Sin procesión ni tapetes de aserrín, la celebración del Señor del Nicho en Tlapa

En la entrada de la catedral de San Agustín, donde está la imagen, fue colocado un adorno de flores y letras con la petición: “Señor del Nicho, líbranos...

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24 octubre,2020 9:07 am
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Tlapa, guerrero, 24 de octubre de 2020. La festividad católica del Señor del Nicho concluyó sin procesión ni tapetes de aserrín pintados en el primer cuadro de la ciudad ante la epidemia de Covid-19.

En la entrada de la catedral de San Agustín, donde está la imagen, fue colocado un adorno de flores y letras con la petición: “Señor del Nicho, líbranos de esta pandemia”.

Esta vez, el Señor del Nicho fue bajado de su altar desde el 21 de octubre para que los feligreses pasaran a limpiarlo con algodón o flores, como se hace de manera tradicional, sin embargo, no se tocó su figura de más de dos metros, que descansa sobre una cruz porque quedó dentro de una protección transparente.

En la festividad más importante de Tlapa, durante octubre se concentraban integrantes de empresas, instituciones públicas, educativas, de salud, comerciantes, proveedores de servicios como transportes, de agua en pipas, panaderos, carniceros, ejidatarios, de colonias y comunidades. Esta vez el llamado por parte de la iglesia fue que sólo acudieran representaciones de cada grupo.

No fue la tradicional danza de La Mona todos los días, ni los ejidatarios llevaron su arco de granos y semillas de frijol, arroz, maíz, tampoco se formaron grandes filas de carros del transporte público.

Aunque el pasado 22 de octubre en que se festejó la víspera fue La Mona y sus mojigangas y a ello se sumó la pirotecnia desde el cerro de La Cruz.

La fiesta del Señor del Nicho es el preámbulo al recibimiento de los difuntos en algunas comunidades.

Este viernes, para ver al Señor del Nicho, se destinó un espacio en la catedral para entrar y otro para salir y así evitar aglomeraciones; en la entrada principal hubo personal médico para atender a aquellos que pudieran presentar síntomas de Covid. Las bancas fueron separadas con cintas amarillas de precaución, para que no estuvieran juntas las personas.

Se dotó de gel antibacterial, se tomó la temperatura y se negó el acceso a quien no llevara cubrebocas. La fila que se formó avanzaba rápido, aunque ahí no se tomó la distancia considerada de un metro. Entraron familias completas.

La imagen fue regresada a su altar a las 9 de de la noche, entre el sonido de cohetes y el repicar de las campanas.

Texto y foto: Carmen González Benicio

 

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