“Estamos secuestrados y esclavizados” por el crimen organizado, advierte obispo

Ya no se trata de secuestros individuales o familiares, “ahora son masas, son comunidades, regiones, municipios secuestrados por pequeños grupos que ahora son grandes grupos, a quienes se...

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23 febrero,2023 4:21 am
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Ya no se trata de secuestros individuales o familiares, “ahora son masas, son comunidades, regiones, municipios secuestrados por pequeños grupos que ahora son grandes grupos, a quienes se les ha dado mucha fuerza”, señala el titular de la diócesis Chilpancingo-Chilapa José de Jesús González. “Si tenemos autoridades ellas deben ejercer su autoridad”, proclama. “El arzobispo de Acapulco llama a la “conversión” de quienes “perpetran el mal”

Chilpancingo y Acapulco, Guerrero, 23 de febrero de 2023. El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, llamó ayer a los feligreses y a la sociedad en general a empezar a cambiar “por uno mismo”, y no permitir la violencia, porque “estamos secuestrados y esclavizados colectivamente” por el crimen organizado.

Entrevistado por la mañana, después de la celebración de la misa con motivo del Miércoles de Ceniza en la parroquia de la Asunción de María de Chilpancingo, con la que da comienzo la Semana Santa, el prelado declaró que la situación está así porque las autoridades lo han permitido, pero que este es un tiempo para cambiar.

Antes, en su homilía, González Hernández se refirió al mensaje que dieron los cuatro obispos de Guerrero en su 32 Encuentro Provincial de Pastoral en Acapulco sobre las condiciones de violencia que vive el estado, y al preguntarle sobre ello en la entrevista, dijo que el diagnóstico que tienen es que “colectivamente estamos secuestrados, es decir, ya no es un secuestro individual o familiar, ahora son masas, son comunidades, regiones, municipios secuestrados por el crimen y por grupos a quienes se les ha dado mucha fuerza”.

Agregó que por eso (los obispos) alzaron la voz pero que no generalizan porque saben que no todos están a favor de los “secuestros colectivos”, sobre todo las víctimas que no pueden salir a comprar y a hacer sus cosas porque están “esclavizados” por los grupos armados.

“El mal no vencerá”

A pregunta expresa respecto a la situación de violencia que vive el estado, González Hernández respondió que “por eso tenemos que creérnosla nosotros, creer en nuestros gobiernos, en la sociedad y en nuestras personas que podemos cambiar”.

Pidió empezar “por uno mismo”, no permitiendo la violencia y ninguna maldad.

“En este tiempo de Cuaresma queremos que venzamos el mal a fuerza del bien, que autoridades, sociedad, nosotros, personalmente, cambiemos, este es un tiempo bueno para cambiar”, declaró.

Añadió que se necesita de todos porque el “mal parece que vence, pero no, al final no vencerá, vencerá el bien, tenemos la fuerza de Dios, somos religiosos, creemos en nosotros mismos y debemos tener confianza en los demás, tener confianza en la prensa para que se vaya publicando la verdad”, pidió.

Pero reconoció que “nosotros no podemos cambiar la mente y los corazones de los criminales, solamente Dios, por eso confiemos también en Dios”.

Indicó que la Iglesia quiere influir en sus fieles “y ojalá podamos influir también en la sociedad y poner nuestro granito de arena para que haya paz, confianza, libertad y verdad, confiamos en el ser humano”.

En las regiones los grupos del crimen “controlan todo”

–En su homilía se refirió al mensaje que recientemente dieron los cuatro obispos en el Encuentro de Acapulco, ¿qué ven que está pasando, cuál es el diagnóstico que tienen de la violencia?

–Dijimos que colectivamente estamos secuestrados, es decir, ahora ya no es un secuestro individual, un secuestro personal o familiar, ya no lo podemos decir así, ahora son masas, son comunidades, regiones, municipios secuestrados.

–¿Por el crimen?.

–Pues por el crimen, exactamente, por los grupos que ya tienen mucha fuerza o se les ha dado esa fuerza, se les ha confiado. Así lo hemos detectado nosotros, los obispos en Guerrero.

Agregó que por eso alzaron la voz, “no tan fuerte para no generalizar porque sabemos que no todos están a favor de los secuestros colectivos, sobre todo las víctimas, pobrecitas victimas que están sufriendo, no pueden salir a comprar sus cosas, a hacer sus vidas, a buscar, entonces ya están esclavizados, claro, por los grupos armados, por los grupos delincuenciales que tienen mucha fuerza porque se les ha dado esa fuerza”.

Añadió que por eso en el mansaje de los cuatro obispos, pidieron a las autoridades que no se dejen influir por esas fuerzas: “creemos todavía en nuestros gobiernos, ellos tienen ese deber y son legalmente los responsables para que hagan lo más justo, lo más pacífico y no violentamente”.

–Se habla de que esos grupos contralan el comercio e imponen precios.

–Exactamente, controlan todo eso y nuestra gente está obligada a no salir y sabemos que eso es una esclavitud y no estamos para eso.

Dijo que ven que en Tierra Caliente está difícil que en la Montaña y en la Sierra, que es donde él se mueve, pero que los otros obispos le han dicho que igual está en la Costa Grande donde hay “fronteras; en todo Guerrero hay fronteras, aduanas de control, y no queremos esa situación, no queremos que nuestra gente esté debilitándose, frustrándose, de ahí viene que unos se levanten en armas y encuentran la muerte”.

Militares, sin autorización para intervenir ante la violencia

–¿Falta estrategia de seguridad, o que falta del gobierno? Porque están los militares y la policía en las calles.

