En Xochistlahuaca, una universidad para estudiar desarrollo de la comunidad, cuidado del ambiente y defensa del territorio

Es una de las 100 del proyecto Universidad para el Bienestar Benito Juárez que se crearán en el gobierno de López Obrador. Las clases comienzan el 22 de...

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16 abril,2019 6:05 am
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Es una de las 100 del proyecto Universidad para el Bienestar Benito Juárez que se crearán en el gobierno de López Obrador. Las clases comienzan el 22 de abril. “Para nosotros es importante detonar un proceso de defensa de nuestra cultura y territorio”, plantea el promotor David Valtierra.
Suljaa’, Xochistlahuaca, 16 de abril de 2019. Promotores y estudiantes de la Universidad na wi’ts’omna’ tsjoomnancue (Universidad que cuida mucho a nuestro planeta) en Suljaa’ (Xochistlahuaca) dijeron que este proyecto educativo tiene como objetivo el desarrollo de las comunidades, mediante el cuidado del medio ambiente y la defensa del territorio.
Los egresados tendrán las bases para hacer planes de vida comunitarios que incluyan las necesidades de la población, mapas epidemiológicos de las principales enfermedades, facilitar reordenamientos territoriales para integrar las dinámicas ecológica y comunitaria,  establecer atlas de riesgo para prevenir desastres naturales, instalar viveros y crear proyectos productivos.
En entrevista con El Sur algunos de los integrantes del comité promotor del plantel que se construirá ahí como parte del programa federal de las 100 Universidades para el Bienestar Benito Juárez (UBJJ) del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que en un principio fue de hasta 23 personas y al final se redujo a 11, narraron el proceso de consolidación del proyecto.
El ex profesor de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y fundador de la radio Ñomdaa, David Valtierra contó que en septiembre pasado, los actuales promotores leyeron una noticia sobre el programa federal de las nuevas universidades.
“Vimos ahí una oportunidad de plantear algo que naciera de acá, que tomara en cuenta las necesidades de las comunidades… que nos respeten como pueblo y como territorio”, expuso.
Después se organizaron con el apoyo del comisariado agrario para conformar el comité, hecho que los diferencia de otros proyectos como la Universidad de los Pueblos del Sur (Unisur) en la que no participó la comunidad, “por eso no echó raíz”, además de que no contaban con recursos.
Luego contactaron a Raquel Sosa, coordinadora del programa federal de las 100 universidades, “y se le dijo que Xochis necesita una universidad argumentando que los pueblos han sido excluidos. Nunca hemos tenido acceso a la educación superior y los que sí han podido es por medios propios”.
En esta parte Julio Solano, docente del nuevo proyecto y ex profesor de la Universidad Intercultural del Estado de Guerrero (UIEG) –que hace unos años se planteó extender a Suljaa’ pero no se concretó debido a la falta de recursos–, abundó que ese municipio ha luchado contra los cacicazgos de la región, por ello la importancia de esta nueva universidad “para romper” con ellos.
Agregó que el municipio es muy pobre y la mayoría de las opciones para estudiar están en Ometepec y son de paga, a excepción de Enfermería y Veterinaria.
“El proceso de organización del comité sí fue determinante”, enfatizó Román Hernández, colaborador de la radio Ñomdaa y docente de la nueva universidad.
“Las características del programa eran muy generales. Tenían que ser municipios menores de 50 mil personas y sin oferta de educación superior. Aquí en la Costa Chica y la Montaña hay varios municipios con las mismas características como Tlacoachistlahuaca e Igualapa. La organización permitió que se tuviera una interlocución directa sin intermediarios como el gobierno municipal o el estatal”.
Ofrecerá la carrera de Ingeniería en Desarrollo Regional Sustentable
La Universidad ofertará sólo una carrera: Ingeniería en Desarrollo Regional Sustentable.
Román Hernández dijo que el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (Crefal), organismo internacional encargado del proyecto con recursos federales y que validará los estudios junto a la Secretaría de Educación Pública (SEP), planteaba que fuera la carrera de ingeniería agroalimentaria porque muchos pobladores de esa región se dedican al campo, “pero eso excluía a otra mayoría que son las mujeres que se dedican al telar de cintura. No había otra carrera que pudiera profundizar en el conocimiento de las mujeres en ese trabajo. (La ingeniería en) desarrollo sustentable nos permite abarcar diferentes problemáticas, no sólo la producción de alimento, sino también la organización de la comunidad y la generación de conocimiento que nace en la comunidad como el telar de cintura”.
David Valtierra profundizó que “en esta etapa del capitalismo, de consumismo, se están destruyendo culturas y territorios a favor del comercio, entonces para nosotros es importante detonar un proceso de defensa de nuestra cultura y territorio”.
La consolidación del proyecto tuvo de por medio un proceso deliberativo en asambleas entre septiembre y octubre, en las que los pobladores se manifestaban a favor y en contra de la carrera que promovía el comité.
Román Hernández informó que “a primera vista es difícil entender la importancia de esta carrera que está enfocada a cuestiones estructurales. Muchas personas decían que no tenía campo de aplicación, que no había para trabajos, no ofrecía oportunidades para alumnos, eso fue muy complejo… es todavía complejo”.
