Audífonos alemanes contra la violencia en Guerrero 


Asolado por la violencia y la falta de recursos, en este estado son muchos los niños con problemas de audición que intenta resolver el alemán Dirk Hecken con...

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9 enero,2019 10:53 am
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Asolado por la violencia y la falta de recursos, en este estado son muchos los niños con problemas de audición que intenta resolver el alemán Dirk Hecken con un pequeño dispositivo importado de Alemania.
Iguala, Guerrero, 9 de enero de 2019. En Guerrero, el miedo está a la orden del día. El estado en la costa del Pacífico tiene una de las tasas de homicidios más altas del país. El alemán Dirk Hecken vive allí desde hace más de 20 años y busca con su fundación abrir nuevas perspectivas para los niños.
Jennifer Martínez Pineda enciende y apaga la linterna que sostiene entre sus manos. Provista de auriculares, la niña está sentada en una celda de madera recubierta de espuma. Cada vez que oye un sonido, envía señales de luz a la sala de consulta a través de una pequeña ventana.
La prueba de audición en el centro médico de Linda Ivet Hernández Mendoza en Iguala, en el norte de Guerrero, es simple pero efectiva. Jennifer está oyendo bien por primera vez en su vida gracias a un pequeño dispositivo de Alemania y a Dirk Hecken.

Iguala. Dirk Hecken en el centro de audiometría de Linda Ivet Hernández Mendoza.  Foto: Antonia Märzhäuser / DPA

Desde hace dos décadas, este alemán de 76 años se dedica en Guerrero a una especie de negocio de importación sin fines de lucro. Su fundación adquiere audífonos de Alemania y se los entrega a niños cuyas familias nunca habrían podido pagarlos.
“Un buen aparato no cuesta menos de 10 mil pesos (unos 500 dólares)”, explica Hecken. Esto es casi el doble de los ingresos mensuales medios de los hogares en este estado eminentemente rural.
Los audífonos son financiados con donaciones de Alemania. Con la ayuda de centros locales de audiometría, como el de Hernández Mendoza, este alemán oriundo de Düsseldorf atiende a unos 70 u 80 niños al año.
Su número varía según la cantidad de aparatos que llegan de Alemania. Podrían ser más, dice Hecken, ya que en este estado asolado por la violencia y la falta de recursos son muchos los niños con problemas de audición.
“Siempre hay una causa por la cual los niños no oyen bien. Son muy pocos los que ya nacen con problemas de audición”, explica Hernández Mendoza, maestra de profesión.
Tras advertir que muchos alumnos no podían seguir las clases porque no oían bien, abrió el centro donde se están probando ahora los audífonos. Según Hernández Mendoza, las causas son a menudo inflamaciones prolongadas que no han sido tratadas a tiempo y que provocan daños auditivos irreparables.
Pero no siempre son enfermedades el origen de la pérdida de audición. Hecken también conoce otras historias: Como la de la niña que recibía golpes en la oreja cuando era pequeña. El padre maltrataba a toda la familia. Durante la prueba de audición, la madre reveló heridas de cuchillo en el abdomen.
En dos décadas en Guerrero, Hecken se ha acostumbrado a muchas cosas. Con un promedio de seis homicidios por día el año pasado, el estado es uno de los más peligrosos de México.
Iguala. Linda Ivet Hernandez Mendoza, directora del centro de audiometría. Foto: Antonia Märzhäuser / DPA

En 2014, la ciudad de Iguala fue escenario de la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas, crimen en el que supuestamente estuvieron involucrados, además de una organización criminal, también la policía y el alcalde. Desde entonces, los turistas se mantienen alejados de la región, popular en su día por su arquitectura colonial y su impresionante paisaje.
A él nunca le ha sucedido nada, dice Hecken, quien vive con tres perros y un gato en un pequeño pueblo entre las ciudades de Iguala y Taxco. Sólo una vez vio un camión en llamas justo enfrente de su casa; el vehículo estaba cargado de marihuana.
A lo que Hecken no ha podido acostumbrarse en todos estos años es a las oportunidades perdidas para los niños de Guerrero. “Hay padres que incluso quieren vender el aparato para hacerse de un poco de dinero”.
Por ese motivo, Hecken trata de conocer personalmente a todas las familias. También visitó a Jennifer y a su madre en su pueblo, a pocos kilómetros de Iguala. Cuando el día de la prueba de audición le preguntaron por el marido, la mujer rompió a llorar. Ella es la única que mantiene a la familia. Su esposo, alcohólico, hace tiempo que no contribuye a los gastos del hogar.
“A lo sumo medio año”. Ese es el tiempo que Hecken quería quedarse en México cuando llegó a principios de los años 80. “Conocía México sólo por las películas de John Wayne y por eso tenía una mala imagen. Pero el país me hizo cambiar de opinión rápidamente”, agrega.
Y los seis meses se convirtieron en 37 años. Entretanto ya ha tenido un restaurante, una compañía de producción, fue piloto de rally y fabricante de esferas chinas. La biografía de Hecken es tan peculiar como su español: “Soy auf der autopista”, dice en una mezcla de castellano y alemán hablando con alguien al teléfono. Aun así, todos lo entienden.
Hace 20 años recibió de una pareja alemana un terreno con una vieja hacienda colonial. Poco después surgió la idea de hacer algo por la esta región olvidada. La decisión de importar los audífonos fue puramente pragmática: “Tenía un buen amigo con diez tiendas de audífonos en Düsseldorf, y fundaciones para niños con cáncer ya había. Así fue como terminaron siendo audífonos”.
Algunos de los niños han terminado la escuela con la ayuda del aparato y ahora están estudiando en la renombrada Universidad Nacional Autónoma de Ciudad de México.
Como muchos otros lugares del mundo, el estado de Guerrero también se ve afectado por el éxodo rural de jóvenes. Para Hecken, este es un motivo más para iniciar un nuevo proyecto: Quiere que Guerrero sea más atractivo para las empresas y planea abrir una escuela técnica en su propiedad.
El “know how” vendrá de Alemania, el financiamiento de México. El alemán tiene una visión para Guerrero, y ésta comienza con los niños.
Texto y foto portada de Jennifer Martínez Pineda: Antonia Märzhäuser / DPA
 

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