Ya partieron cerca de 500 campesinos. Los insumos dados por el gobierno estatal, por medio de la SAIA, ya se terminaron y no llega la siguiente remesa, informa el encargado del comedor comunitario.
Tlapa, Guerrero, 6 de noviembre de 2019. En la Montaña inició la migración de los campesinos como jornaleros agrícolas a los campos de cultivo de hortalizas en el norte del país, y este martes salieron 10 autobuses con cerca de 500 personas entre adultos y niños.
Sin embargo, las autoridades municipales, estatales y federales no han cumplido con su parte para atender a este sector, en su mayoría indígena, que migra ante la falta de empleos remunerados en la región.
De acuerdo con el encargado del comedor comunitario, habilitado para atender a los jornaleros agrícolas en esta temporada, Miguel Martínez Peralta, los insumos dados por el gobierno estatal, a través de la Secretaría de Asuntos Indígenas y Afromexicanas (SAIA), ya se terminaron y no ha llegado la siguiente remesa.
A eso se suma la falta de cumplimiento de la palabra de los alcaldes de Tlapa, Alcozauca y Cochoapa el Grande, quienes asistieron a una reunión el pasado 18 de septiembre, comprometiéndose a entregar insumos para atender a su población que llega a Tlapa para abordar los autobuses e irse a trabajar en la siembra o corte de hortalizas, porque a veces esperan por horas o días, hasta que se reúne el cupo del autobús, de 30 a 35 personas.
Martínez Peralta dijo que la falta de insumos para hacer los alimentos destinados a los jornaleros es un problema de siempre, en que las autoridades, sean municipales, estatales o federales, no cumplen los acuerdos, afectando a las familias que muchas veces salen de su comunidad con poco dinero o nada al emprender su viaje, y les ayuda que al menos tengan qué comer.
Dijo que no sólo desatienden el tema de los insumos para el comedor, sino que no verifican que los camiones, al menos, estén en buen estado para su recorrido de Tlapa a los campos, en un viaje que dura tres días, o que se les brinde la atención por el Registro Civil, ante el faltante de algún documento de identidad que les piden.
Tampoco acuden a verificar si donde van a ser contratados respetarán sus derechos laborales o son engañados, al no pagarles los salarios prometidos, ni contar con escuelas o servicios básicos en las galeras en que se hospedan durante los meses que trabajan.
Asimismo, los servicios básicos. como la recolección de basura y de agua potable, que usan mucho por los sanitarios, las regaderas y el lavado de los trastes.
Así, las instalaciones de la Casa del Jornalero o la Unidad de Servicios Integrales (USI), de la Secretaría de Bienestar, reciben desde el pasado septiembre a hombres y mujeres que llegan de sus comunidades, para enrolarse como jornaleros. Este tránsito baja de intensidad en enero, cuando concluye la etapa de migración alta, pero la salida de las personas continúa con menor afluencia durante todo el año.
Decenas de hombres, mujeres, niños y jóvenes arrastran sus maletas, los costales con ropa que llevarán para los cuatro a seis meses que permanecen fuera de sus comunidades. Algunos llevan productos cosechados, como chayotes, calabazas o algo de maíz para los primeros días en los sembradíos, antes de recibir su primer salario.
En el recorrido se observaron los autobuses, estacionados en el espacio habilitado, mientras los jornaleros se registraban para salir y esperaban que llegaran de varias comunidades, de los 19 municipios.
Texto y foto: Carmen González Benicio
