Proponen engañar al Coronavirus con una molécula que evita su propagación

“La investigación nos puede dar una forma de tratar al virus directamente; evitar complicaciones mayores; rebajar los efectos sumamente nocivos del virus; reducir la mortalidad y simplemente ayudar...

710 0
8 septiembre,2020 9:45 am
710 0

Monterrey, 08 de septiembre de 2020. Un posible y prometedor tratamiento para el Covid-19 tiene, entre sus creadores, a un investigador regio: Juan Pablo Romero.

De 29 años de edad, es doctor en bioinformática e investigador post doctoral en el Departamento de Hemato-oncología del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra, en España, donde radica desde el 2009.

La investigación en la que participa tiene la premisa de que un receptor de las células, llamado ACE2, es utilizado por el nuevo coronavirus para anclarse y lograr su replicación.

El tratamiento que propone el proyecto, que se encuentra en la etapa de ensayo clínico, consiste en una molécula que engaña al patógeno para que se una a ella.

“En el momento en que se pega a esta molécula no puede propagarse y se reduce la carga viral”, explica en entrevista Romero, quien vivió en San Pedro.

El paper donde se presenta el avance científico se titula “Inhibition of SARS-CoV-2 Infections in Engineered Human Tissues Using Clinical-Grade Soluble Human ACE2” y se publicó en la revista Cell en mayo.

Tiene 18 autores, incluyendo al reconocido investigador Josef Penninger, del Instituto de Biotecnología Molecular de la Academia Austríaca de Ciencias.

También hay especialistas del Karolinska University Hospital, de Suecia; el Instituto de Biotecnología de Cataluña y el Li Ka Shing Knowledge Institute, del Hospital St. Michael de la Universidad de Toronto, entre otros.

El trabajo de Romero en el proyecto comenzó en marzo. Una colaboradora radicada en Barcelona, la investigadora Nuria Montserrat, otra de las autoras del paper, solicitó el apoyo del equipo del investigador Felipe Prosper, jefe de Juan Pablo.

“Ella trabaja con organoides de riñón, que son órganos ficticios, creados, con propiedades similares a un órgano real y con ellos experimentas para ver cómo responden a tratamientos. Ella estaba trabajando con el investigador Penninger para ver cómo el coronavirus afectaba a estos organoides”.

En su capacidad como experto en bioinformática, el regiomontano no se involucró en los laboratorios, sino que su aportación era el análisis de los datos a través de programas de computadora.

“Lo que hice es analizar cada célula de los organoides, primero para detectar cuáles células expresaban el receptor ACE2 y, por lo tanto, eran candidatas para infectarse con el coronavirus.

“Después de darles el tratamiento con la molécula, mi trabajo era ver si la carga viral bajaba. Los resultados que vimos eran prometedores, y ahora, con el apoyo de una farmacéutica europea, están en medio de un ensayo clínico con pacientes para ver si este trabajo puede ser aprobado como tratamiento”.

Agregó que, si bien las noticias sobre las vacunas dominan la atención mediática, aún se es tá en un punto donde una gran cantidad de personas enferman de Covid-19, desarrollando complicaciones que las colocan en riesgo de muerte.

“La investigación nos puede dar una forma de tratar al virus directamente; evitar complicaciones mayores; rebajar los efectos sumamente nocivos del virus; reducir la mortalidad y simplemente ayudar a la gente con un medicamento que sabes que es efectivo para esta enfermedad particular”, señala.

Antes de colaborar en la lucha contra el Covid-19, Juan Pablo enfocaba su investigación a la utilización de modelos matemáticos que permiten un mejor entendimiento de los procesos celulares que llevan al desarrollo del cáncer y otros padecimientos.

De hecho, su tesis titulada “Bioinformatical Analysis of Alternative Splicing” obtuvo en el 2019 el Premio Extraordinario de Doctorado que otorga la Junta Directiva de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra.

Éste es el fruto de trabajar en dos áreas que han sido de su interés desde los años escolares: la medicina y la ingeniería.

Específicamente, la aportación al campo que realizó a través de su tesis es un algoritmo llamado EventPointer, que parte de miles de datos genéticos con los cuales se hacen modelos matemáticos y pruebas estadísticas que buscan explicar el desarrollo de tumores malignos.

Uno de los beneficios potenciales de este método es la medicina personalizada, es decir, la que está diseñada para atacar las características particulares de cada cáncer, en vez de apostar por un tratamiento genérico, ahonda Juan Pablo.

“Mi meta es seguir aportando, desarrollando metodología y algoritmos para, desde el punto de vista de los genes y los números, llegar a las respuestas que nos faciliten la creación de fármacos y el tratamiento de los pacientes de enfermedades como el cáncer”, afirma.

“El cuerpo humano es una máquina espectacular, está hecha perfectamente. Entonces, qué excelente es tener la oportunidad de mejorar la calidad de vida mediante la comprensión de cómo funciona y por qué se llega a alterar”.

El joven tiene en la mira continuar con su investigación y ya busca la oportunidad de realizar otra estancia post doctoral en Estados Unidos.

 

Texto y foto: Agencia Reforma

 

In this article