una estatuilla Grammy por haber escrito las mejores líneas de presentación para un disco de Aretha Franklin, la exitosa cantautora y pianista afroamericana fallecida este jueves 16 de agosto a los 76 años de edad.
En México, la generación de mediados de la década de 1950 se emocionó con el ascenso de La Dama del Soul, gracias a sus primeros discos LP en el sello Atlantic (en total grabó un centenar de álbumes) que contenían los cañonazos “Respect” (en I Never Loved a Man the Way I Love You, de 1967) y “Chain of Fools” (ésta incluida en el sensacional álbum Lady Soul, de 1968).
Entre los obituarios en castellano más desgarradores destaca el que redactó Fernando Navarro en Letras Libres al día de su muerte:
“No titulas a tu mejor disco Lady Soul porque sí. Te lo tienes que haber ganado. A pulso. Yo prefiero una traducción más literal que esa de gran reina (dama, señora) del Soul: El alma de una mujer. Pocas figuras han cantado mejor a eso. Las esquinas del alma femenina. Los anhelos. Los momentos de soledad. Las noches de júbilo. La celebración de la vida. El maltrato. El alcohol en el aliento ajeno. El coro de la iglesia. La cama deshecha… Su historia es conocida. Tiene los ingredientes truculentos que hacen falta para forjar un mito…”
David Ritz escribió en 1999 lo que le dictó Aretha para sus memorias “descafeinadas”, From These Roots (“Desde aquellas raíces”), carentes de las altas dosis de fidelidad histórica que él había captado en otras estampas de músicos afines, por ejemplo: Divided Soul: The Life of Marvin Gaye (“Alma dividida: la vida de Marvin Gaye”) y Blues All Around Me, la autobiografía de B. B. King (Avon Books 1996). Así pues, Ritz no dudó en aceptar la solicitud de Aretha para crear un nuevo volumen biográfico juntos. El proyecto fracasó debido a que ella no deseó revelar detalles oscuros de su existencia y entonces Ritz se lanzó a escribir, por la libre, las más de 500 páginas de Respect. The Life of Aretha Franklin (“Respeto. La vida de Aretha Franklin”. Little, Brown and Company), tomo que según declaró La Dama del Soul se trataba de “basura con un costalote de mentiras y más mentiras”.

Aretha Franklin por Linda Eastman de McCartney.

Desde que a comienzos de la década de 1970 la fotógrafa Linda Eastman de McCartney publicó sus fotografías de figuras del rock, llamó la atención su descripción de las imágenes de Aretha. Contaba Linda que la revista Mademoiselle preparaba un número especial sobre “Las modelos y los músicos”, y le encargó tomar las fotos, situación “que me puso los nervios de punta, ya que si aceptas debes además hacer toda la edición del número”. Acerca de aquellas imágenes de La reina del Soul, manifestó la esposa de Paul:
“Uno nunca pensaría que Aretha Franklin, la grandiosa cantante del Soul aceptaría ponerse vestidos de moda, pero se portó muy bien. Me reuní con ella en el Hotel Hilton de Los Ángeles, aunque estaba llorando, bebía vodka y lucía muy deprimida. Traía una bolsota de papel manila con billetes, les pagaba a sus músicos y pasaba por muy malas épocas. Le tomé las fotos a su rostro primoroso con esas lágrimas y toda la tristeza que vivía, luego salimos y se dio el contraste, con una peluca y la ropa de moda, lo cual la hizo parecer harto brillante en lo exterior cuando por dentro estaba destrozada.”
(https://www.proceso.com.mx/276469/linda-mccartney-su-vida-detras-de-la-lente)
La revista Rolling Stone sacó en 2004 el número especial “Los 100 grandes artistas de todos los tiempos”, en el cual Aretha Franklin ocupó el número nueve de una lista encabezada por puros hombres: The Beatles, Elvis Presley, The Rolling Stones, Chuck Berry, Jimi Hendrix, James Brown y Little Richard. Allí, fue elogiada por el productor Jerry Wexler de la siguiente forma:
“Aretha tuvo una carrera menor en Columbia antes de llegar a Atlantic. Creo que Columbia no la dejaba tocar mucho el piano. Siempre ha sido mi creencia de que cuando un cantante toca un instrumento, uno debe dejarlos tocarlo en el disco, incluso si no son unos virtuosos, por lo que le añaden otro elemento a la grabación. En el caso de Aretha, no se ponía en peligro la calidad, era una pianista brillante. Es parte de su genialidad. Nadie la puede copiar. No tiene par su grandeza.”
Y ya desde el lejano año de 1969, el periodista londinense Nik Cohn manifestó sobre ella en AWopBopaLooBop ALopBamBoom (Paladin):
“Más que ninguna otra artista en el mundo pop, resulta irrelevante cómo se mira lejos del escenario o qué come en el desayuno. Aretha es únicamente música. Es un talento muy difícil de hallar en otro sitio y ella existe para maravillarnos a todos.”
¿Por qué entonces no abundan más conocedores de Aretha? La prensa nos ha acostumbrado a considerar más importante el escándalo que el arte, la mediocridad que el genio, la ropa interior que el alma humana. Esa biografía “no autorizada” de Ritz resultó ser una sorpresa tremenda para sus fans, quienes idealizamos una voz tan fenomenal como la de Aretha, en ese libro retratada cual persona no necesariamente mala, aunque sí desagradable.
Por Ritz nos enteramos de cosas que eludía: era muy temperamental y celosa de otras buenas cantantes como Roberta Flack, Natalie Cole y Whitney Houston, e incluso de sus propias hermanas, Erma y Carolyn. Aretha sencillamente declaró que Respect… representaba la prueba de que Ritz había querido vengarse por haberle suprimido ella “fragmentos del primer bosquejo del libro tres lustros atrás, y evidentemente él cargó con su rencor a cuestas demasiado tiempo”.
Al describir el matrimonio de sus padres, la vocalista de góspel, Barbara Siggers, y el muy popular predicador de Detroit, el reverendo C. L. Franklin, las memorias explican que el cura procreó con mujeres diferentes en 1939 y que Barbara abandonó a Aretha al nacer en 1942. El papá era un enorme personaje público y las cuatro hijas de Franklin (Aretha, Carolyn, Erma y Cecil) fueron criadas por la abuela paterna. Ritz expresó que Aretha Franklin mantuvo sus secretos a lo largo de su carrera, sin jamás ser pródiga en palabras a los medios, aunque sí soltando insultos como máxima diva a la menor provocación de mujeres artistas “rivales”.
Su funeral será el 31 de agosto en Detroit, lugar donde residía desde su divorcio con el actor Glynn Turman, su segundo marido, en 1984.

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