Bajó 90% la venta de oro en Iguala debido a la violencia y al caso de los 43 normalistas, dicen joyeros

De las mil 800 joyerías que había sólo quedan unas 600, informa dirigente del gremio; Iguala, "La ciudad del oro", sigue siendo referente en la venta de oro...

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29 diciembre,2017 4:33 am
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De las mil 800 joyerías que había sólo quedan unas 600, informa dirigente del gremio

Texto y foto: Alejandro Guerrero

Iguala, Guerrero. La violencia, la inseguridad, el comercio desleal, los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa y la desaparición de 43 de ellos, provocaron la caída de las ventas de oro en Iguala entre 70 y 90 por ciento en algunos casos, ocasionando el cierre de casi la mitad de los más de mil locales de venta de oro que había.

A pesar de estas cifras Iguala sigue siendo referente en la venta de oro en el estado y el país, que le ha valido el nombre de La Ciudad del Oro, platicaron oreros con más de 30 años en el ramo y que son parte de la generación que inició la venta de alhajas en el tianguis del oro, que no eran más que vitrinas sencillas que en la década de los 80 se instalaban en el mercado municipal Adrián Castrejón, frente a la terminal de autobuses Estrella Blanca.

Uno de los joyeros que es parte del Consejo de la Crónica en el municipio, quien pidió la reserva de su nombre por seguridad, narró que fueron los artesanos de Oaxaca y de la región de Tierra Caliente, principalmente de Coyuca de Catalán, Altamirano y Arcelia quienes migraron a Iguala alrededor de 950, los del “talento” e iniciadores de la venta de oro y el trabajo orfebre. De ellos vienen artesanías de oro con pedrería, llamada Filigrana, que rápidamente aprendieron los locales.

En aquella década la venta de oro era elevada, pero su precio no era tan alto. Entonces se colocó un corredor comercial en la venta de oro con 60 locales alrededor del atrio de la iglesia. El costo del oro de 8 quilates era de 16 pesos y el de 14 quilates de entre 20 y 25 pesos.

Para la década de 1990 fue el mayor auge del oro en Iguala, unas 75 mil personas –según datos del INEGI- se dedicaban a la joyería, entre comerciantes, artesanos de los diferentes diseños y alhajas de oro y proveedores. Todas esas personas trabajaban directa o indirectamente en la joyería.

Por separado, el miembro del Consejo de Administración del Centro Joyero, Víctor Manuel Vázquez Martínez calculó que hace 20 años en Iguala había unos mil 800 joyeros, y de esos queda el 50 por ciento.

Narró que fue a mitad de la década de 1990 con el auge de la venta de oro y a raíz de la inseguridad de la época y los atracos, que se empezaban a dar los comerciantes de oro en la zona del mercado, mediante un fideicomiso entre 145 joyeros construyeron el primer Centro Joyero de Iguala en el corazón de la ciudad, en la esquina de las calles Obregón y Reforma.

Dijo que en ese periodo se firmó una minuta de acuerdos con el gobierno estatal para que no se pudiera autorizar ningún nuevo centro joyero alrededor, pero en el primer periodo de gobierno en la presidencia municipal de Lázaro Mazón Alonso (1996-1999) la minuta no fue respetada y se permitió la construcción de nuevos centros joyeros cruzando la calle, y se vendieron unas 400 licencias comerciales que en algunos casos tuvieron costos de entre 30 y 40 mil pesos.

Referente en la venta de oro en el país
Por la calidad del oro que se vendía en Iguala llegaban compradores de diferentes municipios del estado y de otras entidades del país como Veracruz, Oaxaca, Ciudad de México, Morelos, Puebla, Hidalgo y Baja California, quienes principalmente se dedicaban a la reventa de las alhajas.

El también historiador dijo que los artesanos de Iguala aprendieron rápido el arte de la elaboración de alhajas de oro, y años después el platero y artista William Spratling se llevó un grupo de ellos a Taxco, para enseñarle a las personas locales a trabajar la plata.

