A los adultos mayores ya no los aceptan como jornaleros, relata una vecina de Ayotzinapa, Tlapa

Felipa Modesto, doña "Lipa", toda su vida salió a los campos, fue su forma de vida hasta que cumplió 60 años y aunque tuviera la necesidad de seguir...

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18 enero,2023 12:55 pm
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Felipa Modesto, doña Lipa, toda su vida salió a los campos, fue su forma de vida hasta que cumplió 60 años y aunque tuviera la necesidad de seguir ya no fue contratada. “Ya no nos movemos rápido”, cuenta que le dijeron cuando fue a apuntarse, por lo que perdió su fuente de empleo

(Segunda y última parte) 

Ayotzinapa, Tlapa, 18 de enero de 2023. Felipa Modesto Flores, doña Lipa, toda su vida salió a los campos como jornalera, fue su  forma de vida hasta que cumplió los 60 años, aunque tuviera la necesidad de seguir ya no fue contratada debido a su edad.

“Ya no nos movemos rápido”, recordó que le dijeron cuando fue apuntarse, por lo que su fuente de empleo se perdió.

Hoy para sostenerse alquila su mano de obra para conseguir algo de efectivo o donde le paguen en especie.

Acompaña a Rocío en su tarea de desgrane en la separación del maíz de color, el guardado de los olotes que habrán de usar en la lumbre para hacer las tortillas.

Recordó que la negativa de llevarse a adultos mayores fue por un accidente hace 11 años, “era el campero, caminaba por el riego levantando cosas, en tanto un tractor andaba limpiando los surcos. Dijeron que por su edad no escuchó que iba atrás. Pasó por encima matándolo, por eso dejaron de recibirnos (a los adultos mayores)”.

“No sabía qué iba a hacer esos seis meses cuando dejé de salir, pero poco a poco me di cuenta que aquí también hay mucho trabajo en la casa”, dijo.

Ella también recibe el programa de Adulto Mayor que le respalda sus gastos porque trabajo hay, pero no todo es remunerado o se da en especie.

La elaboración de sombrero para los que se quedan 

Doña Francisca fue otra de las adultas mayores que dejó de ser jornalera debido a su edad, al quedarse retomó los trabajos de su casa y del campo con la siembra de maíz en la temporada: el corte y acarreo de leña para cocinar y el agua.

Para sobrevivir hace sombreros de palma que vende a los acaparadores que llegan a la comunidad, se tiene que ajustar a sus precios que son de 180 pesos y el ciento de palmas a 200.

Rocío, Lipa y Chica coincidieron en que no tiene otra alternativa más que venderle los sombreros a quienes llegan, aunque les paguen barato.

Una opción sería llevarlos a Tlapa, lo que implica cargarlos, pagar el bulto como si fuera pasaje y buscar un negocio porque los que conocían dejaron de comprarlos.

El único punto que conocen es en los márgenes del río Jale donde se ponen el sábado o domingo y esos comerciantes también deciden el precio.

Venta de maíz 

Otra de las formas para obtener dinero es la venta de alguna parte de su maíz. Lo hacen cuando nadie las contrata, lo ofrecen en el pueblo o sino vienen a Tlapa con la desventaja de que lo malbaraten.

Hace unos meses le compraban el litro a 12  y llegó hasta 15 pesos. Pero cuando vienen a Tlapa y no lo terminan los acaparadores se los han pagado hasta en seis pesos, “si lo regresamos es tener que cargarlo hasta el sitio de ruta de transporte o pagar quien lo lleve, luego la carga más nuestro pasaje, pues no queda más que aceptar”, dijo el comisario.

Agregó que los programas sociales benefician a 80 adultos mayores, las becas Benito Juárez a 95, de discapacidades a 15, Madres Trabajadoras a 80 y los 22 de Sembrando Vida.

El programa Sembrando Vida del gobierno federal da empleo a 22 personas de las más de 300 familias, así que no es para todos y por eso se van.

Trabajan todos los días por lo que alguien con cargo comunitario no pudo ser empleado por las ausencias en la gestión.