–Yo dije que (las autoridades) no se dejen influenciar por el mal. Ellos sabrán dónde se han dejado. También dije (en su homilía) que permitimos, todos hemos permitido la corrupción, el soborno. Todos hemos permitido la maldad que tenemos en México, en todo el mundo y aquí en Guerrero. Nadie puede decir yo no he permitido la maldad en mi escuela, en mi empresa, en mi grupo.

“Pero dijo que la mayoría quiere salir de esto, confiar y coser desde los valores, la educación y la salud, porque hemos descosido el tejido social, hay que tejer los hilos que todavía estén buenos. Tenemos esperanza de que haya hilos buenos todavía en la misma autoridad, en la policía, en la sociedad, en los empresarios y padres de familia”.

Dijo que este es el llamado al inicio de Cuaresma al interior de la Iglesia.

Respecto a la limpieza de retenes de los grupos de autodefensa que las autoridades federales y estatales realizaron el fin de semana pasado en el corredor de Buenavista a Tierra Colorada, el prelado opinó que es lo que debe hacer la autoridad, “eso y más y permanente, porque mientras pasan ellos se hacen a un lado y después salen y vuelven a ponerse”.

Añadió que es a la autoridad a la que le toca la seguridad del estado y de los municipios, “si tenemos autoridades ellas deben ejercer su autoridad”, pero reprochó que han permitido que la autoridad la tengan otros individuos: “a pequeños grupos o ahora grandes grupos se les ha permitido que tengan autoridad y ahora uno se pregunta: ¿a que autoridad nos vamos a dirigir para exigir justicia, seguridad, fuentes de trabajo, salud, educación?

“O si ya ellos (los grupos armados) son la autoridad que tenemos, ya no tenemos gobierno, y no, queremos tener el gobierno al que confiamos”.

En seguida se preguntó: “¿Qué sentirá un militar cuando ve que no está defendiendo a México, que no está defendiendo a su sociedad, a su patria y que ve que hay muertos y no puede decir o hacer nada? Pobres militares, no está cumpliendo su función, o el que los manda, qué trae en mente, qué piensa. Pues que se conviertan, que no busquen sus intereses particulares, personales o grupales, que piensen en los demás, que para eso están”.

Antes, en su homilía, José de Jesús González dijo que “nosotros mismos propiciamos el mal y lo llevamos dentro y hacemos cosas malas, permitimos muchas cosas malas, somos causantes nosotros mismos de lo que pasa”.

Añadió que “el enemigo externo influye mucho en nosotros y nosotros obramos mal”.

Recordó que los obispos de Guerrero ya se expresaron diciendo que “nos sentimos colectivamente secuestrados y hay muchos ejemplos para decir que nos sentimos secuestrados, cada familia ya sabrá de qué estoy hablando porque se sufre interiormente”.

Añadió que en esta Semana Santa “tenemos esperanza de que Dios nos escuche y salga en nuestra ayuda”.

Dijo que como iglesia “pedimos a las autoridades que no se dejen influenciar, que también ellos crean y ejerzan su autoridad para que no permitan y no nos dejen que hagamos malas obras, es triste, es penoso ver que en nuestra propia nariz se ven injusticias y que no se puede hacer nada”.

Manifestó que a sus oídos sus feligreses le dicen: “Obispo, sea nuestra voz, a nosotros no nos hacen caso. Entonces los obispos tenemos que ser la voz de los que no pueden hablar y cuesta”.

Llama el arzobispo a la “conversión” de aquellos que “perpetran el mal” 

Al encabezar la misa de Miércoles de Ceniza, el arzobispo de Acapulco Leopoldo González Gonzalez llamó a los fieles católicos a mirar el inicio de la Cuaresma como un tiempo de esperanza.

Asimismo, a ser misericordiosos con los que menos tienen y compartir la comida, porque “nuestra ciudad está considerada con más pobreza extrema”.

Este miércoles decenas de personas acudieron a la catedral para seguir con tradición de recibir ceniza, en la frente con lo que se da inicio la Cuaresma, que es el momento de la reflexión que llama a “reconvertirnos” y volver a Dios.

En la misa de mediodía en la Catedral de Nuestra Señora de La Soledad, en el Zócalo del puerto, el jerarca católico volvió a pedir para la “conversión de aquellos hermanos nuestros que perpetran el mal”.

Dijo que en tiempo de la Cuaresma Dios esta más insistente en el corazón para llevar en el camino de Jesús.

Agregó que Dios llama a “reconvertirnos” donde está la situación de violencia, de extorsión y por eso “pidamos al señor por la reconversión de aquellos hermanos nuestros que perpetran el mal y a que a todos nosotros todos los días no llame a dejar intenciones de daño que tengamos en el corazón”.

Llamó a mirar con esperanza la Cuaresma porque el Dios tiene en el corazón a sus hijos y que tomar la ceniza es una expresión de nuestra voluntad de volver nuestros pasos al Señor”.

Dijo que “nos debemos reconciliar con el señor, el venir a tomar la ceniza expresa a Dios nuestro voluntad de ir hacía él, en nuestra mente y corazón este Dios presente y le hablemos y platiquemos, les pidamos perdón y que todos regresemos a nuestra casa reconciliados con Dios”.

Este año no hubo restricciones de ingreso a la catedral por la pandemia del Covid-19 porque los fieles pudieron recibir la hostia directamente en la boca, aunque el que quisiera se lo daban en su mano.

Tampoco fue obligatorio el cubrebocas y se vio que las personas adultas es los que más lo portaban, y el arzobispo Leopoldo González, quien en ningún momento se retiró el cubrebocas, fue quien colocó la cruz de ceniza en la frente de muchos de los asistentes.

Texto: Zacarías Cervantes y Karina Contreras / Foto: Jessica Torres Barrera

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