Carlos Acosta: “Me forzaron a bailar contra mi voluntad” 

Precursor en la interpretación de papeles reservados a hombres blancos en el ballet, el cubano Carlos Acosta es conocido por haber sido el primer Romeo negro del Royal Ballet de Londres...

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23 septiembre,2018 1:24 pm
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Texto: DPA/ Foto: Sitio Web del artista

Precursor en la interpretación de papeles reservados a hombres blancos en el ballet, el cubano Carlos Acosta es conocido por haber sido el primer Romeo negro del Royal Ballet de Londres y recibió incluso una medalla de la reina Isabel II.
Sin embargo, este cubano de 45 años que ha llegado a lo más alto del ballet mundial desde los orígenes más humildes de un barrio de La Habana, confiesa que nunca quiso hacerlo y reconoce abiertamente que fue su padre quién lo obligó.
Reconciliado con el hombre que dirigió por la fuerza su vida pero lo convirtió en lo que es hoy, Acosta no olvida su deuda con la Cuba que le dio la oportunidad de entrar en un mundo de élite siendo un muchacho pobre y trabaja en el país becando a niños que necesitan una oportunidad.
En entrevista con la agencia de noticias dpa en el Festival de San Sebastián, donde hoy se presentó Yuli, el film de Icíar Bollaín en el que se interpreta a sí mismo, Acosta habló de sus comienzos, la relación con su padre y la superación progresiva del racismo en la danza internacional.

dpa: ¿Cómo marcó el racismo su carrera?
Acosta: Viví el racismo desde el seno de mi familia, porque toda la familia por parte de mi madre eran blancos y la de mi padre, negros. Por ejemplo, de niños, escogían a mi hermana blanca para ir a la playa de Varadero.
Mi papá me hizo consciente de lo que era ser un negro en la sociedad pero me puso en un mundo blanco como era el ballet. En el Royal Ballet éramos dos bailarines negros de más de 80, era como un cupo. El racismo existía donde quiera que fuéramos pero hemos evolucionado y ahora se ve más al conjunto de la sociedad representada en el escenario.
dpa: ¿Qué huella deja haber sido el primer Romeo negro del Royal Ballet de Londres?
Acosta: No fue intencional, fue algo inconsciente. No se me puede dar tanto el mérito. Arthur Mitchell (el creador de la primera compañía de ballet clásico afroamericana) fue también muy rompedor. Siempre tuve guías, profesores y directores que vieron mi talento, no mi color.
dpa: Empezó bailando casi obligado por su padre, con quien tuvo una relación llena de amor y también de violencia.
Acosta: De niño yo era un rebelde, me forzaron a bailar en contra de mi voluntad, nadie me preguntó qué quería hacer yo con mi vida y mi papá me dijo: “vas a hacer esto y ya”. De ahí acumulé mucho resentimiento. Pero después creces y ves la lógica. Maduras y dices, esto es un mundo fascinante. Mi papá tenía razón, si no quién sabe, quizá hubiera sido otro delincuente más o me habría ido de Cuba en balsa.
dpa: ¿Lo ha perdonado por todo el sufrimiento y la soledad que le supuso la internación en una academia alejado de tu familia?
Acosta: Sí, porque lo hacía desde el cariño, desde el afecto y desde el bien. Él era hijo de esclavos y así se disciplinaba antes. Yo no voy a hacer lo mismo con mis hijas, pero hay que entender que lo que hizo mi papá tenía una causa que no entendí entonces, pero que iba a ser algo fabuloso. Mi papá era muy bélico, una vez me dio un machetazo y todo, pero muy dulce también. Era esos dos extremos.
dpa: En las coreografías que se entretejen en la película interpreta a su padre. ¿Era una forma de reconciliación?
Acosta: En realidad fue una exigencia del guión y me pareció genial, muy rompedor. Lo traumático fue revivir todo. Mis padres ya fallecieron, los extraño tremendamente, también a mi hermana Bertita (…) Fue traumático ir al cementerio, revivir todo eso, porque es vivir la vida mía en la gran pantalla.
dpa: Sigue trabajando y desarrollando proyectos en Cuba cuando muchos se quieren ir a Miami o Europa.
Acosta: El corazón mío siempre estuvo en Cuba y va a seguir estando, aunque viva también en Inglaterra. (En Cuba) Tengo una compañía con los bailarines (de la película) y trabajo con una fundación británica que promociona a jóvenes de bajos recursos para arles la misma oportunidad que yo tuve. Traigo también a extranjeros, ahora tengo a dos catalanas, tres colombianos y un dominicano conmigo. Los beco tres años y los lanzo al mundo.
Además, traté de reabrir la antigua Escuela de las Artes, lancé una campaña internacional con el arquitecto Norman Foster que no salió bien y estoy tratando de alzarlo de nuevo. Es complicado, me hacen falta garantías jurídicas, pero antes que me muera espero hacerlo.
dpa: ¿Qué opina de los cambios en Cuba?
Acosta: Chica, hay que ser optimista. Tenemos un nuevo presidente y un proyecto de constitución democrático. Nunca antes se había preguntado a la gente por sus opiniones. Es bueno. Al final Cuba va a ir encontrando su curso. Auguro un buen futuro.
CARLOS ACOSTA: Nacido en La Habana en 1973, estudió ballet en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, donde recibió una medalla de oro. Ha bailado con compañías como la English National Ballet, el Ballet Nacional de Cuba, Houston Ballet y el American Ballet Theatre. Forma parte del Royal Ballet desde 1998 y en 2014 recibió de la reina Isabel II de Inglaterra la medalla de Comendador de la Excelentísima Orden del Imperio Británico (CBE).
 

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