Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal precisan que de las 418 internas del centro de reclusión para mujeres, una de cada cinco llegó acusada de venta de droga, aunque este delito es todavía un delito de hombres.
Monterrey, Nuevo León, 17 de enero de 2019. En el estado de Nuevo León, las mujeres se involucran cada vez más en las redes de la delincuencia, según lo evidencia el incremento de las muertes violentas y del número de procesadas por narcomenudeo.
Sólo en 2018, con 100 casos, Nuevo León tuvo el registro más alto de homicidios de mujeres desde 2012 y, según fuentes cercanas a las investigaciones de feminicidios, indicios recabados hacen pensar que muchas de las víctimas tenían relación con la delincuencia.
Un caso reciente, expusieron, es el de Lila Solís Carrizales, de 33 años de edad, una presunta vendedora de droga y extorsionadora que operaba en el Centro de Monterrey, quien fue ejecutada el pasado 18 de noviembre.
Otros ejemplos serían los de dos adolescentes de 14 años, asesinadas en Salinas Victoria y en Juárez en octubre pasado, donde las autoridades investigan como móvil su presunta relación con grupos que distribuyen droga.
De acuerdo con un informe del Tribunal Superior de Justicia, el número de mujeres involucradas en el narcomenudeo ha aumentado en los últimos tres años.
En 2015 fueron enjuiciadas 34 presuntas narcomenudistas, en el 2016 fueron 99, en 2017 subió a 216, y en 2018 fueron procesadas 208 sospechosas.
Entre 2015 y 2018, el número de procesadas aumentó 512 por ciento.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública estatal precisaron que de las 418 internas del centro de reclusión para mujeres, una de cada cinco llegó acusada de venta de droga.
”La realidad es que las mujeres dentro de los delitos fuertes, realmente, es en función de complicidad’’, advirtió Patricia Cerda, investigadora de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) que ha trabajado con las internas. El narcomenudeo, la venta, es todavía un delito de hombres.
”Una gran parte de los casos tienen que ver con la actividad de la pareja, hay casos donde prácticamente se les obliga”.
La activista Consuelo Bañuelos, de Promoción de Paz, quien trabaja con la población en los penales, expuso que la política de catear propiedades para combatir los puntos de venta, adoptada en 2017 y 2018 por la extinta Procuraduría, evidenció el papel de las mujeres como cómplices.
“Hubo detenidas que eran mamás, hermanas, esposas, tías de los delincuentes”, explicó y agregó: ‘’Quedan vinculadas por el hecho de estar en el mismo lugar, por vivir en la misma casa, en una casa donde hallaron droga”.
Tanto Cerda como Bañuelos coincidieron en que el mayor número de mujeres relacionadas con el narcomenudeo refleja la vulnerabilidad en la que viven sectores de la sociedad que, en general, están cada vez más expuestos al consumo de drogas.
Texto: José García / Agencia Reforma
Foto portada: Agencia Reforma
