Instantánea de una biblioteca accidental en cuarentena

Tryno Maldonado

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14 abril,2020 5:08 am
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Metales Pesados

Tryno Maldonado

Escribió Don Durito en la Selva Lacandona en 1996: “Lo malo de la globalización en el neoliberalismo es que los globos se revientan”. Mientras atestiguamos el principio de este reventamiento largamente anticipado por el zapatismo, en ciudades donde los procesos de gentrificación a causa del turismo y la especulación inmobiliaria –como la ciudad de Oaxaca– muchas y muchos que no somos propietarios sino que vivimos pagando una renta hemos sido desplazados poco a poco hacia las afueras. Amigos y conocidos –artistas, gestores culturales, académicos sin derechos sanitarios ni laborales– han ido dejando el centro debido a la presión insostenible de los precios por la estratósfera imposibles para los locales. En ese contexto, hace meses me vi obligado a dejar el centro de la ciudad en el que había vivido los últimos 14 años y traer a las afueras algunas pocas pertenencias para terminar de escribir la novela en la que trabajo. Entre esas pertenencias están algunos pocos libros de mi biblioteca. El resto ahora está en cajas y envuelta en plástico, sin que tenga acceso a ella. En estas semanas en que otro fenómeno exponenciado por las vías del capitalismo se ha unido a la ecuación, el coronavirus Covid-19, muchos nos hemos visto forzados a permanecer en confinamiento –aunque sabemos que millones explotados y marginados de este mismo sistema que hoy revienta ni siquiera con esa posibilidad contarán ante las prácticas de control social higienista.  Lo que comparto a continuación es una radiografía accidental de unas pocas obras culturales que pude rescatar de mi hogar y que ahora, lejos, en cuarentena y un poco sin querer, son el paisaje al que puedo tener acceso de manera física. No es una lista de recomendaciones para el encierro como las que abundan. Pero quizá sí sea una instantánea de filias –e incluso fobias–, una Polaroid de una mini biblioteca móvil. En todo caso, sirva como sugerencia a quien desee descubrir o revisitar lecturas durante este tiempo en que resistimos aislados pero en solidaridad e imaginando nuevos modos de relacionarnos y de tejer redes para lo que sigue. Comparto, por lo tanto, algunas modestas herramientas y música de fondo como propuesta personal y azarosa para comenzar a imaginar y reconstruir esas nuevas vías que están por venir después del colapso. Siempre me ha pasmado la pregunta sobre qué libros se llevaría uno a una isla desierta. Dice Arundhati Roy en su artículo La pandemia es un portal: “La tragedia es inmediata, real, épica, y se desenvuelve ante nuestros ojos. Pero no es nuevo. Son los restos de un tren que iba descontrolado, bamboleándose de un lado a otro sobre sus rieles, durante años”. Sin proponérmelo, he aquí con lo que me quedé al momento de ese descarrilamiento. 

Pensamiento

Cuestiones y horizontes, Aníbal Quijano; Los condenados de la tierra, Frantz Fanon; Contra-pedagogías de la crueldad, Disciplinamiento territorialidad y crueldad en la era apocalíptica del capital y La escritura en el cuerpo, Rita Laura Segato; La ciudad letrada, Ángel Rama; La lucha contra el cuerpo rebelde y Calibán y la bruja, Silvia Federici; Deshacer el género, Judith Butler; Ser radical en el siglo XXI, Angela Davis; Le diría buenos días, James Baldwin; La vida o el mineral, Francisco López Bárcenas; Esferas de insurrección: apuntes para descolonizar el inconsciente, Suely Rolnik; Ser mujeres y hombres en la filosofía ayuuk, Carolina María Vásquez García; Si esto es un hombre, Primo Levi; Emiliano Zapata, Octavio Paz Solórzano; Cultura e imperialismo, Edward W. Said; De la sensualidad a la violencia de género: la modernidad y la nación en las representaciones de la masculinidad en el México contemporáneo, Héctor Domínguez Ruvalcaba; Método cultural para aprender zapoteco, Javier Castellanos; Usos y costumbres: vivencias y convivencias de un alcalde mixe, Honorio Alcántara Núñez; Antología XX aniversario, Congreso Nacional Indígena.

Ficción

Cuando la vida te da un martillo, Kate Tempest; Según venga el juego, Joan Didion; Las chicas, Emma Cline; Meridiano de sangre (dos ejemplares), Todos los hermosos caballos, Cormac McCarthy; Beloved, Toni Morrison; Americana, Ruido de fondo, Don DeLillo; Rock Springs, Richard Ford; Temporada de huracanes, Fernanda Melchor; Desierto sonoro, Valeria Luiselli; Luzbella, Juan López Bauzá; Serotonina, Michel Houellebecq; El ferrocarril subterráneo, Colson Whitehead; Canek, Ermilo Abreu Gómez; Obras completas I, Martín Luis Guzmán; Esperando a los bárbaros, J.M. Coetzee; El miedo del portero al penalti, Peter Handke; El blues de Beale Street, James Baldwin; Las uvas de la ira (dos ejemplares), John Steinbeck.

Crónica 

La tropa, por qué mata un soldado, Daniela Rea y Pablo Ferri; Plano americano, Leila Guerriero.

Revistas

Dazed; Proceso; Viva Tierra y Libertad, periódico magonista zapatista libertario.

Series

Mr. Robot, temporadas 1-3; Mindhunter, temporadas 1-2; Atlanta, temporadas 1-2; BoJack Horseman, temporadas 1-6; Pose, temporada 1; RuPaul’s Drag Race, temporadas 7-12.

Música

The Epic y Heaven and Earth, Kamasi Washington; After Hours, The Weeknd; Brass Against, Brass Against; Miss Anthropocene, Grimes; Lux Prima, Karen O & Modest Mouse; Let Them Eat Chaos, Kate Tempest; Remission, Mastodon; Zion, Ely Guerra; Displaced Diaspora, Moses Boyd; The Planets Suite, Gustav Holst.

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