Glifosato y la biodiversidad

Octavio Klimek Alcaraz- En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó un informe en...

253 0
10 febrero,2018 7:05 am
253 0

Octavio Klimek Alcaraz

El glifosato fue sintetizado en 1950 por la empresa Monsato, sin lugar a dudas es y ha sido el herbicida, de tipo sistémico, más ampliamente utilizado en todo el mundo. El compuesto producido y comercializado por Monsanto –ahora adquirida por la empresa Bayern– en 1974 bajo el nombre de Roundup, es ahora el principal constituyente de muchos herbicidas disponibles en el mercado. En la agricultura convencional, se le usa como una alternativa económica y sencilla al control mecánico de las malas hierbas. Con la introducción de cultivos genéticamente modificados se amplió su uso, ya que estos cultivos son resistentes al glifosato, pueden rociarse con el herbicida sin causarles daños, mientras que las malezas y otras plantas mueren.

En la actualidad, la población a nivel global se halla expuesta al glifosato, ya sea por vivir cerca de zonas fumigadas, por el uso doméstico y por la alimentación. Se encuentra el glifosato o sus residuos de este en el agua, el suelo, alimentos y bebidas, y productos no comestibles, así como en el cuerpo humano (por ejemplo, en la orina).

En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicó un informe en el que concluyó que el herbicida es “probablemente carcinógeno” para las personas.

Sin embargo, en noviembre de 2015, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), clasificó al glifosato señalando que es improbable que suponga un riesgo carcinogénico en humanos. Posteriormente, en marzo de 2017, el Comité de Evaluación de Riesgos (CER) de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), concluyó lo mismo que la EFSA sobre la carcinogenicidad del glifosato. Aunque, el CER de la ECHA también concluye que el glifosato provoca graves lesiones oculares y es tóxico para los organismos acuáticos con efectos duraderos.

Dichos resultados sobre la no carcinogenicidad del glifosato se encuentran ahora en duda, ya que durante un litigio iniciado en los Estados Unidos por demandantes que afirman haber desarrollado el linfoma no Hodgkin tras verse expuestos al glifosato, el tribunal divulgó documentos internos de Monsanto. La correspondencia divulgada ha arrojado dudas acerca de la credibilidad de algunos estudios, tanto patrocinados por Monsanto como independientes, que se incluyeron entre las pruebas utilizadas por la EFSA y la ECHA para su evaluación de la seguridad del glifosato.

Asimismo, en mayo de 2016, en una reunión mixta sobre residuos de plaguicidas (JMPR) de la Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Panel de Expertos reunidos concluyeron que el glifosato es inofensivo para la salud humana. Sin embargo, sus conclusiones fueron de inmediato puestas en duda por activistas ambientales, debido a un probable conflicto de interés, ya que los investigadores de dicho grupo, que participaron en las evaluaciones pertenecían a una red financiada por fabricantes de productos agroquímicos. El presidente y el vicepresidente de la JMPR ocupaban puestos de liderazgo en el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI). Monsanto es miembro de ILSI. El presidente de JMPR, Alan Boobis, es vicepresidente de ILSI Europa. Angelo Moretto, es miembro de la junta de un instituto afiliado a ILSI, fue copresidente de la reunión sobre glifosato. ILSI es financiado por empresas de la industria alimentaria. Entre ellos también la empresa productora de glifosato. En 2012  recibió ILSI, por Monsanto, una donación de alrededor de 500 mil dólares. Además, se enumeran otras donaciones del Grupo Croplife International por más de 528 mil 500 dólares. Dicho grupo incluye a los fabricantes de la industria agroquímica Monsanto, Dow y Syngenta. El documento publicado por los activistas también incluye pagos de fabricantes de alimentos como Coca Cola, Mars y Kraft Foods.

Estos antecedentes han sido claves en la discusión sobre autorizar o no al glifosato en Europa. La penúltima autorización en la UE para el uso de glifosato como sustancia activa en productos fitosanitarios se concedió en 2002 y expiró en diciembre de 2015. En dicho contexto, se dio por ejemplo la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE), que logró más de un millón de firmas de ciudadanos europeos en menos de un año que exigía la prohibición del glifosato en Europa. Posteriormente, el Parlamento Europeo, el 24 de octubre de 2017, expidió una resolución para eliminar gradualmente el glifosato en Europa a más tardar el 15 de diciembre de 2022.

Por ello, el pasado 27 de noviembre de 2017, la Comisión de la Unión Europea extendió la aprobación del glifosato durante cinco años después de meses de disputa. 18 de 28 países de la UE votaron a favor, nueve en contra, un país se abstuvo.

En el contexto de la nueva aprobación del glifosato en la Unión Europea y la aprobación pendiente de los productos agroquímicos que contienen glifosato a nivel nacional, actualmente existe un intenso debate público y científico sobre los efectos de la sustancia activa en la salud humana, animal y el medio ambiente.

