Guerreras del Sur

Anituy Rebolledo Ayerdi Tercera parte   María de Jesús, Chucha Rebajas Atzacoaloya, Chilapa (1880- 193?) Luchadora social Chucha Rebajas nace el 6 de agosto de 1880 en Atzacoaloya,...

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16 febrero,2023 4:57 am
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Anituy Rebolledo Ayerdi

Tercera parte

 

María de Jesús, Chucha Rebajas

Atzacoaloya, Chilapa (1880- 193?)

Luchadora social

Chucha Rebajas nace el 6 de agosto de 1880 en Atzacoaloya, Chilapa, en un mundo nahua en el que la mujer juega un papel mucho más pasivo que en otras sociedades. No obstante, llegará a ser la primera comisaria ejidal y principal del pueblo. Se le conocerá como Nana Chucha, un término que para su etnia es demostración de respeto, como el “doña” castellano.

Desde edad temprana, María de Jesús, una mujer sin complejos pese a que su estatura y corpulencia contrastaba con la media de los habitantes de su comunidad, mostró grandes dotes de mando y preocupación social. Amable y generosa, ayudaba a todos en el pueblo, quienes coincidían en que nadie salía de su casa con las manos vacías, sin haber disfrutado de una sabrosa comida, bebido un vaso de agua fresca o saboreado uno de los dulces elaborados por ella misma.

Desde sus posiciones de mando, Nana Chucha promoverá la construcción obras diversas y entre ellas una escuela para la enseñanza del castellano, dominado por ella desde niña. Quería que todos lo hablaran para que pudieran salir de un ancestral encierro. En Chilapa, tenida por los nahuas como “lugar de blancos”, conseguía créditos a bajos intereses para las siembras características de su pueblo, ajo y cebolla.

Nana Chucha estuvo casada con Juan Pablito, un, comerciante maicero con quien procreó tres hijos, fallecidos a causa de las “calenturas”. Un diagnóstico de los nahuas para todos los males, incluida la viruela, azotando la región en aquella época.

Ya ostentando los cargos de Principal y Comisaría Ejidal, atiende con su esposa la tienda del lugar, donde se enterará de todo lo que pasa en el pueblo, sus alrededores y más allá. Lo que sigue no se lo contarán, lo vivió Nana en carne propia.

Un grupo de bandoleros invade un día Atzacoaloya, asesinan a don Antonio Cadena, rico comerciante del lugar, y antes de retirarse la visitan en su comercio. Le exigen el pago de mil pesos, que ella se niega entregar con gran energía, mentando madres y entre ellas invocaciones celestiales. La tienda es saqueada, lo mismo que su residencia.

Será a partir de ese episodio dramático y doloroso cuando Nana Chucha empiece a beber mezcal a sabiendas de que la etnia condenaba la embriaguez. Nada pasará, sin embargo, eran tan grandes el respeto y cariño que le profesaban los suyos que en asamblea especial se le eximirá del mandato. “Bebe con su dinero y a nadie le hace mal con ello”, fue la sentencia absolutoria.

Más tarde, la dama se enfrenta con un grupo de cristeros dispuestos a saquear a un pueblo profundamente católico. Será ella quien los eche, no con insultos y maldiciones, sino usando sermones de la Biblia. Y era ella, cuando faltaba el sacerdote del pueblo, quien tomaba su lugar para guiar el rezo de la comunidad.

La muerte de María de Jesús, quizás en 1935, se adjudicará igualmente a las “calenturas”. Será sepultada en el viejo panteón de Atzacoaloya y en cuya tumba nunca faltarán las flores frescas.

 

María de la O Barriga

Nuzco, Tecpan de Galeana (1882-1956).

Luchadora social.

María dela O Barriga nace en el poblado de Nuzco, municipio de Tecpan de Galeana, el 11 de enero de 1882. A los once años de edad sufre la muere su madre y más tarde el abandono del padre. Su tía Felícitas la toma bajo su cuidado y la inscribe en la escuela Hermenegildo Galeana. Apenas termina la primaria; a los 17 contrae matrimonio con Antonio Rodríguez, estudiante de leyes, quien pronto es nombrado agente del MP en Acapulco y ascenso posterior a Juez de Primera Instancia. Ella, su secretaria, lo acompaña en viajes de trabajo por la entidad, lo que le permite conocer las muchas y graves injusticias padecidas por los campesinos.

Al quedar viuda en 1922, María de la O Barriga decide dedicarse por su cuenta la defensa de los campesinos. Gana su primer caso: la libertad de uno de ellos, de El Kilómetro 30, encarcelado por órdenes del presidente municipal de Acapulco para quedarse con sus tierritas, a la vera del camino.

Se liga más tarde al Partido Obrero de Acapulco (POA), de los hermanos Escudero, a cuyas filas incorpora por primera vez a mujeres. Su entrega a las causas populares la convertirán en una lideresa natural, con gran prestigio de toda la región, principalmente en la Costa Grande. En Atoyac de Álvarez, por ejemplo, su actuación será determinante para la reapertura de la fábrica de hilados y tejidos El Ticuí, cerrada por sus dueños para convertirla en una sociedad cooperativa.

