Su forma de gobernar está acreditada, dice AMLO y anuncia la segunda etapa de la transformación

Su gobierno tendrá dos etapas: la primera fue sentar las bases y la segunda será cumplir los compromisos, indica el mandatario desde Mazatlán

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7 diciembre,2020 8:00 am
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“Es darle continuidad a lo que ya iniciamos y terminar obras que se puedan concluir en los siguientes años o finales de 2024… y ya no estarnos comprometiendo más de lo que no se va a poder cumplir”, subrayó este sábado durante la supervisión de la presa Picachos en Sinaloa

Ciudad de México / Ruiz, Nayarit / Santiago, Sinaloa, 7 de diciembre de 2020. El presidente Andrés Manuel López Obrador presumió el sábado que su forma de gobernar está acreditada.

“Ya esta forma de gobernar está acreditada, ya no tenemos que hacer ningún cambio. Ya sabemos que es lo que necesito para llevar a cabo la transformación, para sacar adelante a nuestro pueblo”, dijo durante la supervisión de la obra “Zona de riego de la Presa Picachos”.

Indicó que su gobierno tuvo una primera etapa, que fue sentar las bases de la 4T y ahora sigue continuar con sus compromisos y evitar promesas que no va a cumplir en su sexenio.

“Viene la segunda etapa, del mediano plazo, que es darle continuidad a lo que ya iniciamos y terminar obras que se puedan concluir en los siguientes años o finales de 2024.

“Y ya no estarnos comprometiendo más de lo que no se va a poder cumplir, porque no queremos dejar obras en proceso, es decir inconclusas, a nosotros nos tocó recibir muchísimas obras no terminadas, estamos hablando de cientos de hospitales, carreteras, presas, trenes”, expuso.

El presidente acudió a la presa Pichachos, una obra concluida en 2011 pero que no es operante debido a que el agua que recibe se va directo al mar.

Al presidente se le hizo saber que se requieren brazos hídricos para regar zonas agrícolas y llevar agua tratada a Concordia y Mazatlán.

“Es increíble que el 70 por ciento esté en el municipio de Concordia y su gente no reciba ni una sola gota de agua”, reclamó el edil de Concordia José Felipe Garzón.

“Nos ayudan mucho los ingenieros militares”

En la supervisión del Canal Centenario, obra a cargo del Ejército y de la Conagua, el presidente Andrés Manuel López Obrador llevó al zurdo Víctor González, campeón con los Dodgers en el último clásico de otoño.

Frente al pelotero, el presidente echó mano de la jerga beisbolera para destacar que el Ejército sacó del hoyo a su administración.

El joven nayarita de 25 años, nacido en Tuxpan, a unos 19 kilómetros de Ruiz, acudió a invitación del tabasqueño, quien revisó los avances de esta obra de cuatro etapas, con una inversión de 8 mil 537 millones de pesos, para dotar de agua de riego a 43 mil hectáreas, donde trabajan unos 7 mil 600 productores.

Con la gorra volteada y de playera amarilla, el debutante con los Dodgers en 2016, recibió elogios del mandatario. “Eres fruto del esfuerzo, de la disciplina, eres un ejemplo a seguir para todos los niños y todos los jóvenes (…) los triunfos de jugadores mexicanos en las grandes ligas fortalecen al país”.

La pareja del beisbolista llevó de una mano a la otra la pelota que el nayarita obsequió a López Obrador. También una gorra autografiada por el 81 de la novena angelina.

Para la fotografía con el pítcher, el presidente llamó al Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval.

Comuneros inconformes

López Obrador visitó después El Rosarito, una localidad serrana de Sinaloa. Tomó una vía de 35 kilómetros de brecha, entre matorrales y cerro, ya de noche.

En Santa María, unos ejidatarios tepehuanos advirtieron que no dejarían salir a López Obrador, porque no fueron invitados al evento.

El mandatario supervisó las obras de la presa Santa María, un proyecto que aceptaron los más de 35 dirigentes comuneros a cambio de una indemnización, por el aprovechamiento de sus tierras.

El comunero Juan José Rendón estaba que trinaba. Sobre todo porque ya se había firmado un acuerdo para que ellos fueran no solamente indemnizados, sino ser parte de las decisiones en torno a la presa.

Lo que piden estos comuneros, además de la indemnización de sus tierras, es que en las más de 2 mil 400 hectáreas de Santa María se haga un avalúo de la madera.

“Y aquí no hay transparencia y mucho menos honestidad por parte del gobierno del estado”, lanzó el comunero.

A esa transa por tierras y madera se sumó ayer el incumplimiento para no dejar pasar a los comuneros al evento presidencial.

“Pues entonces nadie entra y nadie sale”, dijo un ejidatario enchilado.

Pero el delegado federal Jaime Montes apaciguó los ánimos.

“Ustedes tienen todo el derecho, pero con el tema de la pandemia no está esto preparado para recibirlos como acostumbra el señor presidente”, dijo el funcionario.

“Por eso les pido de favor que no obstruyan el paso del señor Presidente, él no se puede bajar”, rogó el delegado, sudoroso.

El delegado les vendió la versión de que López Obrador tenía que ver el tema de la vacuna contra el Covid-19.

La píldora funcionó y López Obrador salió repartiendo abrazos desde la Suburban.

Roba al pueblo quien toma casetas, dice el presidente en Sinaloa

El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que quien toma una caseta le roba al pueblo.

“Porque si se apoderan unos cuantos de las casetas, no hay ingresos para la hacienda pública, y no hay que olvidar que el presupuesto es dinero de todos. Si una caseta está tomada por un grupo que cobra, le está robando al pueblo, porque el presupuesto no son recursos del Gobierno”, expuso.

En gira de trabajo esta entidad, López Obrador indicó que el presupuesto permite realizar acciones para los más necesitados.

El mandatario supervisó un camino de dos kilómetros que va a conectar a San Ignacio, Sinaloa, con Tayoltita, perteneciente al municipio de San Dimas, Durango.

Texto y foto: Agencia Reforma

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