Qué leer cuando no se puede leer

Adán Ramírez Serret

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24 abril,2020 4:15 am
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Adán Ramírez Serret

En estos días en los que todos nos hemos vuelto anacoretas por obligación –unos creyentes y otros ateos– es casi un lugar común la idea de ponerse a leer los libros que nunca se ha tenido tiempo de leer. Una obligación hacerlo ahora, antes de que se acabe el mundo. No se puede pensar, en efecto, en un momento más óptimo para recuperar el tiempo perdido y leer las grandes obras de la humanidad.

Pero el estrés que genera el enclaustramiento y la incertidumbre y angustia que deja leer las noticias sobre la pandemia hacen difícil acercarse a obras que plantean ficciones desapegadas de la realidad y parecen imaginadas en otro mundo, obras que al leerlas se tiene la sensación de tener que ver poco con ellas, y es casi imposible ahora pensar en un mundo que no se parezca a una obra de ciencia ficción y los seres humanos se puedan reunir, darse la mano y abrazarse.

Por lo tanto, pensé en escribir sobre algunos libros que hayan sido escritos durante momentos vertiginosos de la humanidad. Pensé en Job,de Joseph Roth (1834-1939); en La mujer justa, de Sándor Márai (1900-1989) y Un paseo por el lado salvaje, de Nelson Algren (1909-1981).

No se trata de ficciones cualquiera, se trata de obras extraídas desde la médula de una crisis social. Obras escritas a pesar de todo, a pesar de que el mundo tal y como lo conocían el autor y sus contemporáneos había dejado de existir y sus vidas serían algo opuesto a lo que habían imaginado.

Job, de Joseph Roth, es quizá –y lo digo completamente en serio–, uno de los mejores libros que haya leído nunca. Es la novela de un autor nacido dentro del imperio astrohúngaro, en Eslovaquia, en lo que ahora es Polonia y Lituania (pertenece a los autores que vivieron precisamente cambios tan radicales, que hay que explicar el mundo en que nacieron), se trata de un autor completamente delirante, brillante y famoso, que se puso a escribir todo lo que pudiera antes de que el alcoholismo lo devorara.

Job es la historia de unos inmigrantes judíos durante la Primera Guerra Mundial. Una historia de una familia creyente que como el personaje bíblico es puesta a prueba su fe, enfrentándose a las más terribles experiencias como perderlo todo y abandonar a un miembro –el más frágil- de su familia. Conozco pocas novelas tan humanas y que logren mostrar la esperanza, hermosa y genial, detrás de la más profunda oscuridad.

La mujer justa es una novela de un autor de 1940 que en español descubrimos hace menos de 20 años. Un novela extraña de un novelista acostumbrado a escribir obras perfectas. En segunda persona cuenta una historia de amor que involucra problemas de clase en el Budapest de entreguerras, en donde el telón de fondo es el hundimiento de un imperio que también fue el fin de la vieja Europa, es decir, de una civilización completa que se tuvo que acabar.

Finalmente, Un paseo por el lado salvaje, del un tanto olvidado en nuestro idioma Nelson Algren, es de alguna forma el otro lado de Las uvas de la ira, de John Steinbeck. La vida de un hombre, un perdedor absoluto, en la calles de Nueva Orleans luego de la recesión del siglo pasado y de la terrible depresión económica que trajo. Sin embargo, esta novela –que inspiró, claro, la célebre canción de Lou Reed y también a Leonard Cohen–, es una obra llena de sentido del humor que anuncia otro mundo. Escrita durante la época más brillante de la Literatura Norteamericana, Nelson Algren anticipaba una generación escéptica ante todo, una vida en donde la felicidad del ser humano estuviera más allá de cualquier sistema económico y político.

Joseph Roth, Job, Ciudad de México, Cal y Arena, 2003. 227 páginas.

Sándor Márai, La mujer justa, Barcelona, Salamandra, 2005. 416 páginas.

Nelson Algren, Un paseo por el lado salvaje, Barcelon, Galaxia Gutenberh, 2012. 419 páginas.

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