Texto / EFE / DPA / Foto: EFE
Ciudad del Vaticano, 1 de abril de 2018. El papa Francisco afirmó hoy que la población de Siria está “extenuada por la guerra que no tiene fin” y pidió a la comunidad internacional que “ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo” en el país.
Francisco realizó estas consideraciones durante el mensaje de Pascua que leyó desde la logia central de la basílica de San Pedro del Vaticano, momentos después de presidir la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro del Vaticano.
En su mensaje, pidió a “todos los responsables políticos y militares, para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo (en Siria), se respete el derecho humanitario y se proceda a facilitar el acceso a las ayudas” que la población necesita “urgentemente” y el regreso de los desplazados.
El papa Francisco también pidió reconciliación en Tierra Santa, diálogo en Corea del Norte y “consolación para el pueblo venezolano” en su mensaje de Domingo de Pascua, la jornada festiva más importante del calendario cristiano.
El líder de mil 300 millones de católicos en el mundo, pidió hoy al término de la misa del Domingo de Resurrección, la paz en todo el mundo mundo, “comenzando por la amada y martirizada Siria, cuya población está extenuada por una guerra que no tiene fin”, dijo.
Que “luz de Cristo” ilumine “las conciencias de todos los responsables políticos y militares, para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo, se respete el derecho humanitario y se proceda a facilitar el acceso a las ayudas” que tan urgentemente se necesitan, agregó.
En clara referencia a los recientes enfrentamientos entre israelíes y palestinos, el pontífice pidió reconciliación “para Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos”.
Exigió asimismo reconciliciación “para Yemen y para todo el Oriente Próximo, para que el diálogo y el respeto mutuo prevalezcan sobre las divisiones y la violencia”, dijo.
En una jornada soleada en Roma, y ante decenas de obispos y cardenales, así como miles de fieles, el pontífice suplicó “frutos de consolación para el pueblo venezolano, el cual —como han escrito sus Pastores— vive en una especie de ‘tierra extranjera’ en su propio país”. Además confía en que se encuentre “la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime”.
En la tradicional bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo), Francisco imploró la concordia para Ucrania, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo. “No olvidemos a las víctimas de ese conflicto, especialmente a los niños”, dijo.
El pontífice argentino de 81 años invocó la protección de los menores que, “a causa de las guerras y el hambre, crecen sin esperanza, carentes de educación y de asistencia sanitaria”, así como también de los ancianos “desechados por la cultura egoísta, que descarta a quien no es ‘productivo'”.
La bendición “urbi et orbi”, que también ofrece el perdón de los pecados, se imparte el domingo de Pascua, pero también en Navidad y tras la elección de un nuevo papa. En la jornada de hoy pone fin a la festividad de Semana Santa, tras la celebración de una misa solemne al aire libre en la plaza San Pedo del Vaticano.
La monumental plaza estaba decorada con más de 50 mil flores y y plantas holandesas, entre ellas 13 mil 500 narcisos, 20 mil tulipanes y 3 mil 400 rosas, un regalo de los católicos de ese país, a los que el papa dio las gracias en su discurso.
Unos 10 mil efectivos de la policía fueron desplegados en Roma para las festividades de Semana Santa. Italia permanece alerta tras una serie de arrestos antiterroristas e informaciones de que los islamistas habían señalado la capital italiana como objetivo.
Durante los últimos días, el papa Francisco ha participado en diversos actos solemnes y multitudinarios. El sábado celebró la misa nocturna de Pascua, en la que bautizó a ocho adultos. El viernes presidió la procesión del Viacrucis en el Coliseo y el jueves realizó el rito lavatorio de pies a doce presos de una prisión de Roma.
