A 30 años tras la primera intifada, Palestina sigue con violencia y ocupación

La intifada consistió sobre todo en dos tipos de acciones: protestas de resistencia y desobediencia civil, con huelgas, boicots, barricadas y enfrentamientos con las fuerzas israelíes con piedras...

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9 diciembre,2017 2:27 pm
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Jerusalén, 9 de diciembre 2017. Cuando se cumplen hoy 30 años del inicio de la primera intifada (levantamiento armado), la violencia y la ocupación continúan siendo el día a día en los territorios palestinos, especialmente tensos esta semana tras el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte de Estados Unidos.

El 9 de diciembre de 1987 un jeep militar israelí chocó en Gaza contra un vehículo palestino, matando a sus cuatro ocupantes, un incidente que tuvo el efecto de una cerilla cayendo sobre un barril de pólvora y que marcaría la región con protestas y enfrentamientos durante los siguientes cuatro años.

Más de 170 israelíes (más de 100 de ellos civiles) y más de mil 100 palestinos murieron en los enfrentamientos, protagonizados del lado palestino por jóvenes (lo que le dio el nombre de Intifada de los Niños) y coordinados a través de comités populares que surgieron a nivel local y lograron agruparse en el llamado Liderazgo Nacional Unificado del Levantamiento (UNLU).

La intifada consistió sobre todo en dos tipos de acciones: protestas de resistencia y desobediencia civil, con huelgas, boicots, barricadas y enfrentamientos con las fuerzas israelíes con piedras y cócteles molotov, con los jóvenes en primera fila e incluso adolescentes que sólo habían conocido la ocupación militar desde 1967, por lo que también se la conoce como Intifada de las Piedras.

Israel suspendió durante años el funcionamiento de las escuelas, lo que dejó a más jóvenes en la calle. Hoy en día, es fácil encontrar palestinos varones en la mitad de la cuarentena o en la cincuentena que aquellos días abandonaron los estudios y no regresaron a las aulas jamás, porque eran demasiado mayores cuando acabó la oleada.

“Ahora la situación es mucho peor que en la primera intifada. Han pasado 30 años y sólo ha empeorado”, lamenta Walid (que pide no añadir su apellido), muy activo en el levantamiento con los grupos del Frente de Liberación Popular de Palestina (PLFP).

Entonces, “la gente estaba unida” opina, y cree que ahora también “los palestinos se unirían para una nueva intifada, pero no con el liderazgo que hay, que solo piensa en sacar beneficio para él”.

También lamenta que “los países árabes no apoyen la causa palestina como deberían”.

“Se han olvidado de los palestinos. El príncipe (saudí) Salman dice que nos quedemos con Abu Dis como capital, ¡que eso es suficiente para nosotros!”, opina indignado.

Alaa Abu Ghueleh, funcionario de Ramala, recuerda aquella intifada (mucho menos violenta que la segunda, que se inició en el año 2000) como “uno de los mejores momentos que representa la causa palestina”, una acción que pensaba “en el bien de la gente, no en el beneficio de los líderes solo”, como ahora.

El jubilado Saleem Bast, cree que los palestinos necesitan una nueva “revolución responsable para llamar la atención sobre el hecho de que Palestina está aún bajo ocupación”.

El reconocimiento de Trump a Jerusalén, un espaldarazo a las posiciones israelíes, una ruptura con el consenso internacional y un acto que elimina a Estados Unidos de su histórico papel como mediador para la paz, vuelve a poner en boca de algunos palestinos el llamamiento a un nuevo levantamiento.

El movimiento Hamás, que cumple esta semana también tres décadas desde su nacimiento, ha llamado a una tercera intifada, pero está por ver que se traduzca en hechos en el terreno.

“Palestina es un país libre, tenemos que acabar con la ocupación y hay que iniciar una revolución para ello. Animo a todos los palestinos a que no dejen que el mundo decida por nosotros”, dijo en ese sentido el estudiante Hanin Judari a Efe.

Que la decisión de estadunidense sea hoy como aquella cerilla que generó la revuelta hace tres décadas es todavía impredecible, pero desde los Acuerdos de Oslo con los que se puso fin a la revuelta en 1993 “nada ha mejorado”, valora Jamis Nemer de 47 años.

Aquella intifada cambió la imagen de los palestinos e influyó en las generaciones siguientes, como la del gazatí Ahmad al Khozondar de 24 años, que tiene la sensación de que devolvió la causa palestina y despertó a la comunidad internacional.

