“El joven papa”

Apasionado del fútbol y del buen cine, Paolo Sorrentino, al recibir el Óscar en 2013 por quizá su obra maestra, La grande bellezza, se tomó unos segundos para...

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24 septiembre,2017 8:47 am
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Apasionado del fútbol y del buen cine, Paolo Sorrentino, al recibir el Óscar en 2013 por quizá su obra maestra, La grande bellezza, se tomó unos segundos para agradecer a sus fuentes de inspiración, a saber, Fellini: uno de los maestros del cine italiano, que iniciaron el cine moderno junto con Rossellini, De Sica y Visconti entre otros. También agradeció a Scorsese y sorprendió al mundo al mencionar a Diego Armando Maradona.

Junto con HBO, Sky Italia y Canal+, Sorrentino desarrolla, escribe y dirige El joven papa. Nueva serie de 10 capítulos que podemos ver por Fox en distintas plataformas como la de Claro Video. El argumento tiene todos los ingredientes para ser una de las series más aclamadas del nuevo modelo de entretenimiento. Más allá del expertise en la puesta en cámaras del director, para lo cual ha demostrado ser un devoto correligionario de lo más sagrado que hay en el cine; el movimiento.

Toda ficción, así en los cortos como en los largos y las series de televisión son en esencia un trayecto. El héroe debe ir fuera de lo conocido en pos de un cambio de idea y de manera más trascendente, un cambio de vida. Un arco dramático que llevará al héroe fundamentalmente a encontrarse consigo mismo. Este camino es el relato que avanza del comienzo al final. Un buen drama entonces se nutrirá de personas, los héroes o antihéroes en conflicto, dentro de sí mismos y hacia el exterior en donde éstos se desenvuelvan. En este caso, el Vaticano; al cual el director proveniente e hincha del Nápoles, filmará no para desentrañar las intrigas y exponer las posibles serpientes y arañas de sus habitantes según pudiera ser una aproximación anglosajona, nos dice el propio Sorrentino en diversas entrevistas. Nada más lejos de eso. El napolitano filma el Vaticano como un lugar de trabajo, una corporación, un medio eminentemente varonil con toda la testosterona que lo pudiera recorrer, no para denunciar sino más bien para entender y entretener. En la serie vemos no curas, sino seres humanos que se debaten en sus conflictos interiores e intrigas en el exterior mientras trabajan con cuestiones, cuenta Sorrentino: cuestiones trascendentales.

Casi joven de 47 años, muy guapo, huérfano, arrogante, vengativo, vanidoso, intransigente, egoísta, maquiavélico, autoritario, un rock star con ideas medievales y espiritualmente más cerca de lo diabólico que de la santidad, son las características de este joven papa, Lenny Belardo preveniente de Estados Unidos, quien ha tomado el nombre de Pío XIII. Interpretado con soltura por Jude Law, quizá su mejor interpretación. Con un handycap espiritual sui generis porque pareciera  no creer en Dios, y sin embargo, en secuencias de flash backs que nos van revelando su niñez y adolescencia, se asoman virtudes de un santo.

“Como Dios, yo soy una contradicción” nos dice el papa Pío XIII. El autor nos presenta esta contradicción que juega no sólo con las expectativas del espectador, también de la curia y la Iglesia entera. ¿Cómo un papa joven tiene ideas tan medievales? Se suponía, que al elegir a un joven inexperto de origen estadounidense sería fácilmente manipulable y contribuiría a una apertura de la Iglesia hacia conceptos antes no aceptados, y poner en equilibrio tanto a conservadores y liberales. Así lo pensó el cardenal Voiello, personaje entrañable que aporta mucho del humor en la serie. Hace las de jefe de Estado, es fanático del club Nápoles y de Diego Armando Maradona, a quien venera y considera Dios. Cada partido lo mira o escucha vestido hasta con tacos con el uniforme del equipo, su camiseta dice Voiello # 1 mientras reza los rosarios que hagan falta para no perder y mueve los cables del Vaticano. Interpretado brillantemente por Silvio Orlando,  un actor cómico de culto en Italia.

Pío XIII en su trayecto confundirá a propios y extraños. Manda a traer a la hermana Mary, encarnada por Diane Keaton, para que sea sus asistente personal y a su mejor amigo de la infancia, a quien hace cardenal, Dussolier (Scott Sheperd). Es ella quien los cuidó y crio en un convento. Otra de los personajes principales es Sofía, la jefa de prensa y marketing del Vaticano (Cecile de France) y el cardenal Gutiérrez (Javier Cámara). Filmada como un filme de 10 horas, pero teniendo en mente el formato de serie (episodios), Sorrentino nos regala en cada plano un espectáculo en el que lucen todos los espacios y rostros de todos dentro del encuadre.

Ambientada en un universo paralelo o ficticio muy parecido al nuestro en la actualidad, cosa que recuerda mucho a Fellini. Por ejemplo: un universo en el que el futbolista Higuaín juega aún para el Nápoles, situada dentro de las dos primeras décadas del siglo, en interiores y exteriores recreados porque la curia prohibió que se filmase dentro del Vaticano, lo cual no impidió el fuelle de la cámara de Sorrentino para representarlo. Controversia, sexo, humor, intrigas por el poder, personajes entrañables y mucha belleza en la estética visual y la dramaturgia de Paolo Sorrentino hacen de El joven papa una revelación que fusiona el cine y la televisión muy a la italiana. A ver.

Texto: Lautaro García Salgado/ Foto: Archivo El Sur

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