Reabren La Pintada, sitio que alberga 2 mil diseños rupestres identificados hasta ahora

Las pinturas fueron plasmadas por grupos nómadas que instalaban aquí sus campamentos del año 400 d.C. al siglo XIX, mismas que fueron severamente dañadas por vándalos y tomó...

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13 marzo,2018 7:40 am
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Texto: Yanireth Israde / Agencia Reforma/ Foto: Agencia Reforma
 
Hermosillo, Sonora, 13 de marzo de 2018. La Sierra Libre, macizo montañoso de Sonora que alberga pinturas rupestres en el cañón de La Pintada, fue un oasis en el desierto. Ahora, tras un rescate de esfuerzo épico, recobra su condición de remanso, ésta vez cultural.
En torno de las tinajas de roca o depósitos naturales de agua, grupos nómadas instalaban sus campamentos. De la planicie donde se repartían, ascendían luego por una escarpada geografía para reunirse en rituales que podían solicitar buena cacería o lluvia, e incluir las manifestaciones pictóricas como parte de la ceremonia, según ha expuesto la arqueóloga Eréndira Contreras, directora del Proyecto Arqueológico La Pintada.
Siglos después, en época contemporánea, los pobladores atraídos por este portentoso paisaje dejaron otra huella: la del vandalismo a través de pintas, letreros, obscenidades e incluso una cubetada de pintura verde.
“La gente iba para ver las pinturas, pero también hacía carnes asadas, visitas de fin de semana que no nada más terminaban en carnes asadas, sino en fiestas que desvirtuaban la visita”, relata en entrevista el delegado del INAH en Sonora, José Luis Perea.
Especialistas y voluntarios del INAH dirigidos por la restauradora Sandra Cruz han requerido al menos una década para eliminar el rastro vandálico con hisopos. Los trabajos de limpieza, junto con los de restauración, adquieren el rango de hazaña si se considera el tratamiento en la piedra centímetro a centímetro, a 25 metros de altura, con 38 grados de temperatura, y el despeñadero que se abre bajo el andamio.
Pero 10 años de trabajo ininterrumpido en La Pintada –a 50 kilómetros de Hermosillo– han permitido reabrirla con recorridos controlados, además de integrar un expediente para declararla zona arqueológica, informa Perea.
La Pintada, según se lee en el proyecto de declaratoria consultado por Reforma, “representa el sitio de mayor concentración tanto de evidencia arqueológica como de arte rupestre, lo cual demuestra una continuidad cultural que permite inferir la presencia de grupos de la tradición arqueológica conocida como ‘costa central’, así como seris históricos o conca’ac”.
La zona prevé una extensión de 31 hectárea, para incluir tanto los testimonios pictóricos al interior del cañón, como la planicie donde los campamentos estacionales se instalaron del año 400 d.C. al siglo XIX. Los restos de cerámica, herramientas de piedra, conchas marinas y artefactos de molienda son testimonio arqueológico de aquellas estancias de grupos cazadores, pescadores y recolectores de semillas y frutas, cuyo apogeo ocurrió entre el 700 y el 1600.
“El hecho de que el INAH haya cercado el área principal del sitio ha generado también una recuperación del medio ambiente o del nicho ecológico que determina el paisaje cultural de La Pintada, tanto en flora como en fauna.
“Esto permitió al INAH generar un programa de visitas familiares para la población de Hermosillo y visitantes del estado para que puedan, de acuerdo a una programación y visita controlada, conocer estas pinturas que son únicas en la región”, agrega Perea.
Suman 2 mil los diseños rupestres identificados hasta ahora, desde puntos y líneas, hasta figuras humanas o de animales, así como representaciones ideográficas que pudieran interpretarse como complejas escenas alusivas a la caza o a la danza ritual.
Interesados en organizar una visita, comunicarse al Centro INAH Sonora: 01 (662) 2172580 y 2172714.

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