Texto: Tatiana Maillard/ Foto: Cuartoscuro
Ciudad de México, 28 de marzo de 2018. Un centenar de trabajadores –reconocidos únicamente como “prestadores de servicios”– del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), contratados bajo el capítulo 3000, se reunieron este martes con el director de personal de la institución, Alfredo Vargas, y con el subdirector general de Administración, Octavio Salazar, en el auditorio del Museo Rufino Tamayo.
Ahí, leyeron y entregaron a los funcionarios un pliego petitorio donde demandan que se cubran los adeudos laborales que corren de enero hasta marzo de este año, el acceso a prestaciones mínimas contempladas en la Ley Federal del Trabajo y el reconocimiento de su labor como trabajadores. Justo esa misma mañana, en entrevista radiofónica para W Radio, Octavio Salazar recalcó que las personas contratadas a través del capítulo 3000 “no son trabajadores”. Esto, a pesar de que cumplen con horarios, responsabilidades y horas extra. Y que no cuentan con derecho laboral alguno.
Desde la semana pasada, el personal que percibe su salario a través de este esquema –el único con el que cuenta el INBA para contratar a profesionales de los museos– denunció que no ha recibido el pago por sus labores desde enero de este año.
Parte del atraso en los pagos se debe a que se pretendía cambiar el esquema de contratación de los “prestadores de servicios”, es decir, pasarían del capítulo 3000 a contratación vía outsourcing. Sin embargo, nunca se les aclaró cuál sería la empresa que se haría cargo y finalmente se descartó esta posibilidad. Alfredo Vargas aseguró en la reunión que los atrasos también se debían a que ellos mismos no habían realizado los trámites respectivos.
“Hay que ser cuidadosos con la imagen de la institución”, recalcó una y otra vez Vargas. El lunes, en las cuentas de redes sociales del Museo Nacional de Arte (Munal) se publicó el mensaje: “El amor al arte no debe significar tres meses sin cobrar. #YaPágameINBA”, el cual ha alcanzado más de 6 mil 500 retuits y 11 mil 400 “me gusta”. Esa misma noche, los trabajadores realizaron una protesta en la explanada del Palacio de Bellas Artes.
Vargas llegó a la manifestación para proponer a los afectados una reunión al día siguiente, no sin antes recalcar, por primera vez, que se tenía que cuidar la imagen de la institución.
“No somos nosotros los que manchamos la imagen del instituto”, respondieron al micrófono varios trabajadores. Además, le recordaron que los contratos cortos de tiempo, la ausencia de garantías y la negativa para que accedan a una plaza y generen antigüedad, coloca a los trabajadores contratados vía capítulo 3000 como “el último eslabón de la cadena del INBA, a pesar de que somos profesionistas”. Por lo que, insistieron, su demanda principal es la formalización de su condición laboral.
“No crean que no los comprendemos –respondió Octavio Salazar–. Nosotros no somos sus enemigos, de hecho, somos sus mejores aliados”. La afirmación provocó la risa de algunos de los asistentes. Salazar continuó, defendiendo que el INBA es “de las pocas instituciones” que sí cumplen con los pagos a los prestadores de servicios y que se ha cumplido con más de 90 por ciento de los pagos, los cuales serán liquidados en su totalidad este miércoles 28, según sus palabras.
Uno de los presentes contestó que “cumplir con el pago no es motivo de orgullo” y reclamó a Vargas sus declaraciones de esa mañana, donde, además de negar que fueran trabajadores, aseguró que 94 por ciento de los pagos se habían realizado. “Es falso. Y esas declaraciones entorpecen la negociación”.
También causó revuelo cuando Salazar comentó que esa sala estaba llena de jóvenes creativos y que, como tales, debían generar ideas que llevaran a soluciones: “Yo ya no soy tan joven, pero mi mente sí, y estoy abierto a que realicen propuestas”. Uno de los trabajadores le recordó que acababan de entregarle un pliego petitorio y que ellos no debían dar más ideas sino obtener respuesta a las razones puntuales que ahí se expresaban.
Otra declaración desafortunada fue cuando el funcionario aseguró que los pagos se realizarían antes de que los trabajadores se fueran de vacaciones de Semana Santa. Una de las presentes respondió con ironía: “Nos vamos de vacaciones… a pagar deudas”.
Exigen la presencia de Lidia Camacho
La gran ausente en la reunión fue la directora del INBA, Lidia Camacho. Los trabajadores afectados han solicitado desde la semana pasada que Camacho se pronuncie respecto a la falta de pagos y precariedad laboral, sin que esto haya sucedido.
En las manifestaciones que han realizado, los trabajadores han desplegado pancartas donde recriminan que Camacho figure en las listas de candidatos plurinominales por el PRI, como suplente de Vanessa Rubio, coordinadora de la oficina del candidato presidencial de la coalición Todos por México, José Antonio Meade.
Al final de la reunión se acordó un próximo encuentro el miércoles 4 de abril. Los trabajadores recalcaron la importancia de que Camacho estuviera presente, pero también exigieron que, para entonces, se cuente con una respuesta por escrito a su pliego petitorio.
Alfredo Vargas se comprometió a que las soluciones que buscará el INBA vayan por tres caminos: solucionar inmediatamente el atraso de pagos, establecer mesas de trabajo en el corto y mediano plazo y establecer con claridad aquello que no podrán resolver, pues su gestión acaba el 31 de diciembre.
