México- Redacción. 2 de septiembre – La pintura de Klein representa la unión entre ciencia y arte: una composición del campo inmaterial.
Las salas del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) se llenan de azul al dar apertura a la exposición del pintor francés, Yves Klein.
El 26 de agosto, el MUAC inauguró la exposición que reúne 75 piezas de uno de los pintores considerados neodadaísta y que marcó tendencia para el arte de las futuras generaciones.
Yves Klein nació en Niza, Francia en 1928 y murió en París, 34 años después. Y aunque su vida fue relativamente corta, su producción no lo es. Su obra sigue marcando pauta como una forma de acercarse al arte, de replantearlo y por supuesto de vivirlo. Klein es su propia obra.
El artista se preocupó también por combinar su imaginación con la ciencia. La creación del IKB (Internacional Klein Blue) o azul klein ha llegado hasta nuestros días como un color único y, aunque ya existía en la gama de colores, el creador le añade un elemento especial a modo de receta secreta para que el color al secarse no perdiera su brillo. Klein llamaba también al IKB, campo inmaterial y como gesto simbólico, lo patentó como suyo. Y aunque no existe valor en la patente, en el mundo moderno, ¿quién no conoce el azul klein?
La exposición de Klein estará dividida en 3 partes de manera cronológica: la monocromía, la materialidad de la carne y el arte como campo inmaterial.
Con sus monocromías invitar a vivir y a experimentar la sensibilidad pura. El efecto de su obra no apela a lo visual, aunque sea imposible que no entren por los ojos esos destellos de color puro, los efectos a los que se atiende en su obra son más bien espaciales y vivenciales. Recurre a la relación que el espectador genere con la obra. En estas piezas no existe la guerra de colores, el color vive por sí solo.
El formato de presentación del color ha sido trascendental para Klein que se despega de la forma tradicional de mostrar la pintura solo como cuadros colgados, el artista nos deja ver en su obra, la magia de la imaginación y fundamento artístico. En la faceta de creador y humano, Yves creía en el poder de la espiritualidad y así lo plasmaba en cada pieza.
La imaginación y creación de Klein daba para mucho, muestra de ello fue la destitución de los rodillos y los pinceles por “pinceles vivos”. Su esposa Rotraut Klein- Moquay, fallecida el mismo año que el pintor, era uno de sus pinceles. Juntos crearon un cuadro de lo que el artista llamó “antropometría dinámica” sobre tela, una pieza digna de vivir. En estos cuadros además de ver la proyección imaginativa de Klein, vemos la marca de un cuerpo real, algo así como un cadáver pictórico.
Klein deseaba que sus obras se representaran por la huella que dejaban, por la ausencia que proponían.
Su obra se compone de monocromías, esculturas, exposiciones de vacío, antropometrías transformadas en performance, trabajos inmateriales, fotografías y composiciones musicales.
Y tú, ¿ya sabes de qué está hecho el azul klein?
La muestra permanecerá abierta hasta el 14 de enero del 2018, en el MUAC, ubicado en el Centro Cultural Universitario de la Ciudad de México.
Imagen- Archivo MUAC
Texto de Nelida Jaimes