Acapulco, Guerrero, 24 de abril de 2020. Desde las 11 de la mañana llegaron vecinos, vendedores, trabajadores y desempleados al Malecón, para apartar su lugar en la fila de la cocina comunitaria instalada por el gobierno municipal, en donde se dieron unas 700 raciones, más que las entregadas en el primer día de dicho programa.
Esteban Hidalgo es fotógrafo desde hace 22 años, y al cerrar la escuela y jardín de niños donde toma fotos se quedó sin empleo. No tenía ahorros porque “nadie se esperaba esto”, por lo que ha bajado dos días a la cocina en el Malecón por alimentos para él y algunos de los integrantes de su familia que en total son siete.
El horario de las cocinas comunitarias es del mediodía a las 3 de la tarde, pero la del Malecón ayer abrió casi a la 1 de la tarde. Desde las 11 de la mañana empezaron a llegar vecinos, vendedores, desempleados y trabajadores de la playa, que colocaron, en las marcas señaladas para respetar la sana distancia, sus bolsas y trastes que esperaron en el sol mientras empezaba la entrega de alimentos.
Esteban fue uno de los que llegó a las 11 de la mañana. El miércoles fue también por caldo de panza, y ayer por una ración de calabacitas con carne de puerco y arroz blanco con tortillas que les dieron. Después de la 1 de la tarde recibió los alimentos que le dieron y que pensó en ir a compartir con un amigo bolero que estaba en el Zócalo.
Dijo que desde que cerraron la escuela donde trabaja ha ido al mercado a ofrecer su trabajo para fotos infantiles pero hasta eso ha disminuido, por lo que buscará otro ingreso para seguir llevando comida a su casa.
Comentó que hizo un listado de 17 fotógrafos que igual que él se quedaron sin trabajo para obtener despensas, sin embargo no les llegaron.
A la 1 de la tarde la fila en la cocina comunitaria en el Malecón llegaba hasta la playa Tlacopanocha, y a las 2 de la tarde se había atendido a 190 personas, a las cuales les dieron entre una y cuatro porciones de comida. Después de esa hora solamente les daban calabazas porque se acabó la olla de arroz.
Rufina García vende picadas en la calle Xóchitl pero no ha vendido desde hace una semana; “nos avisaron que hay comidita y pues nos vinimos para acá, ojalá que siempre así nos ayudarán, dije, me voy a hacer la fila”.
A ella le avisó una prima de la cocina, por lo que decidió ir a pedir comida para ella y sus tres hijos.
El encargado de la cocina comunitaria de el Malecón, el director del CAPTA, Jondalar Castillo, informó que se repartieron 723 raciones de comidas a 291 personas, que un día antes fueron 545 raciones.
Indicó que se pensará en solicitar una mayor cantidad de alimentos dependiendo de la demanda que se tenga, la cual superó la cantidad de un día al otro.
“Esto refleja el éxito del programa, la gente lo está recibiendo muy bien. Para nosotros es una satisfacción que la gente se vaya feliz y con la certidumbre de que lleva alimento a su hogar y que puede venir mañana”, dijo.
Texto: Mariana Labastida / Foto: Jesús Trigo
