Incompletos y con fallas, los archivos digitales del patrimonio arqueológico y arquitectónico, alertan

En el V Congreso Internacional "El patrimonio cultural y las nuevas tecnologías", en el Museo Nacional de Antropología, especialistas señalan que sólo se recaba información superficial y se...

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6 noviembre,2018 7:39 am
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En el V Congreso Internacional El patrimonio cultural y las nuevas tecnologías, en el Museo Nacional de Antropología, especialistas señalan que sólo se recaba información superficial y se omiten detalles importantes.
Ciudad de México, 6 de noviembre de 2018. La preservación digital es un concepto utilizado por las bibliotecas al referirse a un archivo digital que resguardan para que otros lo puedan leer en el futuro, pero en el ámbito arquitectónico y arqueológico, lamentablemente, la mayoría de estas técnicas recaban sólo información de la superficie de un objeto cultural, cuando es importante el detalle constructivo del mismo, para que se pueda valorar mejor, aseguró Mario Santana Quintero, profesor asociado del Programa de Sustentabilidad y Conservación Arquitectónica, de la Universidad de Carleton, Canadá .
El vicepresidente del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, en inglés) afirmó que la preservación digital se realiza a la ligera, pues aunque se habla del uso de tecnología de punta, como escáneres súper avanzados, drones, entre otras herramientas digitales con las que se crean imágenes y que en cierta forma ayudan a la arquitectura, ante esta situación, se pronunció en contra de esta idea de preservación porque muchas veces no se atienden los detalles.
Al dictar la conferencia magistral Ventajas y desafíos que ofrecen los registros digitales en la conservación del patrimonio cultural, en el V Congreso Internacional El patrimonio cultural y las nuevas tecnologías, que se lleva a cabo del 5 al 7 de noviembre en el Museo Nacional de Antropología, Santana Quintero explicó que el patrimonio cultural se enfrenta a un sinfín de situaciones que ponen en peligro su integridad física, como el cambio climático, la negligencia o falta de mantenimiento, los conflictos armados, entre otros, reportó en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Eventos de gran magnitud de la naturaleza, como los sismos de 2017 en México, que afectan al patrimonio y la carencia de una documentación correcta hacen difícil la reconstrucción”, indicó.
Para quien ha colaborado en organismos como la UNESCO, el Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de los Bienes Culturales (ICCROM, en inglés), el Fondo Mundial de Monumentos, el Getty Conservation Institute, entre otros, es importante saber por qué se crean los archivos digitales y su finalidad.
“El registro digital debe contener información relevante para la persona que va a tomar una decisión. El significado y la integridad de un sitio patrimonial son importantes, esas son las características a destacar en un contenedor digital, en el cual se puede reflejar, con la información que se tiene, cuál es el significado del sitio y qué nivel de integridad física tienen los elementos que le otorgan el significado”, comentó.
Por tal razón, Mario Santana hizo hincapié en la importancia de la procedencia de dicha información, algo que en muchos repositorios digitales hace falta y que en muchos casos no se promueve dentro de la conservación.
“Por ejemplo, cada persona que toma una foto con su cámara o teléfono inteligente y la sube a Instagram o Facebook para compartirla con miles de personas, la pregunta sería a quién le pertenece esa imagen. Aquí es donde aparece la ética de la documentación”, expuso.
Un elemento que a veces juega en contra de la preservación digital es la cambiante situación de la tecnología. Programas computacionales como el Revit, (software de modelado de información de construcción) que permiten al usuario diseñar con elementos de modelación y dibujo paramétrico, “son interesantes, pero qué va a pasar con su longevidad, su posteridad, y si podrán abrirse dentro de varios años. Esa es una de las amenazas que tenemos con la tecnología: su breve vida”.
Algo que también se debe atender, explicó Santa Quintero, es la memoria institucional de cada organización, cómo recabar esa información digital, trasmitirla y guardarla, cuyos pasos deben ir en sincronía, ya que se ha encontrado en algunas organizaciones donde hay diversos archivos o versiones de los mismos, de un mismo objeto patrimonial especifico, lo que genera una fragmentación.
“Debemos organizar un repositorio institucional en el cual tengamos el archivo final que se ha creado de un sitio en determinada fecha, eso evitaría muchas confusiones”, manifestó.
El arquitecto destacó las técnicas de registro conocidas, como la fotografía digital, fotogrametría, estación total, escáneres 3D y la fotografía panorámica, y recientemente se ha agregado el RTI (Reflectance Transformation Imaging), una estrategia de iluminación interactiva de objetos o escenas, que nos permite explorar texturas y superficies gracias al control de la iluminación y por consiguiente la proyección de sus sombras.
Finalmente, aseguró que nadie niega que se deba utilizar tecnología, robots o la impresión 3D en los registros digitales del patrimonio cultural, pero si no se involucra a la persona que está interesada en dicho legado, se está haciendo algo sin ningún fin o misión.
“Es importante involucrar a las personas cuya información capturada le va a ser de mayor utilidad, porque la tecnología muchas veces nos atrae, deslumbra, pero carecemos de la noción de trabajar de cerca con las personas a las que les compartiremos esa información, y eso hace que carezcan de significado”, concluyó.
Texto: Redacción / Foto: @DigitPatrimonio (Twitter)
 

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