La CIA introdujo el factor anticomunista en el gobierno contra el movimiento del 68, afirma Sergio Aguayo

El profesor-investigador de El Colegio de México participó con Kate Doyle en el conversatorio "La CIA y el 68. Significados, Consecuencias y Lecciones para el 2018" en el...

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12 septiembre,2018 7:51 am
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Texto: Érika P. Buzio / Agencia Reforma/ Foto: UNAM (Twitter)
Ciudad de México, 12 de septiembre de 2018. El jefe de la Estación de la CIA en México entre 1956 y 1969, Winston Scott, alimentó las fantasías anticomunistas de Gustavo Díaz Ordaz, quien decidió, a partir del 27 de agosto de 1968, elaborar la tesis de que el movimiento estudiantil era parte de una conspiración comunista internacional que pretendía derrocarlo e imponer como presidente a Heberto Castillo, plantea Sergio Aguayo.
El analista reevaluó el factor externo en sus investigaciones sobre el 68 tras conocer el trabajo de Renata Keller de la Universidad de Boston sobre la historia secreta de la estación de la CIA en México, así como el libro de Jefferson Morley Nuestro Hombre en México: Winston Scott y la historia oculta de la CIA en México.
El profesor-investigador de El Colegio de México participó con Kate Doyle en el conversatorio La CIA y el 68. Significados, Consecuencias y Lecciones para el 2018 en el MUAC.
Presentó una primera aproximación al papel que jugó la CIA y Winston Scott en los sucesos del 68 en México.
Aguayo señaló que Díaz Ordaz, tal vez el presidente más autoritario después de la Revolución Mexicana, tenía como principal asesor para asuntos políticos a Winston Scott, uno de los mejores agentes de la CIA. Scott también fue confidente de Adolfo López Mateos.
Una cercanía confirmada por la historia de la estación de la CIA en México, elaborada por Anne Goodpasture, una de las fundadoras de la agencia de inteligencia, un documento de 500 páginas de las cuales 300 fueron censuradas.
El especialista mostró el documento que señala que en enero de 1964 la CIA aprobó la entrega de equipo de radiocomunicación para la campaña de Díaz Ordaz. El candidato presidencial del PRI puso sus comunicaciones en manos de un servicio de inteligencia extranjero.
Pero aún más. La CIA entregó a Díaz Ordaz 400 dólares mensuales desde diciembre de 1963 a noviembre de 1964 para su campaña. Aparentemente fue para pagar a sus guardaespaldas en sus giras de campaña. Aguayo mostró el documento de la CIA donde se establece que ese dinero fue adicional a un salario regular que Díaz Ordaz recibía como agente de apoyo de la estación de la CIA en México.
“No hay duda: Díaz Ordaz estaba en la nómina de la CIA”, sentenció Aguayo.
Eso conduce al papel que jugó Scott en el 68.
Una hipótesis lanzada por Aguayo es que si bien la masacre de Tlatelolco fue ordenada por Díaz Ordaz y operada por el general Luis Gutiérrez Oropeza del Estado Mayor Presidencial, Winston Scott estuvo también involucrado en una conspiración contra el Ejército, los estudiantes y la policía.
“No hay manera de comprobarlo, pero hay indicios. En todo caso, no teníamos servicios de inteligencia, pero si Winston Scott participó de alguna manera en Tlatelolco, la pregunta que sigue es ¿qué responsabilidad tuvo Scott Winston y la CIA en la matanza de Tlatelolco? Es una pregunta por ahora retórica, que requerirá de investigación”, expuso el autor de El 68. Los estudiantes y la CIA.
Aguayo señaló que 50 años después estamos igual: El país no cuenta con servicios de inteligencia adecuados para las amenazas a la seguridad.
“Siguen nuestros gobiernos sin incorporar a Estados Unidos como factor de riesgo para la seguridad nacional”, alertó Aguayo.
Kate Doyle, analista del National Security Service dedicada a desclasificar y sistematizar información sobre política exterior de Estados Unidos, aseguró que, a pesar de los obstáculos que los gobiernos siguen poniendo en el camino de los investigadores, la censura y la destrucción de documentos, el acceso a los archivos –aún limitado– ha ayudado a nutrir nuestro conocimiento sobre el 68.
 

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