Aumenta el riesgo por huracanes en el estado; seguirán lluvias hasta el martes

En Tehuantepec, Oaxaca, un fenómeno meteorológico podría evolucionar a ciclón, y aunque se prevé que no toque tierra, causará tormentas.

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10 agosto,2019 8:32 am
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En Tehuantepec, Oaxaca, un fenómeno meteorológico podría evolucionar a ciclón, y aunque se prevé que no toque tierra, causará tormentas.
El Sur / Ciudad de México, 10 de agosto de 2019. La canícula está por terminar. Las altas temperaturas –hasta 37 grados–, la sequía y los golpes de calor cederán paso a las tormentas tropicales y a los huracanes. De acuerdo con la Secretaría de Protección Civil (PC) del Estado de Guerrero, ahora mismo la onda tropical número 26 avanza por el país desde el Golfo de Tehuantepec y existe riesgo de que pronto se convierta en un ciclón tropical.
–Se prevé que para el lunes y martes genere ciertas afectaciones en las costas –explica Omar Cabrera, responsable de Comunicación y Prensa de la Secretaría de Protección Civil. Aunque no tocará tierra y es posible que no cobre demasiada fuerza, sí va a impulsar aire cálido y marítimo hacia la costa. Habrá tormentas y lluvias.
Es, prácticamente, el primer fenómeno meteorológico que anuncia la temporada de huracanes tanto para Guerrero como para el resto del país. Para disminuir al máximo los riesgos, David León Romero, titular de la Coordinación Nacional de Protección Civil, junto con la doctora Blanca Ramírez Cisneros, titular de la Comisión Nacional del Agua, presentaron la mañana del pasado jueves, 8 de agosto, el informe de Situación Hidrometeorológica en México y el Protocolo de Acción Conjunta.
–La coordinación emana desde la federación. Nosotros como Protección Civil local tenemos un sistema de alertamiento temprano. Tenemos que distribuir la información en los 81 municipios, con todas las autoridades municipales y con la prensa local, tenemos que hacer perifoneo también, principalmente en la zona de la Montaña, donde el acceso a las telecomunicaciones es difícil. Ahora mismo, este evento en Tehuantepec ya mereció una alerta temprana y será necesario que estemos atentos a cómo se desarrolla.
De acuerdo con la información presentada por Conagua y por la Coordinación Nacional de Protección Civil, 2019 ha sido un año con pocas lluvias. En una buena parte del estado de Guerrero se registra una “sequía moderada” y una franja, al norte del estado, está catalogada como “anormalmente seco”. El río Balsas –o río Mezcala, como también se le conoce– se encuentra al 57 por ciento de su capacidad, un 10 por ciento menos del agua que suele correr por su cauce. En pocos días, sin embargo, esto podría cambiar por completo.
La temporada de huracanes, en México, es bastante predecible. Comienza en agosto con pequeños ciclones y tormentas tropicales. En septiembre y octubre llegan los huracanes más poderosos, los más destructivos. Así, de acuerdo al informe de climatología de ciclones tropicales se esperan tormentas severas durante septiembre.
La canícula terminará, aproximadamente, el 20 de agosto. La temperatura entonces comenzará a descender y los huracanes comenzarán a acercarse. Según los promedios de la Comisión Nacional del Agua, el 9 por ciento de los huracanes que afectan al país tocan tierra en Guerrero y los riesgos son muchísimos: desde inundaciones hasta vientos destructivos, desbordamiento de ríos y presas, deslaves que bloquean carreteras o destruyen casas o poblados enteros, tormentas de granizo
–Tenemos ya 643 refugios temporales distribuidos en las siete regiones del estado, con capacidad para atender a 142 mil personas –dice Omar Cabrera–. El río Balsas es una de nuestras prioridades. Tenemos comunicación directa con una red de alertamientos y con todos los comisarios de la zona, así como con los responsables de todas las presas que son abastecidas por el Balsas. Con las autoridades municipales, en la zona de la Montaña, tenemos especial comunicación porque de ellos depende que se emitan las alarmas, puesto que son comunidades sin acceso a internet y a quienes más afectan los desprendimientos de tierra que afectan las carreteras.
Además del monitoreo permanente y las alertas emitidas, la Coordinación Nacional de Protección Civil contará con el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional, de las Secretaría de Marina y de la Guardia Nacional para apoyar en labores de prevención e incluso de rescate.
–El caso de Acapulco también es grave: no sólo porque es un punto turístico, sino porque el grueso de la población vive en el municipio. Estamos hablando de la mitad de la población del estado, concentrada ahí –advierte Cabrera.
El Atlas Regional de Riesgos de Acapulco menciona las inundaciones por lluvia como uno de los principales peligros en algunas zonas de la ciudad, como la colonia El Terrero, o en El Cayaco, Tuncingo, Tres Palos y el poblado de Llano Largo, lo mismo que toda la zona hotelera.
El Atlas de riesgos enumera caso por caso, desde 1965, las tragedias que han ocurrido en Acapulco a causa de las tormentas tropicales y las inundaciones. Rayos que caen sobre árboles, túneles viales y muros de contención que se vienen abajo, carreteras obstruidas, personas ahogadas, casas que sucumben ante la fuerza del agua.
En el caso de los ciclones, los huracanes y las tormentas tropicales el daño puede agravarse. Desde 1912 se tienen documentado ciclones que destruyen muelles y faros, que levantan barcos y los hacen encallar en otras costas a kilómetros de distancia, ganado arrastrado, huertas destruidas.
Texto: Carlos Acuña / Foto: Conagua (Twitter)
 

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