En esa trama, cabe comentar, que las regulaciones en Alemania sobre el manejo de plaguicidas que contienen glifosato, que se adoptarán después de la decisión de volver a aprobar el glifosato en Europa, están ahora en la agenda del Parlamento alemán con la constitución de los comités de expertos pertinentes. Por ello, la Agencia Federal Alemana para la Conservación de la Naturaleza (BfN), que es la autoridad científica del gobierno alemán para la conservación de la naturaleza nacional e internacional, y que se encuentra dentro del sector del Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente, público en el pasado mes de enero, un documento de posición sobre los graves riesgos de los plaguicidas que contienen glifosato para la biodiversidad y recomienda terminar el uso en Alemania lo antes posible. Efectos del Glifosato sobre la Biodiversidad en su página electrónica  https://www.bfn.de/fileadmin/BfN/landwirtschaft/Dokumente/20180131_BfN-Papier_Glyphosat.pdf.

En el documento de posición de la Agencia Federal, se tienen claras observaciones. Señala, que la evaluación de riesgos de la Unión Europea sobre los ingredientes activos de los plaguicidas se centra principalmente en los efectos ambientales tóxicos directos. Los impactos indirectos y complejos sobre la biodiversidad y los ecosistemas son formalmente parte del proceso de revisión, pero hasta ahora no han sido suficientemente abordados en la práctica. El estado actual de la ciencia, sin embargo, indica que, en particular, los efectos indirectos del glifosato o herbicidas que contienen glifosato en especies no objetivo representan un alto riesgo para la biodiversidad.

Asimismo, se señala que los estudios realizados muestran que el uso de productos de protección de cultivos, que contienen glifosato, tiene un impacto significativo en la biodiversidad. Esto también se aplica a las indicaciones y aplicaciones actualmente aprobadas en Alemania, ya que se deben temer en particular los efectos indirectos sobre la diversidad y la abundancia de especies no objetivo.

Presenta recomendaciones, que no pretenden ser un catálogo completo para tratar el problema del glifosato, pero que representan los requisitos mínimos del Agencia Federal, como la autoridad científica central del Gobierno Federal Alemán para la conservación de la naturaleza nacional e internacional, que a continuación se señalan:

Con respecto a las pruebas europeas de principios activos, así como con respecto a la aprobación nacional, la Agencia recomienda:

Aplicar efectivamente los requisitos existentes del Reglamento de la Unión Europea No. 1107/2009 para considerar los efectos indirectos sobre la biodiversidad y los ecosistemas del paisaje agrícola en el proceso de evaluación y hacerlos objeto de la decisión sobre la aprobación y la autorización de la sustancia activa. La evaluación y la decisión también incluirán los efectos acumulativos y, en particular, los efectos combinados de diversos productos agroquímicos.

Para la evaluación de riesgo, se debe evaluar hasta qué punto la gama de especies de organismos de prueba utilizada es suficiente, y en qué medida también deben investigarse en el campo los efectos de los plaguicidas.

Con respecto a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) resistentes a los herbicidas, la Agencia también considera necesario seguir examinando aspectos específicos de los OGM, incluido el uso de herbicidas en OGM resistentes a los herbicidas, en el contexto del derecho de la ingeniería genética.

Las medidas centrales para la protección de la diversidad biológica son para la Agencia:

Agotamiento o creación de las posibilidades legales para una terminación rápida y restricción de uso hasta ahora máxima del uso de productos agroquímicos que contienen glifosato y aquellos que tienen un efecto comparable sobre la diversidad biológica.

Prohibición del uso de plaguicidas que contienen glifosato en áreas protegidas, en particular en áreas Natura 2000, parques nacionales, reservas naturales, zonas núcleo y de protección de las reservas de biosfera, áreas de conservación de agua, así como en las riberas de ríos conforme a la legislación del agua de los estados, más allá de las regulaciones existentes tan lejos y tan rápido como sea posible.

Concretar y ampliar normas legales de buenas prácticas del uso de agroquímicos.

Examinar instrumentos fiscales, por ejemplo, un impuesto a los agroquímicos o un programa de apoyo pertinente para compensar las pérdidas sufridas en el caso de un cambio a la gestión agrícola libre de glifosato.

Hasta el final del uso de glifosato en Alemania, la Agencia considera, que es necesario otorgar aprobaciones sólo condicionado a reducir el impacto sobre la biodiversidad y los ecosistemas y vincularlos con un monitoreo adecuado. Por ejemplo, las explotaciones que utilizan productos agroquímicos que contienen glifosato deberían ser requeridas para demostrar una cantidad mínima de área con equilibrio ecológico sin ningún uso de herbicida químico sintético.

Finalizo señalando que lo anterior significa que debemos actuar en consecuencia en México. Ellos, los europeos, se están bajando de agroquímicos como el glifosato y nosotros tenemos por lo menos que entrar a ese debate de política agrícola y ambiental.

P.D. Ante la violencia criminal sin control, que pone a la sociedad en grave peligro, reflexionemos los pros y contras de aplicar el Artículo 29 constitucional. Sugiero a mis cuatro lectores lo revisen.

 

In this article

Join the Conversation