Re ¡Viva la Revolución!

Abelardo Martín M.

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19 noviembre,2019 4:54 am
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Abelardo Martín M.
 
A 10 días del primer aniversario de la 4T, revive uno de los acontecimientos más significativos durante más de un siglo: el Aniversario de la Revolución Mexicana y los principios de No Reelección y Justicia Social.
El principio de la No Reelección se cumplió a cabalidad, no obstante la entronización del PRI durante varias décadas, molde repetido por el PAN, aunque con una duración de 12 años en los que logró desgaste similar al de su antecesor en el gobierno y en el poder.
La promesa de justicia social, registró en un siglo algunos barruntos que el llamado neoliberalismo estuvo a punto de hacer desaparecer, educación pública gratuita, laica y obligatoria y asistencia médica para todos los mexicanos, ambas políticas de gobierno fundamentales para propiciar la igualdad de oportunidades para todos.
Las desigualdades sociales, económicas y políticas son la causa y efecto de todos los problemas que afectan a México, en especial la violencia y la inseguridad. La corrupción se convirtió en el aceite que permite la impunidad y las violaciones constantes a la legalidad.
Recuperar la conmemoración del inicio de la Revolución Mexicana constituye una obligación cívica y moral por la gravedad de las desigualdades imperantes en todo el país.
También porque coincide con los principios que enarbola la 4T, en especial el de “primero los pobres”, a quienes no sólo se ha empobrecido más al disminuir calidad y cantidad de los servicios de salud y educación, sino a quienes se han cancelado oportunidades de progreso, de integración al progreso y de contribución al desarrollo personal, familiar y nacional.
Por eso es relevante evitar el soslayo de los principios de la Revolución Mexicana que mañana se conmemora.
Por otra parte, mientras la Cámara de Diputados se paraliza, en medio de la disputa por el presupuesto de la nación, en Guerrero el delegado del Gobierno Federal, Pablo Amílcar Salazar, asegura que en la entidad el próximo año habrá una inversión multimillonaria, aunque cambiará la manera de inyectar recursos y los sectores a los que se destinan.
Es probable que así sea, dado que el énfasis del gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido beneficiar a los más desprotegidos, y geográficamente a la región sur del país, que es la más rezagada.
Tan es así que a principios de este año el Presidente tomó una decisión inusitada: él, que ha sido criticado por cancelar prácticamente todos los programas de gobiernos anteriores para instaurar los propios, hizo suya la distribución gratuita de fertilizantes en todos los municipios de Guerrero, que por décadas habían llevado a cabo los sucesivos regímenes estatales.
No le fue sencilla la operación al gobierno de la República. Sufrió la curva de aprendizaje, trabajó con fallas y retrasos, generó protestas e inconformidades, pero a final de cuentas cumplió. El siguiente ciclo seguramente se ejecutará mejor, con mayor eficacia y oportunidad.
A lo anterior se suma el anuncio de la secretaria de Bienestar, María Luisa Albores. La funcionaria federal presentó ante el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, el programa Sembrando Vida, cuyo proyecto es que el próximo año comenzará a operar en la entidad en una superficie de 25 mil hectáreas, en beneficio de 10 mil familias campesinas.
Este es uno de los principales programas echados a andar en la actual administración federal, que consiste en la entrega de recursos en efectivo a campesinos a cambio de que siembren y cuiden en sus tierras árboles frutales y de otras especies.
El año que está por concluir sólo operó en una decena de estados. El proyecto del próximo año es que opere en una decena más, con lo que estaría cubriendo ya la mayor parte del territorio nacional.
La idea en este rubro es mejorar las condiciones de vida en el campo, detener la degradación ambiental, recuperar la biodiversidad y contribuir a la autosuficiencia alimentaria.
Si las cosas resultan tan bien como suenan, le irá bien a nuestro estado, al que en materia económica le están resultando bien las cosas.
Hace unos días, en su más reciente reporte trimestral, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dio a conocer que Guerrero continúa con la tasa de desempleo más baja a nivel nacional. Pese a que el indicador ha subido a nivel nacional, la tasa de desocupación en el estado es según el reporte, del 1.4 por ciento, muy por debajo de la media nacional que es del 3.7 por ciento, y sensiblemente menor a la de 2.2 puntos, cuando inició el gobierno actual.
Una explicación sobre el tema es que Acapulco y el resto de los principales centros turísticos y vacacionales de Guerrero han mantenido altos niveles de ocupación durante los periodos de asueto. Pese a los niveles de violencia en Acapulco, Chilpancingo, Zihuatanejo, Chilapa, Tixtla y otros lugares de la entidad, el turismo no se siente amedrentado ni en peligro.
De todos modos, lo deseable es que la autoridad abata realmente los niveles de violencia y haga de todo el estado un lugar seguro para vivir y para el desarrollo de actividades productivas. Si ambas cosas se logran, inversión y desarrollo económico, y abatimiento de la violencia, en Guerrero estaremos del otro lado de la pobreza y las promesas de la Revolución habrían quedado cumplidas. Ojalá.
 

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