Se va en renta 61% del gasto

En el ámbito nacional, el rezago en las viviendas organizado por deciles de ingreso, asciende a 44.7%, y se concentra mayormente en las familias con menores ingresos. En...

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19 octubre,2018 3:34 pm
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En el ámbito nacional, el rezago en las viviendas organizado por deciles de ingreso, asciende a 44.7%, y se concentra mayormente en las familias con menores ingresos. En Guerrero, 72% se encuentra en rezago.
Ciudad de México, 19 de octubre de 2018. Comprarse una casa es un sueño que sólo es posible para quienes ganan más de cinco salarios mínimos al día (441.8 pesos), por lo que 73.6 millones de mexicanos (de un total de 121 millones) se encuentran excluidos del mercado inmobiliario.
Estos datos, de acuerdo con un estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) titulado “Diagnóstico del derecho a la vivienda digna y decorosa 2018”, cuyos resultados revelaron que las personas con menos ingresos (2 mil 722 pesos mensuales) les tomaría 30 año terminar de pagar su vivienda, en tanto que quienes ganan un salario mensual mayor a los cuatro mil pesos tardan entre 15 y 20 años.
Según el Conval, se estima que en más de 14 millones de viviendas hay rezago, en la mayoría de los casos el ingreso es uno de los factores asociados: 57.9 por ciento de los hogares se encuentran en los primeros cuatro deciles económicos (que en el total cuentan con ingresos por debajo de la línea de la pobreza por ingresos) de rezago en la vivienda.
Los estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, cuentan con el mayor porcentaje de población que vive por debajo de la línea de pobreza por ingresos y también con un mayor porcentaje de rezago en la vivienda. Paradójicamente, Ciudad de México y Nuevo León se encuentran entre las entidades con menor porcentaje de rezago en la vivienda.
Este rezago se concentra en mayor medida en las zonas rurales del país, con el 78.3 por ciento de las viviendas en estado precario, que contrasta con 35.4 por ciento de las zonas urbanas.
Por ejemplo, en Chiapas, el 96.5 por ciento de las viviendas están rezagadas y hay un 79.1 por ciento de rezago en las viviendas en las que habita al menos una persona que habla alguna lengua indígena, lo que coloca a estas viviendas en mayor vulnerabilidad.
En el ámbito nacional, el rezago en las viviendas organizado por deciles de ingreso, asciende a 44.7 por ciento, y se concentra mayormente en las familias con menores ingresos.
Según el Coneval, en México, sólo tienen acceso a la compra de vivienda quienes ganan más de cinco salarios mínimos, pues a partir de ese nivel de ingresos se puede tener acceso a créditos hipotecarios.

Al revisar los datos, se tiene que 73.6 millones de mexicanos están excluidos el mercado formal de vivienda, al no percibir los ingresos por hogar equivalentes a más de cinco salarios mínimos.
Los ingresos en los hogares de México se miden en deciles del I al X; quienes perciben un menor salario se ubican en el primer nivel y los de mayor ingreso en el último.
Las familias en el decil I ganan un salario mensual de 2 mil 273.33 pesos al mes, lo que les impide hacerse de una casa propia. Quienes se encuentran en el decil X ganan al mes, en promedio, 53 mil pesos, lo que es suficiente para tener acceso a una propiedad.
En cuanto a los créditos hipotecarios, Infonavit y Fovissste ofrecen el 77 por ciento de los créditos a quienes están afiliados, y en ninguno de los casos exceden plazos de 30 año; el porcentaje restante de los créditos hipotecarios públicos son otorgados, al parecer, por instituciones de gobiernos de las entidades y municipios, pero de éstos, el Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda  no cuenta con información.
El plazo promedio de los créditos hipotecarios públicos y privados en 2015 fue de 21 años, en particular, los créditos brindados por la iniciativa privada, que tuvieron un promedio de 19 años (con un periodo de 14 a 29 años).
En contraste, entre el ingreso mensual por decil y el valor promedio autorreportado de la vivienda, también por decil económico, si se considera que el trabajador dedica 30 por ciento del ingreso al pago de su vivienda, al 10 por ciento de la población que tiene menores ingresos (decil I) se tardaría más de 30 años para terminar de pagar su vivienda, en caso de contar con un financiamiento.
En los casos de los deciles II, III, IV y V, el tiempo aproximado que les tomaría para pagar su propiedad es de 20, 19, 16 y 15 años, respectvamente, de contar con el financiamiento necesario, lo que es inexistente para quienes se ubican por debajo del decil VI.

Fuente: elaboración propia a partir de información de la ENVI 2014. 1. Tanto el gasto por concepto de renta, como el ingreso a partir del cual se hizo el cálculo corresponden a lo reportado por la ENVI, 2014.

 
Las rentas consumen el salario
En la actualidad en el 30 por ciento de los hogares mexicanos (que se encuentran en los 3 primeros deciles) se destina para el pago de arrendamiento una cantidad mayor a la recomendada por la ONU-Hábitat.
Quienes se encuentran en el primer decil, destinan 61 por ciento de su ingreso al pago de una renta; o sea, 863 pesos mensuales. El segundo y tercer decil, destina el 34 por ciento (949 y mil 331 pesos mensuales, respectivamente), lo que ubica a estas familias en una situación de vulnerabilidad al no poder costear otras necesidades básicas.
El Coneval afirma que el rezago afecta a casi el 50 por ciento de los hogares a nivel nacional, lo que es más sobresaliente en las familias de escasos recursos, comunidades indígenas, del entorno rural y en los estados del sur del país.
La pobreza está relacionada a la falta de acceso a la vivienda digna en México, esto se refleja en la baja calidad de los materiales y el hacinamiento.
Uno de los focos rojos del sector, es el rezago de las viviendas en las zonas rurales: casi ocho de 10 viviendas padecen rezago.
En cuanto a rezago, es muy vulnerable la población de los estados del sur Chiapas presenta 78.2 por ciento de rezago; Oaxaca, 77.8; Guerrero, 72.0; Veracruz, 63.9 y Campeche, 61.2 por ciento.
El estudio del Coneval no muestra datos para distribución equitativa de los subsidios para la vivienda, que deberían atender a los sectores más desfavorecidos de mexicanos (población por debajo de la línea de pobreza por ingresos, la población en zonas rurales, estados del sur y comunidades indígenas).
Un dato relevante, es que de estos subsidios, entre 2007 y 2012, cerca de 42.8 por ciento de los subsidios de gobierno se dieron a viviendas ubicadas entre los cinco deciles económicos superiores de ingreso.
Texto: Redacción / Foto: Jesús Guerrero, archivo El Sur. En la imagen, una residente de la comunidad de Papagayo del municipio de Juan R. Escudero (Colorada), en el interior de un cuarto hecho de madera y lámina donde habita desde hace más de cuatro años.

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