Marchan familiares de desaparecidos en Chilapa; exigen verdad y justicia

Integrantes del Frente Guerrero por Nuestros Desaparecidos demandan a los gobiernos reparación integral del daño, identificación de los cuerpos que están en los Semefo y no más simulación....

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30 octubre,2019 4:42 am
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Integrantes del Frente Guerrero por Nuestros Desaparecidos demandan a los gobiernos reparación integral del daño, identificación de los cuerpos que están en los Semefo y no más simulación. Piden a AMLO que garantice el Estado de derecho en Guerrero.
Chilapa, Guerrero, 30 de octubre de 2019. Con una marcha y un pronunciamiento a las autoridades de los tres niveles de gobierno, a las que exigieron verdad y justicia, reparación integral del daño, identificación de los cuerpos que se encuentran en las instalaciones de los semefos y no más simulación, así como un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador para que garantice el Estado de derecho en Guerrero, terminaron este martes los trabajos del primer encuentro Rompiendo el muro del miedo, organizado por el Frente Guerrero por Nuestros Desaparecidos.
En esta población considerada por los colectivos de familiares de víctimas y organismos civiles que participaron en el encuentro como de alta criminalidad, los más de 50 participantes en la movilización corearon insistentemente durante la marcha la consigna: “Basta ya de guerra, queremos ya  la paz, Chilapa no estás sola, te venimos a apoyar”.
En la mañana previo a la marcha se instalaron cinco mesas para discutir los temas: no repetición, justicia, actores en la construcción de la paz, memoria y verdad.
En seguida partió la marcha encabezada por la vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem), Tita Radilla Martínez, la fundadora de Enlaces Nacionales María Herrera Magdaleno, el director del Centro Morelos Manuel Olivares Hernández, el secretario ejecutivo de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos Para Todos (RED TDT), Fernando Ríos Martínez, así como el visitador adjunto de la tercera visitaduría de Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (Codehum), Adelaido Memije.
La marcha partió del hotel Mi Corazón donde se realizaron las actividades, y llegó al Zócalo de la cabecera municipal. En el trayecto se escuchó repetidamente la consigna: “donde están, donde están, nuestros hijos donde están”. A esta consigna, coreada insistentemente, los manifestantes le agregaban el “hijos”, “padres”, “madres”, “hermanos” o “esposos”, a manera de reclamo por la presentación de sus distintos familiares desaparecidos.
Otras de las condignas repetidamente coreadas fueron: “porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”, y “Basta ya de guerra, queremos ya la paz, Chilapa no estás sola, te venimos a apoyar”.
Desde hace dos años en Chilapa se dejaron de vender los periódicos por presiones del crimen organizado
La consigna cobró sentido porque esta zona ha sido considerada como una de más alta criminalidad en Guerrero, a tal grado que desde hace dos años en Chilapa se dejaron de vender todos los periódicos locales y nacionales, por presiones del crimen organizado. Los reporteros locales contaron ayer que primero amenazaron a los voceadores que vendían los impresos mediante aparatos de sonido, y posteriormente impidieron la venta en los puestos establecidos.
Olivares Hernández lamentó que esta medida haya sido con la aprobación de las autoridades, de lo contrario, dijo, no hubieran aceptado la prohibición de los grupos de poder de facto.
Sin embargo, cuando menos ayer esta cabecera municipal fue sometida bajo un aparatoso operativo de vigilancia en el que participaron elementos de la Guardia Nacional, Ejército mexicano y Policía Estatal, quienes realizaron rondines en el centro y en la entrada de la población, en donde realizaron revisiones a los automovilistas y motociclistas.
Según los pobladores, la operación sólo fue con motivo del encuentro de familiares de víctimas de desaparecidos, pero adelantaron que terminando la reunión seguramente la ciudad quedaría otra vez a merced del crimen organizado.
En el kiosco los manifestantes instalaron una ofrenda adornada con ramos de flores de la temporada, cadenas de cempazúchitl, un somerio humante con copal y fotografías de personas desaparecidas en esta zona.
En este mismo lugar los representantes de los colectivos dieron a conocer en un escrito el pronunciamiento derivado del encuentro, en el que exigieron verdad y justicia para las familias “de ayer y ahora”.
Reprocharon que a 50 años de la desaparición forzada de personas como una forma de terrorismo de Estado y de contrainsurgencia en contra de disidentes políticos y sus familiares en todo el país, con un saldo de más de 850 víctimas, la mayoría de Guerrero, y 650 detenidos desaparecidos por el Ejército mexicano, de los cuales más de 450 personas detenidas–desaparecidas son de Atoyac de Álvarez, no se ha realizado una investigación real del paradero de todos ellos.
Denunciaron que el Ejército llevó a cabo las detenciones-desapariciones como práctica sistemática y generalizada por órdenes del entonces presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez, como se da cuenta en la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coidh) en el caso Rosendo Radilla Pacheco emitida en 2009, sin que a la fecha se haya dado cumplimiento a esta sentencia.
