La apuesta europea de Emmanuel Macron

Gaspard Estrada

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6 marzo,2019 6:13 am
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Gaspard Estrada

 
El día de ayer, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, publicó un editorial en los 28 países de la Unión Europea, lanzando de esta manera la campaña de las elecciones europeas, que se llevarán a cabo el próximo mes de mayo en todos los países de la UE, y en las cuales se elegirán a los futuros miembros del Parlamento Europeo.
Para muchos dirigentes políticos – así como para numerosos ciudadanos de la UE–, estas elecciones no son importantes. De manera general, se trata de una elección en la cual se hace una especie de referéndum del partido que está en el poder a nivel nacional, por lo cual el sentido mismo de una elección paneuropea se ve mermado. Sin embargo, desde la primera elección de congresistas europeos, en 1979, las atribuciones de estos parlamentarios comunitarios no han dejado de aumentar. Por ejemplo, se estima que al día de hoy, más de la mitad de todas las leyes votadas por el congreso francés tienen como objetivo principal transponer en el derecho nacional las directivas (el equivalente de leyes) votadas por el parlamento europeo. Como la jurisprudencia indica que la normatividad europea es jerárquicamente superior a las leyes nacionales, todo acto jurídico emanado del Parlamento Europeo tiene peso en los ordenamientos jurídicos nacionales. De hecho, en los sectores económicos que han sido integrados plenamente en la UE, como es el caso de las telecomunicaciones, los debates se llevan a cabo de manera preponderante en el seno del parlamento, suplantando de esta manera los debates parlamentarios nacionales.
Es por este motivo que los parlamentarios europeos ganan proporcionalmente más dinero que sus pares nacionales, y disponen para llevar a cabo sus tareas de un número superior de asesores parlamentarios que en el promedio de los países de la UE. De tal manera que, con el paso del tiempo, los resultados de estas elecciones han pasado a tener cada vez más importancia.
Después de la crisis bancaria y financiera de 2007-2008, que dejaron a millones de personas sin empleo en todo el mundo, y que contribuyeron a dejar en evidencia el enorme problema de la distribución del ingreso a nivel internacional, la UE entró en un proceso de crisis política, alimentada por la propia inacción de los liderazgos de la Comisión Europea (el poder ejecutivo de la UE), en particular de su presidente en aquel entonces, el ex primer ministro de Portugal José Manuel Durão Barroso. Uno de los peores símbolos de esta UE al servicio de los mercados financieros fue la incorporación de este último presidente de la Comisión al Banco de inversión Goldman Sachs, pocas semanas después del final de su mandato, en 2014. Para reemplazarlo, los líderes de la UE decidieron darle un mandato más “político” al presidente de la Comisión, disminuyendo el número de comisarios (es decir, de ministros en el lenguaje de la Comisión Europea), así como eligiendo al ex presidente de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, un político de vasta trayectoria en el seno de las instituciones europeas. Sin embargo, a pesar de la multiplicación de sus apariciones públicas, y de la multiplicación de iniciativas para darle mayor visibilidad al trabajo de la Comisión y de manera más amplia, al trabajo de las instituciones europeas como un todo, poco se pudo avanzar en ese sentido.
En los últimos años, los partidos con una agenda anti-europea o euro escéptica han ganado fuerza, e inclusive en algunos países llegaron al poder, como en Italia. En este último país, se fraguó una inédita alianza entre la extrema derecha, encabezada por el actual ministro del interior, Matteo Salvini, junto con el movimiento cinco estrellas, dirigido por el joven Luigi di Maio, en la cual la base del acuerdo de coalición ha sido el ataque constante a las instituciones europeas. En Francia, la extrema derecha encarnada por Marine Le Pen llegó a la segunda vuelta durante las elecciones presidenciales de 2017 frente a Emmanuel Macron, y mientras que en el Reino Unido, las consecuencias del voto del Brexit continúan dando de qué hablar, sin que se sepa si este país saldrá o no de la UE. De tal suerte que el voto de los europeos será más que nunca crucial para el futuro de la UE.
Macron, al tomar la iniciativa y generar un debate en torno a esta elección, quiere hacer de esta elección un momento importante de la vida de la UE –así como de su presidencia. Veremos en unas semanas si su apuesta es un éxito o un fracaso.
Twitter: @Gaspard_Estrada
Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.
 
 

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