Entre silbidos, el gobernador dirige su mensaje en el acto encabezado por el Presidente en Tlapa, y le asegura que es solución y no conflicto ante los problemas del país.
Tlapa, Guerrero, 12 de enero de 2019. En la visita del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador a esta ciudad, los asistentes en su mayoría morenistas, impidieron con gritos que el gobernador Héctor Astudillo Flores diera la bienvenida.
Y en su discurso por el inicio del programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad, que arrancó en esta ciudad, Astudillo dijo al presidente que él no es conflicto sino solución, y que contara con él para gobernar el país, que no es nada sencillo.
Desde el arribo de Astudillo Flores a la unidad deportiva, donde se realizó la actividad, se escucharon gritos en su contra de “¡fuera!”, pero fueron esporádicos. Se agudizaron cuando se anunció que daría su mensaje. El presentador fue el delegado del gobierno federal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros.
Astudillo Flores dejó su silla para ir al pódium y tomar el micrófono para decir que en su carácter de gobernador constitucional del estado de Guerrero “quiero expresar a usted la más cordial bienvenida, aquí, a Guerrero, a Tlapa”. Mientras hablaba los silbidos y gritos en su contra iniciaron, las frases de “¡fuera!” se elevaron y extendieron en los asistentes.
Sin embargo, continuó, con pausas, tratando de encontrar los vacíos para que su mensaje no se perdiera: “quiero compartir con todos los presentes la alegría, la emoción de que usted haga su primera visita a Guerrero y sea aquí en Tlapa, en el corazón de la Montaña, aquí donde hay por supuesto pobreza, hay riqueza en nuestra gente, aquí…”. Astudillo Flores dejó la frase inconclusa ante el aumento de los gritos y rechiflas, esperó a que cesaran.
Unas voces más apagadas, pedían dejar escucharlo. No ocurrió, se acentuaron: “¡Astudillo entiende, el pueblo no te quiere!”. “Fuera”, se escuchaba.
López Obrador oía con las manos a su espalda, mirándolo mientras hablaba. Finalmente se acercó al pódium, al lado de Astudillo y tomó el micrófono, porque los gritos y silbidos no cesaban.
“Amigos de Tlapa, de la Montaña, hay que portarnos bien” y recibió en respuesta un “no”, que ignoró y dijo que acabó la campaña, ahora era gobierno y tenían que ser respetuosos de las autoridades, no se resolvía nada a gritos y a sombrerazos.
Les recordó que Juárez decía todo por la razón y el derecho, nada por la fuerza. Preguntó: “¿Nos vamos a portar bien? ¿Vamos a escuchar con respeto al ciudadano gobernador del estado de Guerrero? ¿Sí o no?”. “No”, se escuchó la respuesta en coro.
Ante eso, cambio la dinámica y pidió que levantaran la mano los que no querían que hablara el gobernador. La respuesta fue inmediata, varias manos se alzaron.
–Bájenla –dijo.
–¿Levanten la mano los que quieren que sí hable el gobernador?
Pocas manos se alzaron, tímidas.
–Es un empate, –dictaminó–, generando risas en los asistentes y desacuerdos, porque una voz gritó “árbitro vendido”.
“Va a terminar de ofrecer la bienvenida el gobernador de Guerrero, me canso ganso” y con eso cerró su intervención para volver a su lugar.
Astudillo Flores continuó su mensaje: “gracias señor presidente, quiero comentarles a todas, todos ustedes que desde que el ciudadano presidente Andrés López Obrador fue el triunfador de las elecciones del primero de julio, fui uno de los primeros que exprese mi más amplio reconocimiento y le desee el mayor de los éxitos, lo hago ahora como presidente de los Estados Unidos Mexicanos”.
Los gritos bajaron de tono.
“El gobernador Héctor Astudillo no es conflicto, es solución y cuente conmigo para que usted gobierne el país, que no es nada sencillo, muchas gracias, que viva Guerrero”, y regresó a su lugar. López Obrador le levanto la mano, al seguir las rechiflas e insultos.
Se mantuvo serio y aplaudía los programas que anunciaba López Obrador en su intervención.
En el templete estuvieron la secretaria de Bienestar María Luisa Albores y la subsecretaria Ariadna Montiel Reyes, el presidente morenista de Tlapa, Dionicio Merced Pichardo García, a quien no le dieron la palabra; dos personas discapacitadas que recibieron las tarjetas y el titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino, tampoco habló.
La presencia del gobernador priista en un espacio totalmente morenista fue remarcada por las porras de “¡Sí se pudo! ¡Es un honor estar con Obrador!”, aunado a que no hubo espacios destinados para secretarios de estado, diputados o presidentes municipales.
A quienes se observó sentados, juntos, dentro de las vallas metálicas fue a los senadores Nestora Salgado y Félix Salgado; el diputado federal por la Montaña Javier Manzano; la presidenta de Acapulco Adela Román y la síndica de Tlapa, Martha Angélica Márquez. Todos de Morena.
Más tarde, tras concluir la actividad, desde su cuenta de Facebook, acompañada de una foto despidiendo a AMLO, en el 93 Batallón de Infantería el gobernador Héctor Astudillo reconoció la respuesta de López Obrador sobre el apoyo al programa de fertilizante gratuito, que como dijo fue uno de los planteamientos que le hicieron hace meses y que su gobierno ha mantenido en los tres últimos años.
Texto: Carmen González Benicio / Foto: Jesús Eduardo Guerrero
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