Asimismo, demandaron la identificación de todos los cuerpos que aún se encuentran pendientes en las instalaciones de los semefos, en Guerrero y en resto del país.
La plena identificación y adecuado seguimiento a los hallazgos realizados en la cuarta Brigada Nacional de Búsqueda realizada en Huitzuco a inicios de este año, así como en la tercera caravana que realizó el colectivo de madres igualtecas.
Exigieron “no más simulación” de las autoridades nacionales y estatales y que garanticen la vida, la seguridad y los bienes patrimoniales, además del bienestar de la población, “lo cual hasta el momento es mera simulación”.
Se quejaron de que en los hechos no hay investigaciones y que sólo para algunas víctimas hay apoyos económicos, “pero no cumplimiento pleno de los derechos que por ley tendrían que cumplir, como la salud, educación, alimentación y otros apoyos”.
Pidieron también al presidente Andrés Manuel López Obrador que se garanticen los derechos en el estado, y como Frente Guerrero por Nuestros Desaparecidos exigieron una mesa interinstitucional estatal y federal que, denunciaron, “ha estado pendiente”.
A este encuentro, según los organizadores, asistieron más de 170 personas durante los dos días, “con una notable mayoría de mujeres, niñas y niños”.
Participaron 7 colectivos de familiares de víctimas de desapariciones y desplazamientos forzados, así como 8 organizaciones de defensa y promoción de los derechos humanos de Chilapa, Atoyac, Chilpancingo, Iguala, Morelos y de la Ciudad de México.
El obispo Salvador Rangel Mendoza ofició una misa
“Este encuentro fue denominado Rompiendo el muro del miedo, por la situación que cotidianamente vive la población en esta región, donde está prohibida hasta la venta de prensa escrita, y donde la justicia aún no les llega a las mujeres indígenas víctimas de la violencia directa y de la violencia estructural”, manifestaron los participantes en una parte de su pronunciamiento.
En el escrito se estableció que las actividades realizadas abrieron el espacio para que muchas de las víctimas de este lugar, organizadas en el Colectivo de Víctimas de Chilapa y Pueblos Indígenas, se pudieran expresar en su idioma náhuatl, mediante una interprete, “de modo que se generó un espacio en el cual pudieron expresar su sentir, necesidades y exigencias sobre la violaciones a los derechos humanos que se han cometido en contra de sus familias y comunidades, como desapariciones, desplazamientos forzados y asesinatos.
En el marco de las actividades de este encuentro, la tarde del lunes, el obispo Salvador Rangel Mendoza, -recién llegado la noche del domingo de Roma- ofició una misa en las instalaciones del Seminario de esta cabecera municipal, y les dijo a los participantes del encuentro que son víctimas de una sociedad “donde desaparecen los valores, el amor a la vida, el cuidado de la vida, y donde no se aprecia la vida”.
Ante estas circunstancias, les pidió a los familiares de las víctimas de la violencia que se refugien en la oración y rezar. “A veces hay circunstancias en la vida y dolores difíciles que solamente con la oración se puede encontrar esa paz y esa tranquilidad que buscamos”, dijo.
Les contó que él ha sufrido la experiencia que ellos viven porque tiene cuatro hermanos muertos, dos de ellos asesinados, “eran jóvenes, y es un dolor y desesperación que se siente”.
Agregó que lo suyo es también un testimonio vivo del dolor y de sufrimiento al haber perdido un ser querido.
“Sepan que estamos con ustedes”, dijo y añadió que oficialmente dentro de la Iglesia “tenemos esta línea de atención a las víctimas y también a los victimarios, en lo que se pueda”.
Agregó: “La diócesis camina con ustedes para atenderlos en la medida de sus posibilidades, y en aquello que está en sus manos, que es la ayuda espiritual con la palabra y el pensamiento”.
Dijo que la misa era para pedirle a Dios “que salgan de este calvario, que salgan de estas tinieblas y que haya paz, luz, resurrección en sus vidas”.
Al concluir las actividades el director del Centro Morelos exigió un plazo a los gobiernos federal y estatal para que se instale una mesa interinstitucional, en la que se atienda el problema integral de las víctimas de la violencia, “porque ya basta de simulación, de seguir engañando y seguir aparentando que se está apoyando y atendiendo a la gente”.
Dijo que la atención a las víctimas tiene que ver con una estrategia más integral y completa para inhibir y detener el crecimiento de la delincuencia organizada, “para que las niñas y niños estudien y sus padres tengan un empleo con mejores salarios y apoyos para el campo”.
Expresó que en este encuentro se pudo constatar cómo la población indígena de esta región es la más vulnerable y la más sufrida por la violencia porque son doblemente víctimas y re victimizadas, porque son marginados de los apoyos por los gobiernos y todavía sufren el azote del crimen organizado que les desaparece y asesina a sus hijos, esposos o madres.
“Por eso consideramos que para que podamos decir que las víctimas indirectas de la desaparición están satisfechas tiene que verse una atención integral a sus problemas”, expresó.
Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Lenin Ocampo Torres
 

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