Está suspendido el programa de apoyo a deportados; no se aprobaron recursos para este año

El secretario del Trabajo, Oscar Rangel, informa que aún se espera si se reactivará ese fondo. Guerrero es la entidad que más recursos recibía de ese fondo, dice...

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3 abril,2019 6:00 am
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El secretario del Trabajo, Oscar Rangel, informa que aún se espera si se reactivará ese fondo. Guerrero es la entidad que más recursos recibía de ese fondo, dice el coordinador de Cooperación Internacional de la UAG, José Betancourt Villa.
Chilpancingo, Guerrero. A propósito del aumento en los registros de guerrerenses repatriados de Estados Unidos en el primer bimestre del año, el secretario del Trabajo, Oscar Rangel Miravete, informó que está suspendido el programa de apoyo a migrantes en retorno, porque no se aprobaron recursos federales para este año.
Según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob), en dos meses hubo 3 mil 501 deportaciones de guerrerenses de los Estados Unidos, la cifra más alta de las entidades federativas, y de los últimos cinco en el estado: mil 720 en enero y mil 781 en febrero.
En consulta telefónica, el funcionario estatal reconoció que el tema es grave porque este año se suspendió el Fondo Nacional de Apoyo a Migrantes, y aún se espera información sobre su reactivación o no.
Rangel Miravete añadió que en 2018, el programa estatal entregó financiamiento a 800 familias de migrantes en retorno para proyectos productivos, del Fondo de Apoyo a Migrantes, y se vinculó al trabajo 192 personas deportadas.
Los repatriados vienen con sentimiento de fracaso
Por separado, el Coordinador de Cooperación Internacional de la Universidad Autónoma de Guerrero, José Betancourt Villa, indicó que Guerrero era el estado que más recursos obtenía del Fondo de Apoyo a Migrantes.
El universitario señaló que, de acuerdo con las reglas de operación del fondo en 2018, de 300 millones de pesos operados por el Instituto Nacional de Migración, cerca de 23 millones fueron para el estado.
Betancourt Villa, especialista en el tema, recordó que el gobierno de México adoptó una estrategia para la política pública de atención emigrantes en 2014, que se denominó Somos Mexicanos, y en el estado se replicó como Guerrero Contigo.
Indicó que la estrategia en los estados la preside el gobernador, y el secretario técnico, era el delegado de INM, entre sus acciones en los puntos de internamiento en el país, estaban dar apoyo a las personas repatriadas para establecer contacto con sus familiares, atención médica y alimentos: un box lonch o bien canalizándolos a albergues de comida caliente.
En algunos casos,  indicó que el apoyo incluía transportación a su lugar de origen y una vinculación con oferta de trabajo, mediante una alianza con empresarios y cadenas comerciales.
Aclaró que desde su creación hasta el año pasado, se manejó un fondo extraordinario, no había un presupuesto etiquetado.
De las cifras oficiales de repatriados, precisó que cada caso corresponde a “eventos”, no personas. Por un ejemplo, “si un paisano regresa hoy, y vuelve a ingresar mañana, lo registran dos veces, por eso es que muchas veces esas estadísticas se incrementan mucho”.
Sin embargo, opinó que la duplicidad en los registros puede ser marginal, ya que debido al endurecimiento de política migratoria en Estados Unidos, las personas deportadas son procesadas por el delito de entrar indocumentadamente al país. Estimó que en promedio las personas pueden permanecer 3 o 4 semanas en centros de detención.
Por otro lado, señaló que están los paisanos en retorno voluntario también ante el  recrudecimiento de políticas antimigrantes: la cancelación de subsidio, la abrogación de ciudades santuario, la persecución en muchas ciudades donde hay gente anglosajona, el incremento de redadas, revisión en carreteras y en centros de trabajo donde se sabe que trabaja mano de migrante, que está ocasionando temor y ha provocado retornos.
Aclaró que el regreso voluntario no es contabilizado entre los mexicanos repatriados por la  Unidad de Política Migratoria de la Segob, porque regresan como mexicanos, no como deportados, en su coche o en avión, ninguna autoridad los está sacando.
Mencionó que los Dremears, jóvenes que crecieron en Estados Unidos y no tiene la nacionalidad estadunidense, sí pueden formar parte de las cifras de deportados, y la familia puede decidir regresar con los muchachos al país.
Indicó que en la UAG desde 2017 y lo que va de 2019, tuvo 73 inscripciones en preparatoria y en educaron superior de jóvenes que iniciaron sus estudios en Estados Unidos, como parte de la estrategia de reinserción  de estudiantes migrantes guerrerenses que están regresando.
“Acá les damos facilidades en alineación con la reforma a la Ley General de Educación que elimina el requisito de traducción con perito fiscal, que apostille y legalice la documentación, por el acuerdo 286”.
Consideró que Guerrero y Michoacán siempre estarán en los primeros lugares de los registros de personas deportadas. Por esa razón, hace diez años ha insistido en que se necesita  mayor sensibilidad de autoridades en todos los niveles para evitar la estigmatización del migrante.
Precisó que las personas repatriadas, “vienen con sentimiento de fracaso por no poder cumplir el sueño americano, de no haber realizado el anhelo de juntar recursos”.
Añadió que el hecho traer tatuaje, lo estigmatizan y dejan fuera de programas de apoyo, no le dan empleo, tampoco sabe hacer curriculum, y los niños enfrentan choque cultural: los metes a una escuela con maestros que no son bilingües, sufren burlas de sus compañeros, y forman parte de las cifras de deserción.
Informó también que en la UAG hay un programa para certificar las habilidades laborales de migrantes para que pueden buscar un empleo. En 2018, certificaron competencias de 20 personas.
Reconoció que las cifras de apoyo en el estado son  mínimas respecto a la cantidad de personas deportadas. Explicó que se debe a que muchas personas prefieren quedarse en frontera, para intentar regresar a EU o establecerse en los estados fronterizos para estar más cerca de su familia. O bien, se instalan en otros estados de donde son originarias sus parejas. Estimó que la mitad de los guerrerenses deportados pueden estar regresando a Guerrero.
Texto: Lourdes Chávez
 

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