Las cifras en la propuesta del nuevo PND

Héctor Manuel Popoca Boone

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1 junio,2019 5:41 am
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Héctor Manuel Popoca Boone
 
En la esfera de lo socio-político, económico, territorial y de justicia, México es un país contrastante. Debido a sus profundas disparidades que, por lo mismo, se retroalimentan entre sí. Mantiene fuertes inercias de desigualdad, de escasa equidad y discriminada accesibilidad gubernamental. Eso ha llevado a la existencia de un México multifacético que, cada vez más, se torna dual; es decir, se polariza configurándose dos tipos de ciudadanos mexicanos: los de primera y los de segunda. Por un lado, un México reducido pero rico, rodeado de privilegios y de modernidad; que vive y se sostiene a costa de la riqueza generada sobre los hombros del otro México grandemente depauperado y sin futuro promisorio.
Las siguientes estadísticas contenidas en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) son de constatación contrastante: Mientras en 2016 la pobreza en el estado de Nuevo León era de 14 por ciento, en Chiapas era de 77 por ciento. La proporción de mujeres que tuvieron trabajo remunerado a nivel nacional fue de 31 por ciento menor que los hombres, no siendo que demográficamente son mayoritarias. El ingreso promedio del 10 por ciento de la población más rica del país fue 21 veces más grande que el ingreso promedio que recibió el 10 por ciento más pobre. México en las décadas de los 50-70’s tuvo un crecimiento económico a tasas anuales promedios superiores al 6 por ciento. A partir de los 80’s a la fecha, lo ha hecho a tasas del 2.7 por ciento, pero de manera individual no creció más del 1.1 por ciento. Tenemos una economía anquilosada cuya productividad económica lejos de crecer disminuyó en promedio 0.4 por ciento anual entre 1990 y 2017.
Además de las cifras anteriores se señala que, del total de la población indígena nacional, 78 por ciento se encontraba en condiciones de pobreza. Lo mismo que 49 por ciento de las personas con discapacidad. El 67 por ciento de los jóvenes que trabajan entre 15 y 29 años de edad lo hacen de manera informal y su tasa de desocupación es entre dos y tres veces mayor que la de los otros grupos de edad. Hemos desperdiciado un activo demográfico de jóvenes, potencialmente muy productivos.
Por lo que se refiere al grado de calidad de vida, 53 millones de mexicanos (43 por ciento del total) están en situación de pobreza y 9 millones de ellos no pueden cubrir sus necesidades elementales como es la alimentación. “De acuerdo con el Coneval, en 2016, 19 por ciento de la población presentó rezago educativo, 16 por ciento no tenía acceso a servicios de salud; 54 por ciento no tenía acceso a la seguridad social, el 12 por ciento carecía de vivienda y 22 por ciento no tenía acceso a la alimentación, todo esto en el marco de un acrecentado envejecimiento por senectud de un segmento social que ya está en las puertas de la indigencia.
De lo anterior se colige que la economía del pueblo mexicano no es muy boyante; son precarios los derechos que tiene para elevar su calidad de vida actual, bajas son las opciones de empleos formales y remunerados, el país carga con una pesada deuda pública, con un disminuido acceso al petróleo y a la generación de electricidad como energéticos estratégicos, que impididen detonar un mayor crecimiento de la economía nacional.
Lo cierto es que México no puede seguir profundizando su dicotomía estructural. Para eso, la propuesta del proyecto de PND propone hacer descansar los presentes y futuros esfuerzos gubernamentales en tres grandes cimientos, que a la sazón son: “1.- Afianzar la justicia y el Estado de Derecho para que el gobierno sea garante de los derechos humanos establecidos en la Constitución. 2.- Garantizar el goce de los derechos sociales y económicos constitucionales. 3.- Fomentar un desarrollo económico dinámico, equilibrado, sostenible y equitativo que amplíe las capacidades, para el hoy y para el mañana de todas las personas”.
P.D.1 De acuerdo al INEGI, en el país se cometen más de 31 millones de delitos al año, y cerca del 99 por ciento quedan impunes. ¡Pá’ su má!
P.D.2 Ante el insolente Trump, demostrar con diplomacia, nuestra acendrada firmeza patriótica. No hay de otra.
 

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