El coste y la deriva de la segunda intifada (2000-2005) en la que murieron más de 3 mil 300 palestinos y mil israelíes, sin embargo, retrae a quienes apuestan por esta vía.

“Una intifada popular es mejor que disparar cohetes o lanzar bombas contra Israel. Hacer esto llevaría al mundo a pensar que somos terroristas y queremos destruir Israel, pero una intifada es una lucha real contra el ocupante que arrastraría un amplio apoyo popular”, propone Ghadeer Abu Salama de 45 años desde a Franja de Gaza.

Crece la tensión en la era Trump
Este sábado 9 de diciembre es evidente que la tensión entre israelíes y palestinos crece, tras una jornada saldada con 4 muertos en Gaza, y las marchas contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejaron hoy 150 heridos en los territorios palestinos, pero no ha dado comienzo la tercera intifada, a la que han llamado algunos de sus líderes.

Los altercados hoy se concentraron en los barrios palestinos de Jerusalén Este, donde la policía israelí a caballo, cuyo portavoz advirtió de que “respondería a toda protesta ilegal”, redujo todo conato de manifestación.

En el barrio de Salahadín una veintena de personas fueron dispersadas cuando levantaron banderas palestinas en rechazo al mandatario estadounidense, cuyo rostro tachado con una cruz portaban en carteles, después de que el pasado miércoles reconociera a Jerusalén como capital de Israel y anunciara el traslado de la embajada norteamericana a Tel Aviv.

Las bombas de sonido y los caballos por las aceras provocaron el caos en el vecindario y el cierre de los comercios cuando aumentó el número de manifestantes y jóvenes palestinos se enfrentaron a los agentes policiales arrojando latas y botellas, según pudo comprobar Efe.

Junto a la Puerta de Damasco, uno de los principales accesos a la ciudad amurallada de Jerusalén, altercados similares terminaron con la detención de 13 personas y cuatro agentes heridos.

“Bloquearon las carreteras y arrojaron piedras a los oficiales. Cuatro policías quedaron heridos y fueron tratados en el lugar de la escena”, explicó el portavoz policial Micky Rosendfeld.

Los mayores disturbios se sucedieron en Cisjordania y la Franja de Gaza, donde los jóvenes palestinos retaron al Ejército israelí, que suele responder con amplio material antidisturbios, y donde hubo 135 heridos, 25 de ellos por munición real y que fueron trasladados a centros hospitalarios, según el Ministerio de Sanidad palestino.

La portavocía militar dijo que 600 palestinos arrojaron cócteles molotov, piedras y neumáticos incendiados en protestas que calificó de “violentas” en 20 zonas de Cisjordania.

En el enclave costero se registraron las cuatro víctimas mortales que se ha cobrado hasta ahora esta escalada de tensión, dos de ellos en enfrentamientos de ayer con el Ejército israelí y otros dos en bombardeos que la aviación lanzó esta madrugada contra posiciones del movimiento islamista Hamás como respuesta al disparo de cohetes desde la Franja.

El primer bombardeo de anoche provocó 15 heridos, entre ellos un bebé de seis meses, y el segundo de madrugada, dos muertos, identificados como militantes del brazo armado de Hamás, cuyos cuerpos fueron rescatados esta mañana de los escombros.

Ofer Zalzberg, analista israelí del International Crisis Group, cree que “es demasiado pronto para decir cómo evolucionarán las protestas, pero está claro incluso a la luz del número relativamente bajo de bajas y heridos hasta el momento, que aumentarán cada día que pase”.

El liderazgo palestino estudia las medidas que deben seguir a la decisión de Trump y, por el momento, el presidente Mahmud Abás, según confirmó hoy su asesor, decidió no recibir al vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.

Para la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Estados Unidos está deslegitimado en el proceso de paz, y el titular de Exteriores, Riad Al Malki, advirtió hoy en El Cairo de que se ha convertido en parte del conflicto y ha dejado de ser un mediador.

Según dijo a Efe el portavoz de la OLP, Xavi Abu Eid, “ha habido una serie de reuniones de los comités políticos” tendentes a “aprobar los pasos a seguir ya que Estados Unidos ha decidido echar por la borda cualquier esfuerzo para lograr la paz”.

Abu Eid pidió a Europa que aproveche la reunión que tendrá el lunes el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con los titulares de Exteriores en Bruselas, para posicionarse.

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