Río de Janeiro, Brasil, 12 de septiembre de 2019. En la clausura de la Bienal del Libro de Río escritores y editores participantes protestaron contra la decisión del alcalde de esa ciudad brasileña, el ex pastor evangélico Marcelo Crivella, de vetar obras con temas LGBT. Cerca de 70 autores firmaron un manifiesto en defensa de la diversidad y la libertad de expresión.
En medio de la polémica por el intento de censurar el cómic Avengers. La cruzada por los niños surgieron comentarios sobre la difusión de un título llamado As gemeas marotas (Los gemelos traviesos, en español), firmado por Brick Duna, en el cual se mostraban imágenes sexuales explícitas.
Las imágenes de esta publicación, que no se vendió en la Bienal del Libro de Río, se utilizan para justificar una supuesta necesidad de censura de títulos considerados inapropiados por el alcalde Marcelo Crivella.
La Corte Suprema brasileña frustró el domingo la intención del alcalde de fiscalizar y retirar de circulación libros con contenido sexual “inapropiado” y con temática LGTB de la Bienal, uno de los principales eventos literarios de Brasil.
En lo concerniente al cómic, el jueves Crivella había ordenado a los organizadores de la Bienal que retiraran de circulación un libro de cómics de la editorial Marvel que contiene un beso entre dos hombres para “proteger” a los menores de “contenido sexual”. Pero apenas horas después, y tras la negativa de los organizadores, el libro se agotó.
El libro, llamado Vengadores, la cruzada de los niños, presenta una escena en la que dos personajes hombres, novios en la historia, se besan.
La “rebelión” de los organizadores de la Bienal dio inicio a una batalla judicial en instancias inferiores. El domingo la procuradora general Raquel Dodge había pedido con urgencia a la Corte que anulara una orden de la justicia de Río del sábado que permitía a la alcaldía asegurar libros.
Dodge había pedido la suspensión de la orden de confiscar obras que traten el “homotransexualismo” debido a que la censura podía lesionar el derecho a la libertad de expresión y el libre “tránsito de ideas”.
De forma preventiva, el presidente de la Corte, José Dias Toffoli, le dio la razón a Dodge y dejó sin efecto la decisión de la justicia de Río.
Poco después de publicada la decisión en el sitio oficial de la Corte brasileña, la alcaldía de Río dijo en un comunicado oficial que presentará un recurso para que se revise la decisión.
Crivella dijo el jueves en un video publicado en su cuenta de Twitter que “la alcaldía determinó que los organizadores recojan ese libro que trae contenido sexual para menores”. Sin embargo, la Bienal no dio su brazo a torcer. En un comunicado defendiendo la exhibición del libro, los organizadores destacaron que se trata de un evento “plural, donde todos están representados”.
Organizaciones civiles y de homosexuales describieron la actitud de Crivella como una maniobra “homofóbica”.
De fuerte tradición conservadora, Crivella, quien fue obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios en Brasil, se ha referido en el pasado a los homosexuales como “víctimas de un terrible mal”.
Pessoal, precisamos proteger as nossas crianças. Por isso, determinamos que os organizadores da Bienal recolhessem os livros com conteúdos impróprios para menores. Não é correto que elas tenham acesso precoce a assuntos que não estão de acordo com suas idades. pic.twitter.com/sFw82bqmOx
— Marcelo Crivella (@MCrivella) September 5, 2019
Reacción en Argentina
La Unión de Escritoras y Escritores de Argentina expresó su repudio a la cruzada homofóbica desatada por el alcalde evangelista Marcelo Crivella.
La entidad que agrupa a los autores argentinos rechazó “una medida tan retrógrada” en una solicitada firmada por Claudia Piñeiro, Ángela Pradelli, Horacio Convertini, María Sonia Cristoff, Gabriela Cabezón Cámara, Cecilia Szperling, Enzo Maqueira, Gonzalo Unamuno, Alejandra Laurencich, Belén López Peiró, Gloria Peirano, Alejandro Horowicz, Elsa Drucaroff, Débora Mundani, Carla Maliandi, María Inés Krimer, Gabriela Franco y Eduardo Mileo, entre otros.
“Como integrantes de la comunidad literaria y cultural argentina, repudiamos la censura y el decomiso de obras con contenido LGBTTQI+ llevado adelante por el alcalde Marcelo Crivella, funcionario del gobierno de Jair Bolsonaro, en la Bienal del libro de Rio de Janeiro”, plantean los escritores que firmaron la carta.
“La más que simbólica prohibición de un beso gay en la tapa de un libro de cómics representa un claro avance represivo de las políticas de derecha homofóbica del presidente de Brasil y su alianza con la Iglesia Universal representada por el funcionario carioca”.
Crivella, obispo evangélico y cantante de góspel que había calificado previamente a la homosexualidad como “un comportamiento maligno” en un libro que publicó en 1999 sobre su experiencia como misionero en varios países africanos, explicó que “libros como este (por el cómic de Marvel) tienen que estar envueltos en una bolsa sellada de plástico negra con una advertencia en el exterior”. En su cuenta de Twitter agregó: “No es censura u homofobia como mucha gente piensa. El tema de los cómics en la Bienal tiene un objetivo claro: cumplir con las disposiciones del Estatuto del Niño y el Adolescente. Solo queremos preservar a nuestros hijos, luchar en defensa de las familias brasileñas y cumplir con la ley”.
El libro censurado, escrito por Allan Heinberg e ilustrado por Jim Cheung, forma parte de una serie de historietas creada en 2005 a partir de jóvenes personajes derivados de los superhéroes de Marvel Los vengadores. La obra que explora diversos temas como la homosexualidad ganó numerosos premios en el mundo y está protagonizada por dos gays: Wiccan y Hulkling.
Las declaraciones de Crivella han generado una ola de repudios. El ministro de la Corte Suprema Celso de Mello calificó el intento de censura como “un hecho gravísimo”. “Bajo el signo del retroceso (…) un nuevo y sombrío tiempo se anuncia”, afirmó en un comunicado enviado al Folha de São Pablo.
“Eso nunca había ocurrido en esta Bienal, es un intento horrible de censura”, dijo Flavio Moura, de la editorial Todavia. “Rechazamos cualquier acto de censura”, manifestó Luiz Schwarcz, de la Compahia de las Letras, una de las mayores editoriales de Brasil, y criticó los intentos de “colocar a la sociedad brasileña en tiempos medievales”.
Después de la cruzada de los inspectores de la alcaldía de Río en la Bienal, algunos locales colocaron una etiqueta de advertencia en todas las obras con contenido LGBT que tenían para vender, como forma de protesta.
Texto: DPA / Redacción / Foto: Captura de la portada de diario “Folha de Sao Paulo”
