Lidera, pese a todo, el ultra Bolsonaro en Brasil

Con 35% de intenciones de voto, Jair lidera los apoyos entre los electores, por delante del heredero del ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, Fernando Haddad, quien...

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7 octubre,2018 10:48 am
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Con 35% de intenciones de voto, Jair lidera los apoyos entre los electores, por delante del heredero del ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, Fernando Haddad, quien tiene el 22%.

Texto: Mario Alberto Rivera Gaona / Agencia Reforma / Foto: DPA
Río de Janeiro, Brasil, 7 de octubre de 2018. Militar, diputado desde hace 30 años, nostálgico de la dictadura y dueño de una colección de exabruptos racistas, machistas y homófobos que apenas hacen mella en su popularidad.
Así es Jair Bolsonaro, el último fenómeno en la política brasileña y el favorito en todas las encuestas de cara a la elección presidencial que se celebra este domingo.
El candidato presidencial del Partido Social Liberal (PSL) llegó a decir que prefiere tener un hijo muerto que un hijo gay, que sus hijos jamás tendrían una novia negra porque fueron, destacó, bien educados o que es lógico que las mujeres no tengan los mismos salarios que los hombres porque se quedan embarazadas.
Intentó humillar a una diputada de la izquierda diciendo que era muy fea y que por eso no merecía ser violada y aseguró que el gran error de la dictadura brasileña fue no haber matado más.
Cuando votó a favor del ‘impeachment’ de la ex presidenta Dilma Rousseff dedicó su voto a uno de los coroneles que ordenaron las torturas a la ex mandataria durante el régimen militar. La lista de provocaciones es interminable.
Con 35 por ciento de intenciones de voto, Bolsonaro lidera los apoyos entre los electores brasileños, por delante del heredero del ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, Fernando Haddad, quien tiene el 22 por ciento de simpatías.
Hasta hace unos años, Bolsonaro era una figura folclórica en los márgenes de la política, pero su ascenso ha sido meteórico. Hay varias causas que lo explican.
¡Las claves de su éxito!
“Bolsonaro se ha aprovechado de la crisis de legitimidad de los políticos tradicionales, y se ha alimentado mucho del ‘antipetismo’ (el odio a Lula y al Partido de los Trabajadores)”, explicó a Reforma el analista político José Bortoluci, de la Fundación Getulio Vargas de Sao Paulo.
Además, su discurso autoritario (mano dura para los delincuentes y armas para los ciudadanos de bien) ha calado en una sociedad cansada de violencia. Brasil registra más de 62 mil homicidios al año, y la cuestión de la seguridad pública muchas veces está ausente en los discursos de los políticos progresistas.
Las masivas manifestaciones organizadas por mujeres el pasado fin de semana no sirvieron para erosionarle el apoyo para estas elecciones en Brasil. Los analistas aseguran que, igual que ocurrió en Estados Unidos con Donald Trump, los ataques lo refuerzan. Entre sus electores, las críticas por sus frases fuera de tono no tienen ningún efecto.
“Son cosas que dice en el calor de la discusión, cuando le provocan (…) Bolsonaro es un líder fuerte, el único capaz de sacar a Brasil del agujero. Ahora le quieren poner esa etiqueta de machista, pero lo que pasa es que no es demagogo”, comentó Vitor Paiva, analista de sistemas de Río de Janeiro.
¡Avance en las cuentas!
El estado de Río, junto con Sao Paulo y la región sur y sureste del país (la más desarrollada) es el feudo de Bolsonaro, pero sondeos recientes muestran que en las últimas semanas este capitán militar aumentó sus apoyos en casi todas las regiones del país y en todos los segmentos sociales.
Parte de ese progreso se explica porque Bolsonaro pasó buena parte de la campaña fuera salvo de las críticas directas de sus adversarios. A principios de septiembre un perturbado le clavó un puñal en el abdomen, lo que le mantuvo casi tres semanas en el hospital, alejado del peligro de las entrevistas y los debates de televisión. A cambio, fue reforzando su imagen con calculados mensajes a través de las redes sociales, terreno donde tiene una legión de seguidores.
Después de ciertas reticencias, incluso consiguió el apoyo del mercado financiero. Las élites económicas del país confiaban en el moderado Geraldo Alckmin (del PSDB, la tradicional derecha brasileña), pero al ver que no despega en las encuestas (aparece en cuarta posición) no dudaron en apostarlo todo por el caballo ganador, el representante de la extrema derecha.
“Antes le veían con desconfianza, pero ahora lo ven como a un reformista, a pesar de que toda su vida votó contra las reformas. Los principales articuladores políticos del candidato fueron contrarios a la reforma del sistema de pensiones hace pocos meses. El mercado está intentando engañarse”, escribía la semana pasada la columnista del diario O Globo Miriam Leitao.
Mientras Bolsonaro avanza en todos los frentes, la izquierda empieza a temer incluso una victoria en el primer turno. Es algo que parece improbable, pero que ningún analista se atreve a descartar.
Si las previsiones no fallan, Bolsonaro ganará pero no arrasará, y los brasileños tendrán que volver a las urnas el 28 de octubre, para elegir entre volver al “lulismo” o probar con el experimento de la derecha radical.

Haddad confía en una segunda
vuelta: “Más tiempo para comparar”

Texto: DPA
En Sao Paulo, el izquierdista Fernando Haddad se mostró confiado en que alcanzará la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Brasil junto con el ultraderechista Jair Bolsonaro, que partía como favorito en la votación de hoy.
“Hay gente que no quiere segunda vuelta para que no haya comparación”, dijo Haddad antes de votar hoy en Sao Paulo, tras participar en un desayuno con militantes de su Partido de los Trabajadores (PT).
La segunda vuelta, pautada para el 28 de octubre, “es buena para Brasil. Más tiempo para comparar proyectos”, dijo el ex alcalde de Sao Paulo a la salida del Sindicato de los Metalúrgicos en la localidad paulista Sao Bernardo do Campo, tradicional bastión político de su partido.
“La exposición, a veces, perjudica a un candidato que no tiene propuesta”, agregó. “Es más fácil ganar sin exponerse”, comentó respecto a Bolsonaro.
El ex militar de 63 años no participó en el tramo final de la campaña tras resultar herido por una puñalada en un ataque político que sufrió el 6 de septiembre, cuando participaba en un acto electoral.
Bolsonaro estuvo casi un mes hospitalizado y no participó en los debates ni estuvo en las calles. Eso lo compensó con su fuerte presencia en las redes sociales.
La candidatura de Haddad despegó en las encuestas en las últimas semanas después de que fuera designado sustituto del encarcelado ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del PT, pero se vio frenada también por el rechazo que genera el partido por sus escándalos de corrupción.
En las encuestas publicadas un día antes de la votación, Haddad alcanzaba el 22 por ciento de la intención de voto, frente al 36 por ciento de Bolsonaro, calificado como el “Donald Trump brasileño” por su agresivo discurso populista.
(Imagen de este 7 de octubre de 2018 en Río de Janeiro: Jair Bolsonaro (izquierda) sonríe después de haber votado en un colegio electoral de la escuela municipal Rosa da Fonseca, al oeste de la ciudad. En el fondo está su hijo Flavio Bolsonaro. Foto: Fabio Teixeira / DPA)

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