El documento de presentación de la carrera señala las líneas de formación. La primera es Hogares, comunidades, y regiones sustentables/ecológicas, que consiste en estudiar “el impacto ambiental que generamos en nuestra vida cotidiana y encontramos formas de remediación a través de eco-tecnologías”.
Otra es Reproducción bio-cultural por la que se diseñarán “formas de fortalecer los saberes que nacen de nuestro territorio como la agricultura tradicional y la producción artesanal, entre otros”.
La tercera es Organización comunitaria y vida buena, por la que se estudiará “el derecho consuetudinario y los derechos humanos para promover su ejercicio y defensa a partir del entendimiento que hay en nuestros pueblos sobre la vida buena”.
Una más es Cuerpos y territorios sustentables, en la que se estudiará “el territorio de la región para ubicar enfermedades y causas, y crear métodos de autocuidado de la salud con base en la nutrición, la medicina tradicional y el sistema de salud comunitaria”.
La quinta y última línea de formación es Educación y formación comunitaria que consiste en aprender “a producir materiales de comunicación comunitaria así como técnicas y herramientas para facilitar el trabajo colectivo”.
El perfil de los egresados
Es así, explica Román Hernández, que un joven al egresar tendrá las bases para facilitar planes de vida comunitarios, “que se anteponen a los planes de desarrollo municipal que provienen de oficinas y con falsas características democráticas, las personas podrán plantear sus necesidades”.
También podrá promocionar un reordenamiento territorial, “estamos entrelazados con núcleos agrarios de otros municipios que comparten el ecosistema, bosques, arroyos”, para tratar de integrar la dinámica ecológica con la dinámica comunitaria.
Además harán mapas epidemiológicos para ubicar las enfermedades principales y establecer políticas. También establecerán atlas de riesgo frente a desastres naturales para evitar afectaciones como las de las tormentas Ingrid y Manuel, instalarán viveros y crearán proyectos productivos.
En un principio la Universidad tendrá tres profesores, los ya mencionados Román Hernández y Julio Solano, y otro que llegará para iniciar clases el 22 de abril.
Crefal emitió una convocatoria nacional para la selección de los docentes que se basó en su experiencia profesional y académica, además del conocimiento de los problemas de la región donde impartirán clases. La meta es que cada Universidad tenga siete docentes y los alumnos reciban cinco asignaturas por ciclo escolar que durará entre 16 y 18 semanas. La carrera tendrá 8 ciclos, es decir, 4 años.
Alumnos
Desde el 25 de marzo estudiantes toman un curso propedéutico con materias como Química, Física, Matemáticas y Ecología en la Preparatoria Popular de Cozoyoapan de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), mientras se construyen las instalaciones en un terreno ubicado a 10 minutos en vehículo de la cabecera municipal. También tienen prácticas de campo. En total son 80 registrados pero sólo se han presentado 51 porque algunos no se han enterado que ya iniciaron clases y no han podido ser contactados.
La mayoría son de Suljaa’, pero también hay de Ometepec, Tlacoachistlahuaca, Igualapa y Tlacoapa, informó Lizbeth Hernández de 19 años y originaria de la cabecera municipal.
Ella, antes de estudiar “mesereaba” fuera del municipio, pero regresó porque tiene la expectativa de superarse, además de trabajar para la comunidad que está afectada por “mucha deforestación y contaminación del agua”.
Adelina López de Ometepec dijo que también le interesa la carrera, “porque está relacionada con el medio ambiente. A mí me llama la atención que puedo trabajar como técnica en realización de proyectos, en apoyar a la comunidad”.
Se enteró por redes sociales y su familia la apoyó a pesar de gastar diariamente 150 pesos en transporte y alimentos. Sabe que la escuela ofrecerá también alojamiento en alguna casa del municipio pero dice que la beca de 2 mil 400 pesos garantizada a todos los estudiantes sí le alcanzará. Este dinero es fundamental porque la mayoría de los estudiantes provienen de familias pobres y algunos ya tienen hijos.
Por su parte, a Marbel Carbajal le animó que “la Universidad está en Xochis y no tenemos que viajar a otras comunidades. Me gustó que podamos ayudar a la comunidad, vamos a hacer proyectos para la ecología, hay varias ramas: biología, ecología, química, finanzas, agronomía. Yo quisiera finanzas”.
César de la Cruz de la comunidad Rancho del Cura que queda a 20 minutos de la cabecera municipal, explicó que “muchos no pudiéramos estudiar en otra parte porque es difícil, hay fichas, por falta de recursos, porque está lejos.” Agrega que “aquí en la comunidad hay mucha contaminación del medio ambiente, también muchos campesinos no sabemos utilizar productos químicos. Mi familia es campesina, yo quisiera ecología”.
Además podrá “rescatar la cultura de nuestro municipio que hemos perdido y que ayudaba a cuidar el medio ambiente.”
Franco López tiene 21 años y vive en la comunidad Cozoyoapan. Él intentó estudiar en la Universidad de Chapingo pero no pasó el examen, luego consiguió trabajo. Afirma que los jóvenes de la región han escuchado de la Universidad porque en cada comunidad se ha avisado en bocinas, pero al final “es el interés de uno propio. Hay otros que no les interesa, de por sí porque no quieren estudiar. La verdad es que llama la atención la carrera porque involucra la agronomía y la ecología. Uno puede trabajar en el Ayuntamiento, puede apoyar al pueblo, a la región. Ahorita con la deforestación uno puede proyectar la siembra de árboles y la crianza de animales en peligro de extinción. Mi familia me apoya porque ven mis expectativas en la carrera”.
 Texto y foto: Ramón Gracida Gómez
 

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