Alíde Ventura Medina: flores entre las grietas

Adán Ramírez Serret

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13 febrero,2020 7:57 am
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Adán Ramírez Serret

Quizá Walter Benjamin haya sido la cúspide más pulcra del pensamiento occidental del siglo XX, justo antes de que éste comenzara a resquebrajarse y venirse abajo hasta terminar fragmentado en mil pedazos. El brillante pensador alemán, con algunos toques de visionario, reflexionó con profundidad sobre el arte y el giro acelerado que dio en la modernidad. Entre sus vastas reflexiones, hay una que ahora me interesa que es la de la fotografía. En un breve ensayo sobre la imagen captada por una cámara, escribe que “el espectador se siente irresistiblemente forzado a buscar en la fotografía la chispita minúscula del azar, de aquí y de ahora, con que la realidad ha chamuscado por así decirlo su carácter de imagen, a encontrar el lugar inaparente en el cual, en una determinada manera de ser de ese minuto que pasó hace ya tiempo, anida hoy el futuro y tan elocuentemente que, mirando hacia atrás, podremos descubrirlo”.

Pongo esta cita larga pues me parece que describe casi a la perfección, de una manera técnica, el inicio de la segunda novela de la brillante escritora mexicana Alaíde Ventura Medina (Xalapa, 1985) Entre los rotos, ganadora del Premio Mauricio Achar 2019.

Alaíde Ventura ha escrito dos novelas y con ambas se ha llevado premios. La ya mencionada y en el 2018 Como caracol… obtuvo el Premio Gran Angular.

Entre los rotos apenas salió a la luz el año pasado pero parece tener ya una legión de lectoras que la van recomendando de boca en boca, y así corre el rumor que se trata de una novela profundamente triste. Y en efecto, lo es.

La novela comienza con la narradora y personaje principal viendo una fotografía en la cual aparece con su hermano. La observa tal cual describe Benjamin, buscando el instante azaroso de ese pasado y la razón por la cual su hermano la haya conservado. Cae en aquella aura que el filósofo veía-sentía en algunas fotografías: “Una trama muy particular de espacio y tiempo: irrepetible aparición de una lejanía…” Y en esta lejanía da un salto en el tiempo y comienza a recordar los años en los cuales aquella fotografía fue tomada.

Recuerda los días de su infancia en su ciudad natal. Lo hace con un relato lleno de tristeza en donde va desgranando su núcleo familiar. La abuela amorosa y virtuosa en la cocina, la madre abnegada y pasiva, el padre monstruoso y cruel, y el hermano quien parecido al Barón Rampante de Ítalo Calvino, que un buen día por no querer comer caracoles decidió subirse a un árbol y ya nunca más volvió a pisar la tierra; así, el hermano de la narradora de esta novela, a partir de un pleito con su padre, decide nunca jamás volver a hablar y lo cumplió de una manera destructiva.

Entre los rotos toma el hilo de la historia de estos dos chicos, la narradora y su hermano silente, y va jalando de él hacia el presente. La condición de estos dos jóvenes es estar fragmentados, precisamente; así, por más que intentan llevar una vida, siempre se les salen los hilos por todos lados y sus vidas están condenadas a la soledad.

Alaíde Ventura Medina ha escrito una novela que a pesar de ser profundamente melancólica, deja ver la luz a través de las grietas, la clara sombra de quienes se miran en el espejo y aceptan esa identidad fragmentada, rota para siempre. Y así, sucede el milagro de que aparezcan flores entre las grietas. Justo como dice Benjamin, “ese minuto que pasó hace ya tiempo, anida hoy el futuro y tan elocuentemente que, mirando hacia atrás, podremos descubrirlo”.

Alaíde Ventura no sólo entreteje el pasado deshilachado sino que construye un futuro con la escritura.

(Alaíde Ventura Medina, Entre los rotos, Ciudad de México, Random House, 2019. 171 páginas).

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