Se prohíbe la entrada

En este puerto, doña María convierte su casa de El Pozo de la Nación, en bufete jurídico gratuito, sirviendo además como albergue de las víctimas. Se le conocerá como La Casa del Pueblo, por ser también refugio de perseguidos políticos de izquierda, incluso durante el medio siglo XX. Un enorme letrero en la puerta principal: “Se prohíbe la entrada a los enemigos del pueblo”

Los Escudero

Al morir asesinados con sus dos hermanos el líder Juan R. Escudero, doña María organiza sus funerales para dedicarse más tarde a reorganizar los diversos grupos obreros y sociales levantados por aquellos. La acompañan en la tarea los hermanos Amadeo y Baldomero Vidales, quienes la nombran dirigente de su movimiento en Acapulco. Por ello, cuando estos se levantan en armas, será ella la proveedora de armamento y parque, además del contacto entre los insurrectos y el presidente Álvaro Obregón.

Bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas, doña María de la O ingresa al Partido Comunista y, cosa rara en ella, modera el radicalismo de sus propuestas. Y era que la consigna de la Internacional Comunista apuntaba hacia la colaboración de clases como eje central de su política.

La UFM

En 1937, la ya acapulqueña organiza la Unión Fraternal de Mujeres, cuyo programa social establecía, entre otros, puntos:

1.- Capacitación teórica de la mujer para elevar la producción.

2.- Ampliar medios efectivos contra la carestía.

3.- Levantar un censo de mujeres analfabetas y combatir esa lacra.

4.- Elevar el nivel cultural de la mujer.

5.- Igualdad política y económica, pero sobre todo legal, de la mujer respecto del hombre.

6.- Organizar grupos de enfermeras voluntarias.

7.- Fundar costureros públicos y dar cursos de costura.

8.- Establecer lavaderos públicos.

9.- Conseguir terrenos para construir viviendas populares.

Para festejar el suceso, doña María establece en su propio domicilio una guardería y dos academias, una de corte y otra de taquimecanografía.

Otra lucha tenaz del la UFM será la defensa de terrenos públicos apropiados ilegalmente por fraccionadores nacionales y extranjeros.

El gobernador Rafael Catalán Calvo (1941-1945) crea la Defensoría Estatal de los Pobres y el primer nombramiento sale a nombre de María de la O Barriga. Ella acepta el cargo, pero rechaza los ciento veinte pesos mensuales de salario.

Nomás vine a lo que vine

Durante su campaña en busca de la gubernatura de Guerrero ,el general Gabriel R. Guevara (1933- 1935) se compromete con los luchadores sociales de la entidad a respaldarlos en sus tareas como servidores del pueblo. “No sólo los apoyaré, sino que les dotaré de bienes materiales para su cumplan mejor su cometido”, les ofrece.

–¿ Y si no cumple? –grita una de las muchas mujeres integrantes, María de la O.

–¡Vaya pregunta, Mariquita!, responde airado el mofletudo militar. “Porque me conoces mejor que nadie sabes que yo siempre cumplo mi palabra y esta vez no será la excepción…. Ahora que si no lo hiciera, Mariquita, te ordeno que vengas al palacio de gobierno y me escupas la cara! Respuesta que provoca algarabía, vivas y porras para el candidato.

Llega Guevara al palacio de gobierno de Chilpancingo y sus acciones a favor de los campesinos son contrarias a sus promesas. Le da la espalda a la causa social, reduce el reparto de tierras y los despojos de tierras se multiplican en toda la entidad.

Cuando ha pasado poco más de un año de aquél diferendo con el mandatario, doña María de la O decide entrevistarlo en su despacho del Palacio de Gobierno de Chilpancingo. El militar, zalamero, recibe a la dama con el clásico “este si que es un milagro, Mariquita, hace ya tanto tiempo…”.

–Señor, nomás vine a lo que viene –interrumpe la mujer casi deletreando las palabras. “Vine, señor, como buena soldada a cumplir una antigua orden suya.”. Y diciendo y haciendo, le dispara al rostro un grueso escupitajo, procediendo enseguida a abandonar el lugar. Pese a estar acogotado por la ira y aún antes de limpiarse el rostro, el militar logrará detener a su “guarda de corps” cerrojeando ya las armas.

Bajo la presidencia del general Lázaro Cárdenas, el 5 de noviembre de 1935, el Senado de la República declara desaparecidos los poderes de Guerrero, encabezados por el ejecutivo Rafael R. Guevara. Las mujeres de doña María se lo adjudicarán a ella.

Su muerte

Doña María de la O Barriga muere víctima de un tumor avanzado el 19 de junio de 1956, a la edad de 74 años. Fue sepultada junto con su esposo en el panteón de San Francisco, en la avenida Pie de la Cuesta. Sus despojos fueron trasladados más tarde a la Rotonda de las Personas Ilustres, en Tlacopanocha.

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