Víctor Manuel Vázquez agregó que la creación de más centros joyeros tanto en Iguala como en otros estados como Jalisco, Veracruz y Puebla y la entrada del oro italiano, que puso el oro más al alcance de compradores que venían de otros estados, mermó sus ventas.

La caída de las ventas
Dijo que la construcción de la Autopista del Sol no sólo afectó a otros giros comerciales en Iguala, sino también en la venta de oro, una primera caída de las ventas fue de un 30 por ciento, pues al estar ubicada en un paso obligado entre la región de Tierra Caliente y los estados del norte del país de quienes viajaban hacia Acapulco, la compra de oro era una tradición.

El alza del precio del metal y la devaluación del peso en 1995 fue otro golpe para el sector, pues los precios del oro se elevaron y se han seguido elevando considerablemente.

Al inicio de la década de 1990 el gramo de oro estaba en unos 75 pesos, con la devaluación llegó a 380 el gramo y ayer el precio de un gramo de oro de 14 quilates oscila entre los 750 y mil pesos, de acuerdo con el valor agregado de la mano de obra, aunque contradictoriamente la artesanal es la más barata.

Uno de los joyeros señaló que en 1990 un centenario costaba entre tres mil 500 y cinco mil pesos, ayer la misma moneda de oro tenía un precio en el mercado de 33 mil pesos. Una cadena de 30 gramos costaba unos 9 mil pesos hace siete años, ahora la misma alhaja llega a 26 mil pesos.

El cierre de las joyerías
A causa de la inseguridad y la violencia que ha dejado decenas de ejecutados en el municipio desde hace años, la venta desleal que algunos joyeros al vender alhajas de un quilataje menor al ofrecido, y los ataques del 26 y 27 de septiembre de 2014 y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, afectó la venta de oro entre un 70 y un 90 por ciento, en casos de joyerías con menor variedad de mercancía.

“El que Iguala y el estado de Guerrero sean considerados como de los lugares más inseguros del país, y luego con el caso de los 43 la gente ya no quiere venir”, narró uno de los joyeros.

Otro mencionó que en los años de mayor apogeo en la venta de oro en un día llegaban a vender hasta 100 mil pesos de mercancía, sus ingresos en una semana llegaban a ser hasta de un millón de pesos. Hoy la situación es distinta pues esa ganancia la tienen en semanas.

“Anteriormente la gente no cabía en el centro joyero, el espacio era insuficiente para la cantidad de gente que nos visitaba”, recuerda el empresario Víctor Vázquez al momento que pide ver ahora los pasillos vacíos y con varios de los locales cerrados.

En el centro joyero de 145 que iniciaron unos 45 cerraron sus locales, que tienen un valor de un millón y medio de pesos, cuando en sus inicios tuvieron un costo de 55 mil. Inclusive se vio que algunos están a la venta y sus dueños los ofrecen a cambio de propiedades como casas, vehículos o terrenos.

Informaron que la situación de las bajas ventas afecta en diferente proporción a los joyeros, ha pegado más a los que tienen menor capital de inversión, es decir menor variedad de alhajas. En esos casos sus ventas han caído entre un 70 y un 90 por ciento. En otros en temporadas bajas cae entre un 30 y 35 por ciento, y en este cierre de año que es considerada una de las mejores temporadas, el impacto es de 20 por ciento en comparación a las ventas que regularmente tienen, y que por medida de seguridad no abundan en cantidades de dinero.

El integrante del Consejo de Administración, Víctor Vázquez estima que de las cerca de mil 800 joyerías que había en el municipio sólo quedan unas 600 entre los tres centros joyeros de la ciudad, algunas dispersas ubicadas en el centro y otras del mercado de joyerías a un costado de la central de autobuses Estrella Blanca.

Lea toda la información en la edición de este viernes 29 de diciembre:

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