En Apango, sólo obras inconclusas del plan piloto de la Cruzada contra el Hambre

“Todo fue un engaño, un fraude”, denuncia el presidente del comisariado de bienes comunales de San Juan Totolcintla.

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1 abril,2018 5:57 am
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“Todo fue un engaño, un fraude”, denuncia el presidente del comisariado de bienes comunales de San Juan Totolcintla.

Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jesús Eduardo Guerrero
San Juan Totolcintla, Guerrero. A punto de cumplirse cinco años de que se inauguró el plan piloto de la Cruzada contra el Hambre en el municipio de Mártir de Cuilapan (Apango), habitantes de San Juan Totolcintla denunciaron que aquí las obras quedaron abandonadas e inconclusas, y otras ni siquiera se hicieron.
“Todo fue un engaño, un fraude”, denunció el presidente del comisariado de bienes comunales, Melquiades García Ríos, quien denunció, además, que los técnicos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), que fue la dependencia rectora del programa, les impusieron proyectos que no pidieron ni querían en el pueblo.
Dijo que se dieron cuenta de que los mismos técnicos eran los promotores, proveedores y asesores de las obras.
Una de las obras en este pueblo nahua es la planta tratadora de agua, que se construiría con 70 millones de pesos, pero a la que se destinaron no más de 13 millones, y la dejaron abandonada.
La entonces secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, puso en marcha el plan piloto de la Cruzada Nacional contra el Hambre en Apango, cabecera del municipio de Mártir de Cuilapan, el 13 de abril del 2013, de allí arrancaría en los 400 municipios del país considerados con población de extrema pobreza.
El objetivo, se dijo, era llegar a cero hambre a partir de una nutrición adecuada de las personas en pobreza multidimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación, eliminar la desnutrición infantil aguda y mejorar los indicadores de peso y talla de la niñez; aumentar la producción de alimentos y el ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas; minimizar las pérdidas post-cosecha y de alimentos durante su almacenamiento, transporte, distribución y comercialización, y promover la participación comunitaria para la erradicación de hambre.
Sin embargo, San Juan Totolcintla es el emblema del fracaso, el engaño y la corrupción que privó en este programa.
En la parte oriente de la población se encuentra el cascarón de lo que sería la planta tratadora de aguas negras, en la que se invertirían 70 millones de pesos en dos etapas. Sin embargo, en casi cinco años, lleva ya cuatro etapas y la obra sigue inconclusa; según los habitantes, lo que se ha hecho no representa más de 13 millones y no saben dónde quedó el resto del dinero.
García Ríos dijo que los habitantes no querían esa obra porque el agua del drenaje, aun tratada, sería descargada al río, y no querían contaminar la afluente. Pidieron que les construyeran fosas sépticas que saldrían más baratas. Pero los técnicos insistieron, en contra de la voluntad de los habitantes.
“Son 70 millones de pesos los que se van a invertir, no los podemos dejar ir”, les argumentaron a los vecinos, pero cinco años después, lo que quedó de la obra fue solamente el cascarón y una tubería que se está deteriorando por falta de uso.
A través de la Cruzada contra el Hambre, en ésta localidad también se encubrió un fraude de 270 millones de pesos cometido por la presidenta municipal de Mártir de Cuilapan, Felicitas Muñiz Gómez en su primer periodo, 2008-2012, y por el entonces delegado de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cdi), Marcelo Tecolapa Tixteco.
García Ríos dijo que la alcaldesa y el entonces funcionario federal justificaron una inversión de 270 millones de pesos en una supuesta red de agua potable que en realidad nunca funcionó, “vinieron a inaugurarla, pero nunca tuvimos agua”, se quejó el representante comunal.
Agregó que cuando llegó la Cruzada en 2013, los pobladores declararon que ya no creían en las autoridades ni en sus promesas de obras, y pusieron como ejemplo la red de agua. Entonces, a través de la Cruzada, el entonces presidente municipal perredista, José Guadalupe Rivera, y nuevamente la Cdi, se comprometieron a terminar la obra y cuando la terminaron informaron una inversión de otros 270 millones de pesos.
El representante comunal informó que en la Cruzada contra el Hambre fueron empresas “fantasmas” las que se llevaron el dinero.
“Las supuestas empresas eran de los propios técnicos de la Sedesol, ellos eran los proveedores y ellos traían el material, pero de las obras nomas dejaron el cascarón, todo lo que hicieron no sirvió”, denunció.
Por ejemplo, explicó que para las huertas, los campesinos compraron el material pero para pagarle al trabajador ya no hubo dinero de la Cruzada, “todo se lo llevaron los técnicos; en cambio, ellos nos decían a nosotros que teníamos que comprobar hasta el último centavo”.
Añadió que, “eran ellos mismos, los técnicos, los que tenían sus empresas, eran los que vendían, desde el fertilizante hasta el material para construir”. Dijo que este personal fue contratado por Sedesol y que a los campesinos los engañaron, que venían de Sinaloa.
“Cuando nos dijeron que venían de allá nos emocionamos, dijimos, ‘vienen de allá donde se produce el jitomate de lo mejor’, pero resultó que no funcionó el proyecto”.
Don Melquiades contó que en las primeras reuniones que hicieron en ese pueblo, les dijeron que no sólo iba a mejorar la alimentación de los indígenas, sino la salud, la educación y la justicia, “y muchas obras”.
Se quejó de que ni siquiera la producción, que era lo principal de la Cruzada, funcionó, “los técnicos no prepararon a los campesinos y nos hicieron obras de mala calidad que nunca funcionaron”.
El dirigente de la localidad mostró un tramo de calle en el centro del pueblo bien pavimentado. Son 200 metros cuadrados que se hicieron con una inversión de 600 mil pesos.
“Esta obra que ven ustedes aquí, la conseguimos directamente de la federación, pero aquí participó toda la gente, cada persona le pagó al albañil que trabajó frente a su casa, la federación sólo puso el material”, explicó.
Informó que los 600 mil pesos eran para pavimentar solamente 100 metros cuadrados, pero que la gente les dijo que ellos se harían cargo de la obra, “y aquí, con esta obra, le demostramos al gobierno que nosotros sí sabemos trabajar, que el dinero que nos dan se invierte todo, y que con la participación de toda la gente se hace más grande la obra. El dinero no se lo llevan los contratistas”, aseguró.
El dirigente aclaró que la pavimentación de ese tramo de calle, no fue de la Cruzada contra el Hambre. Sí se hizo con recursos del gobierno federal pero con la participación de la gente, y es la única obra que está bien hecha en este pueblo.
(En la imagen: El pozo de agua que surte a la localidad de Apango, cabecera municipal de Mártir de Cuilapan, en el punto conocido como Nanchichintla a la salida de esa comunidad, y en el cual un estudio de laboratorio mandado a hacer por la presidenta municipal en febrero del 2016 arrojó que el agua tiene altos índices de coliformes fecales, en imagen del 7 de marzo. Foto: Jesús Eduardo Guerrero)
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