Los ingresos los complementan con los trabajos de desgrane de maíz u otras “chambitas” que salen en el transcurso, los hombres como chalanes o albañiles en la comunidad o se van a otras cercanas.

Don Cruz propuso que sería bueno que el gobierno los apoyara con viviendas para los jornaleros y ahí les diera trabajo.

En estos meses hay trabajo en la comunidad para los albañiles o chalanes porque los que regresaron en estas fiestas, sobre todo de Guanajuato, le hacen remodelaciones a su casa, las amplían, cambian la madera por blocks.

No llegan obras ni servicios o se van por la falta de población 

El comisario Cruz Salgado Paris contó que la comunidad tiene varias necesidades de servicios que como pobladores lo veían, pero como autoridad los constató e inició un camino de gestión y lo primero que le dijeron fue que casi no había personas en la comunidad.

Desde años atrás la pavimentación de su camino al crucero de la carretera estatal Tlapa-Chilpancingo ha sido una constante, pero no les hacen caso.

En el año que estuvo al frente se logró el inicio de pavimentación en su primera etapa por la gestión de varias comunidades,  en acompañamiento de la diputada local, Leticia Mosso Hernandez y la disposición del gobierno estatal que autorizó 6 millones de pesos.

En esta etapa sólo se pavimentaron 800 metros, por lo que espera se cumpla la continuidad hasta terminar los 3 kilómetros del crucero a la comunidad.

Esta vía se tiene pensada para que conecte las comunidades del municipio de Tlapa con Copanatoyac, pasando por las comunidades de Ayotzinapa, Cacahuatepec, Cuautotolo, Tlalquetzalapa, hasta salir para conectar con la carretera de Copanatoyac, que esta ruta ya existe pero es de terracería y se vuelve intransitable en tramos, ya sea por la polvareda o el lodo en temporada de lluvia.

Dijo que seguirá acompañando al nuevo comisario para que no se quede inconclusa la pavimentación a su comunidad.

Otro servicio es la ampliación de la red de energía eléctrica porque hay calles que no cuentan con postes cercanos y la llevan desde distancias largas ,lo que puede provocar accidentes.

Dijo que hizo la petición al municipio, pero en lugar de eso les dio la construcción de un aula, lo cual no ve mal, aunque ampliar el servicio de luz es una necesidad.

En lo educativo se le preguntó si los niños iban, y respondió que todos los que se quedaban sí, aunque quienes fallan son los profesores porque al inicio de ciclo escolar van muchos y conforme migran quedan pocos.

“Es ahí donde luego dicen que mejor no van a venir, se agarran de eso que se hizo con el Covid, trabajar a distancia”, pero que eso en las comunidades no funciona, porque no cuentan el servicio de internet o ni se tiene un celular.

Agregó que la pandemia los afectó en lo educativo porque los profesores dejaron de ir y no es lo mismo ir a enseñar unas horas, o revisar trabajos y ya, “para nosotros fue mentira eso, nadie se enfermó ni murió aquí seguimos”.

Sobre la atención médica dijo que como autoridad  invitó al médico y enfermera cumplieran con su trabajo porque van cuando quieren y el tiempo que quieren.

“A veces llegan el martes, se van el jueves; llegan después de las 10 de la mañana unas horas y se van, no se quedan en la comunidad, viajan todos los días”.

El comisario contó que hace más 20 años metieron parte de la red de agua, se puso la bomba, pero se dejó de usar porque no hay una persona que la sepa manejar, se empezó a deteriorar la red.

Ahora una gran cantidad de mangueras negras atraviesan los cerros, las casas, las calles trayendo el agua de las barrancas Temascatitla y Ayotzinapa, que de manera personal  colocaron en una distancia de más de 400 metros.

Ve una necesidad de retomar el servicio del agua, aunque se deben reparar varios tramos y ampliarlo para que llegue a todos, pero llevará su tiempo porque muchos ya lo resolvieron con mangueras y como migran no están, además de que alguna persona debe ser capacitada para el manejo de la bomba.

Texto: Carmen González Benicio

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