Con palos, piedras, botellas de vidrio y bombas molotov un grupo de migrantes de una segunda caravana migrante intentó abrirse paso para ingresar a territorio mexicano.
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Ciudad Hidalgo / Tecún Umán, 28 de octubre de 2018. Un hondureño muerto y varios destrozos dejaron hoy los enfrentamientos entre policías y decenas de migrantes de una nueva caravana al intentar avanzar sobre la frontera entre Guatemala y México para llegar a Estados Unidos.
Con palos, piedras, botellas de vidrio y bombas molotov un grupo de migrantes de esa caravana intentó abrirse paso para ingresar a territorio mexicano.
Esta segunda ola de migrantes partió de Honduras el 17 de octubre y quiere llegar a Estados Unidos. Hay mujeres y niños entre sus integrantes y diferentes medios periodísticos calculan que son entre mil 500 y 2 mil personas.
El Cuerpo de Bomberos de Guatemala confirmó a DPA que el hondureño fallecido tenía 26 años y tenía una herida de bala de goma en la cabeza, aunque no se especificó de qué lado de la frontera fue. Murió cuando era atendido en el hospital.
México, que condenó la violencia, indicó que la Policía mexicana estaba desarmada. “La Policía no portaba arma alguna, ni siquiera armas de plástico, que no son consideradas armas letales”, dijo el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida.
Los migrantes, entre mil 500 y 2 mil, según cifras periodísticas, se encontraban en la ciudad guatemalteca de Tecún Umán, fronteriza con la mexicana Ciudad Hidalgo, cuando abrieron a la fuerza el cerco de seguridad guatemalteco para cruzar hacia el puente Rodolfo Robles, que une ambas ciudades.
El contingente tiró piedras y palos a la policía guatemalteca, que respondió con gases lacrimógenos, pero igualmente fue superada.
“Esto es inhumano (…) Si un niño quedaba en medio de ese relajo lo hubieran matado”, dijo entre llantos un migrante a DPA. El contingente está compuesto por hondureños, guatemaltecos y salvadoreños.
El Gobierno guatemalteco lamentó, además, los actos de violencia y que los migrantes “no hayan utilizado la oportunidad de dialogar para ingresar ordenadamente a la aduana de Tecún Umán”, señaló un comunicado.
Al llegar al puente los migrantes se encontraron con la reja mexicana cerrada, pero los agentes migratorios salieron a atenderlos y dijeron que iban a recibir solicitudes de refugio de quienes desearan entrar al país.
Sin embargo, muchos en la caravana dijeron que su deseo era llegar a Estados Unidos y no quedarse en México. “Quienes deseen solicitar refugio en mi país, serán bienvenidos. Les pedimos que se ordenen”, dijo Gerardo García, titular del Instituto Nacional de Migración (INM).
Pero tras un momento de calma la situación empezó tornarse violenta. Hombres jóvenes con las caras cubiertas empezaron a tirar piedras y botellas a las rejas blancas mexicanas. La policía mexicana, del otro lado, utilizó gases lacrimógenos.
“¡Devuélvela! ¡Tírala al río!”, gritaba alguien a un migrante que había recogido una bomba lacrimógena. Las cámaras de televisión mostraron cómo lograron derribar parte de la reja fronteriza tras sacudirla con fuerza.
Esta segunda caravana centroamericana salió el 17 de octubre de Honduras. La primera caravana había partido de ese país el 13 de octubre y llegó a México el 19 de octubre, mucho más numerosa. Ahora se encuentra en el estado mexicano de Oaxaca.
El cerco mexicano había sido reforzado días antes con tablas de acero por las autoridades, así que la valla resistió cuando una parte fue destrozada por los agresores, que también tiraban piedras al río Suchiate, patrullado por elementos de la Marina.
La televisión mostró a los migrantes, todos hombres encapuchados, gritando insultos a la Policía para exigir que los dejen pasar. Se vio cómo alguien lanzó una bomba molotov hacia los agentes policiales.
Un helicóptero de la Policía sobrevolaba la zona y al caer la noche la violencia continuaba. Todavía había grupos de migrantes lanzando piedras y sacudiendo con fuerza las rejas. También habían hecho una barricada con baños móviles que las autoridades guatemaltecas habían dispuesto en el puente.
Mientras tanto, en la ciudad de Tapanatepec, en Oaxaca, la primera caravana migrante decidió descansar el domingo para partir en la madrugada hacia Juchitán, a más de 100 kilómetros.
Son unas 3 mil 630 personas, según las autoridades, y 5 mil 500 según los organizadores. La caravana decidió descansar debido a que por la noche del sábado hubo un incidente de violencia, cuando un grupo de migrantes atacó a golpes a uno de sus compañeros porque supuestamente intentó secuestrar a un niño.
La caravana quiere llegar a Estados Unidos y pedir asilo ahí, pese a las advertencias del presidente Donald Trump. El trayecto a la frontera con Estados Unidos es de entre mil 500 y 3 mil 600 kilómetros, según la ruta que escojan.
Las autoridades mexicanas, que han exhortado a sus miembros a regularizar su estatus migratorio en el país, dijeron que más de 422 migrantes solicitaron voluntariamente regresar a sus países.
Además, han recibido mil 895 solicitudes de refugio, aunque algunos desistieron y decidieron pedir también el retorno a sus países.
Texto: Rafael Victorio y Carmen Peña / DPA
Texto: DPA / Foto: Fotograma
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