Nuevos datos duros desmienten a Ricardo Anaya

“La guerra sucia no nos va a detener. El PRI está desesperado y ya no sabe qué hacer para levantar la campaña en ruinas de su precandidato”, expresó...

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11 febrero,2018 7:45 am
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Como parte de sus vagas justificaciones ante el reportaje publicado en la edición 2153 de Proceso respecto de las triangulaciones financieras en la Fundación por más Humanismo, el panista Ricardo Anaya le atribuye al PRI la “filtración” de los datos que comprueban el negocio millonario que se realizó al amparo de esa agrupación supuestamente “sin fines de lucro”. Pero esos y otros nuevos datos oficiales desmienten al virtual candidato presidencial del PAN, PRD y MC

Álvaro Delgado / Agencia Proceso
Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México. Creador y presidente de la Fundación por más Humanismo, que amparó en Querétaro un millonario negocio para dos constructores amigos suyos, uno de ellos miembro de la misma asociación no lucrativa, el virtual candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés insiste en que es ajeno a la maquinación, aun cuando hay evidencias que lo involucran directamente.

Anaya insiste en que renunció a la asociación civil en mayo de 2014, cinco años después de creada –tal como se consignó en el reportaje publicado en Proceso la semana pasada–, pero dos años después seguía siendo el representante ante las autoridades fiscales, tal como se acredita con la Constancia de Situación Fiscal de la asociación civil, con fecha de 7 de abril de 2016.

El domicilio fiscal de la Fundación por más Humanismo era el propio domicilio particular de Anaya, en el fraccionamiento Club Campestre de Querétaro, y el correo electrónico de contacto registrado ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) también era de él.

A su vez, el empresario Eduardo de la Guardia Herrera renunció como vocal de la asociación en la misma fecha que Anaya, pero siguió manejando la cuenta bancaria de la asociación civil hasta 2017, cuando emitió cheques a su nombre que cobró en efectivo.

No sólo eso. Los estados de cuenta de la fundación en el banco Santander llegaban al domicilio particular de De la Guardia Herrera, ubicado en El Pueblito, municipio de Corregidora, vecino de la capital de Querétaro, pese a que, desde mayo de 2014, ya no era vocal de la institución sin fines de lucro creada por Anaya.

De la Guardia era parte de esta última y titular de la cuenta bancaria junto con Anaya cuando, en 2010, recibió un depósito del empresario Abraham Jaik Villarreal por un millón 650 mil pesos para comprar un terreno en el que se construyó un edificio. Cuando éste se vendió, en 2016, ambos empresarios se repartieron los 7 millones 800 mil pesos de pesos producto de la venta.

De esta cantidad, depositada en la cuenta de la fundación, De la Guardia le pagó a Jaik Villarreal el millón 650 pesos que había depositado para la compra del terreno y le transfirió a la empresa de éste, JV Construcciones Civiles, 4 millones 909 mil pesos.

Y luego, de la cuenta de JV Construcciones Civiles, se hicieron transferencias por 3 millones 350 mil pesos a DG Diseño y Construcciones, propiedad de De la Guardia, en una triangulación de recursos que permite borrar cualquier vínculo de la asociación civil con la empresa y el propio Anaya.

De la Guardia y su empresa DG Diseño y Construcciones trabaja, desde hace varios años, para las empresas Cintla y Juniserra, de las que es socio el virtual candidato presidencial de la alianza de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC), precisamente en los años en los que formaba parte de la Fundación por más Humanismo.

Pese a que en el reportaje publicado en Proceso la semana pasada se recogió su versión sobre estas operaciones financieras, que amparan un negocio con una asociación civil sin fines de lucro por él presidida, Anaya descalificó la información y, en un comunicado dirigido a la opinión pública el domingo 4, señaló que se trata de guerra sucia del PRI.

“La guerra sucia no nos va a detener. El PRI está desesperado y ya no sabe qué hacer para levantar la campaña en ruinas de su precandidato”, expresó de manera calumniosa el panista, una consigna que repitieron sus prosélitos, y se amparó en que él no era miembro de la institución cuando se hizo la compraventa del edificio.

Desde entonces evadió los detalles de la operación y los personajes involucrados, todos vinculados a él por años, en particular los panistas miembros de la fundación y De la Guardia, identificado en el acta constitutiva de ésta como “simpatizante”.

El único miembro fundador de la asociación civil que tomó distancia de ella fue Julio Sentíes Laborde, quien en entrevista con Proceso dice que él renunció como secretario de la misma cuando Anaya dejó la presidencia del PAN y solicitó licencia como diputado local, en 2011, para asumir la Subsecretaría de Turismo en el gobierno de Felipe Calderón.

“Entiendo que una de las cosas que quedaron pendientes de la fundación, porque no me consta que lo hayan logrado hacer –aclara Sentíes–, era obtener el permiso de la Secretaría de Hacienda para dar recibos deducibles de los donativos que recibiera, y uno de los requisitos por esa autorización era que, por ningún concepto y bajo ningún pretexto, se paguen honorarios ni estipendios al consejo directivo ni tampoco que, con motivo de liquidación o cualquier otro pretexto, se repartan. Lo único que puedo decir es que evidentemente yo no tengo conocimiento de que hayan repartido nada, y obviamente yo, menos, recibir”.

Pero, como está acreditado documentalmente, por lo menos dos de los empresarios, uno de ellos miembro fundador de la asociación civil no lucrativa, se repartieron el producto de la venta del edificio construido con el préstamo de uno de ellos.

De esto no ha querido hablar Anaya pese a que el lunes 5 ofreció personalmente al reportero aclarar todo sobre su fundación, incluidas las operaciones y los personajes involucrados, todos de su círculo íntimo en Querétaro y el PAN.

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