Arturo Martínez Núñez
La gobernadora electa Evelyn Salgado Pineda ha iniciado una gira para agradecer el apoyo que le dieran las y los guerrerenses en los pasados comicios del 6 de junio. La gira tuvo que ser pospuesta una semana ante la presencia del huracán Enrique que afortunadamente dejó solo algunos daños materiales y ninguna vida que lamentar. Este es un pequeño ejemplo de lo que ocurrirá de manera cotidiana cuando Salgado Pineda asuma la titularidad del Ejecutivo estatal: Guerrero es una entidad que requiere de atención las 24 horas del día los 365 días del año. No hay espacio para el descanso o para la desconexión.
Guerrero está situado en una zona geográfica que lo hace susceptible de ser afectado por los meteoros del Pacifico pero también por los del Atlántico; está situado frente al punto preciso donde convergen tres placas tectónicas importantes: la de Cocos, la del Pacífico y la de Norteamérica, lo que convierte a nuestro estado en el origen de muchos de los sismos que afectan al país.
Pero además de los problemas naturales, existe en Guerrero una altísima movilidad social que requiere atención pronta, oportuna y con inteligencia. No es suficiente con “atender” los problemas, tenemos que buscar solucionarlos.
Tras la gira de agradecimiento vendrán los foros sectoriales de donde saldrán las líneas generales y el diagnóstico básico, los insumos para generar el Plan Estatal de Desarrollo.
La gobernadora ha dicho reiteradamente que viene a resolver no nada más a administrar los problemas. Es aún más importante administrar la esperanza. En Evelyn y en Morena, en el felixismo, fue depositada la confianza popular y los sueños de un pueblo que anhela ser gobernado por la izquierda real. No tenemos derecho a fallarle a la gente. A pesar de los muchos problemas y pesares, a pesar de los atropellos y abusos, a pesar de años y años de cacicazgos enraizados, la gente de Guerrero hoy tiene esperanza, hoy tiene alegría, hoy está feliz porque ven en su joven y atractiva gobernadora un rayo de luz.
Pero la alegría y el entusiasmo también tienen fecha de caducidad. Si el nuevo gobierno no da muestras claras, contundentes e inmediatas de que las cosas serán distintas, el apoyo popular comenzará a menguar y la alegría se transformará en frustración y la esperanza en tristeza.
La gobernadora Salgado Pineda tiene un capital político y un bono democrático únicos. No puede desperdiciarlos en fuegos de artificio y declaraciones sin sustento. Todo lo que se diga se debe de cumplir. Todo lo que se tenga que cumplir debe de estar sustentado en reformas legales y con el fondeo suficiente.
Cómo ella ha dicho más recursos y menos discursos. Más planeación y menos rollo. Más organización y menos aglomeraciones en busca de hueso.
Administremos el gobierno pero resolviendo; administrar es resolver no eternizar los problemas; administrar los problemas pero también la esperanza. Hagamos juntas y juntos, con cargo y sin cargo, el mejor gobierno de la historia de Guerrero.
