Balarezo y Lichtman, el “dream team” legal de El Chapo

Con el juicio a punto de empezar este lunes, quizás es pronto para decir si la defensa del narco ha cambiado la vida a Balarezo para bien o...

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5 noviembre,2018 6:00 am
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Con el juicio que empieza apenas este lunes, quizás es pronto para decir si la defensa del capo mexicano  ha cambiado la vida a Balarezo para bien o para mal. Pero sí se puede afirmar que la revisión de más de 340 mil páginas de documentos le ha quitado muchas horas de sueño.
Eduardo Balarezo no dudó en calificar el caso de Joaquín El Chapo Guzmán como “el más difícil” de su carrera. “Es uno de esos casos de los que están haciendo un símbolo”, dijo a la agencia DPA en su despacho del centro de Washington DC.
Allí, en el lateral de una estantería, cuelga la foto que en enero de 2017 dio la vuelta al mundo: El Chapo, esposado y entre dos agentes, en la pista del aeropuerto tras aterrizar de noche en Nueva York, extraditado por México.
Con el juicio a punto de empezar este lunes en Nueva York, quizás es pronto para decir si la defensa del narco ha cambiado la vida a Balarezo para bien o para mal. Pero sí se puede afirmar que la revisión de más de 340 mil páginas de documentos le ha quitado muchas horas de sueño. De hecho, recibir un email del letrado en mitad de la madrugada es algo normal.
También le ha restado tiempo de estar con sus dos hijos y su mujer, que no llevó bien quedarse este año sin celebrar San Valentín porque él tuvo que viajar a Nueva York para ver al presunto ex jefe del Cártel de Sinaloa.
El origen ecuatoriano de Balarezo (nació en Guayaquil en 1967 y llegó a Estados Unidos de niño) ha sido, por la lengua común, una ventaja para él y para El Chapo, que no habla inglés.
Éste no es el primer caso por narcotráfico del letrado. Entre sus clientes anteriores tuvo a Alfredo Beltrán Leyva El Mochomo. El cártel al que dan nombre esos apellidos nació de la fractura del de Sinaloa cuando fue detenido en 2008. Sus hermanos acusaron entonces a El Chapo de haberlo traicionado. Beltrán Leyva fue condenado a cadena perpetua cuando, ya avanzado el juicio en el que Balarezo lo defendía, se declaró culpable por sorpresa.
El letrado –corpulento, con la cabeza rapada y gafas– asumió la defensa de El Chapo en septiembre de 2017, relevando a los dos abogados de oficio que tuvo en los primeros ocho meses. La primera vez que se le vio en la corte, no obstante, fue en mayo de ese año, sentado entre el público. Según se supo después, ya estaba en contacto con Guzmán, que decidió contratarlo.
Gran aficionado al futbol, es conocido su amor por el Barça y su idolatría a Leo Messi. Bajo los puños de su chaqueta se ven asomar unos gemelos del Fútbol Club Barcelona a veces. En lo político, se define como liberal demócrata, que en Estados Unidos es sinónimo de progresista. Aborrece a Donald Trump, al que atiza desde Twitter: lo ha llamado “corrupto” y “traidor”. “Eres el Cerdo en Jefe”, le dijo recientemente.
Jeffrey Lichtman, el segundo letrado de Guzmán, está en las antípodas ideológicas de Balarezo. Nacido hace 53 años en una familia judía de Newark, Nueva Jersey, estudió Derecho en la escuela de leyes de la Duke University tras disgustar a su padre al abandonar el camino de la medicina después de toparse en el inicio del aprendizaje con un feto de cerdo.
Gran aficionado al béisbol, es de derechas y simpatizante de Trump. En Twitter arremete contra el ex presidente Barack Obama, los demócratas y contra todo al que considera antijudío.
Balarezo y él no se tienen mucho apego. Pero en la corte están condenados a entenderse porque Lichtman, conocido criminalista con bufete en Nueva York, se unió en agosto al equipo y pasó a coliderar la defensa. Medios estadunidenses hablaron entonces de un dream team legal para El Chapo.
Lichtman es famoso por haber librado en 2005 de la cárcel a John A. Gotti, hijo del capo de los Gambino y uno de los mafiosos más destacados en la historia de Nueva York. El juicio fue declarado nulo por la pericia del abogado y la fiscalía tiró la toalla.
Un juicio nulo es una de las pocas opciones con las que El Chapo podría evitar pasar el resto de su vida en prisión porque basta que sea declarado culpable en uno solo de los 11 cargos contra él para que el juez lo condene a cadena perpetua.
Lichtman tendría que haber entrado en el caso a la par que Balarezo. Pero la negativa de la fiscalía a garantizar que no incautará los honorarios si sospecha que proceden del narcotráfico lo mantuvo al margen. Al entrar este agosto en el caso, aseguró a DPA que el problema financiero estaba “resuelto”, sin dar detalles. “Esperamos que el señor Lichtman esté preparado para arremangarse y ponerse a trabajar”, reaccionó Balarezo.
Los honorarios han sido un problema desde el inicio. Pese a que Estados Unidos y México cifran en 14 mil millones la fortuna amasada por El Chapo –de la que no han hallado un centavo–, éste tuvo dos abogados de oficio en un inicio. A Balarezo le ha pagado gente de su entorno, cuyos nombres no ha develado, y no ha sido tarea fácil ya que Guzmán, en aislamiento, básicamente sólo puede comunicarse con sus hijas de siete años. Balarezo hizo pública en febrero una carta de El Chapo en la que pedía a su familia que le pagara.
El Chapo ante la Justicia de Estados Unidos: siete claves del caso 

Camino de cumplirse dos años de su extradición, el narcotraficante mexicano Joaquín El Chapo Guzmán se enfrenta finalmente a la Justicia estadunidense en un proceso que comenzará este lunes con la selección del jurado en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York.
La principal acusación contra él es la de manejo de organización criminal, es decir, liderazgo del Cártel de Sinaloa, el más importante en la historia de México y desde cuya cúspide, según la fiscalía, introdujo toneladas de droga en Estados Unidos.
Éstas son las claves del caso.
¿A qué se enfrenta El Chapo?
Guzmán está acusado bajo el “Kingpin Statute”, una ley federal contra grandes traficantes de droga, responsables de conspiraciones de larga duración. Contra él hay 11 cargos de narcotráfico, conspiración y lavado de dinero (hasta hace poco eran 17, pero la fiscalía retiró seis para agilizar el juicio).
Basta con que el jurado lo halle culpable en uno solo para que la pena que el juez le imponga sea el encarcelamiento de por vida. La condición de México para extraditarlo fue que no pudiera ser condenado a muerte.
¿Dónde está El Chapo?
Desde su extradición en enero de 2017, se encuentra en el Metropolitan Correctional Center, una prisión de máxima seguridad en Manhattan que ha albergado a líderes de Al Qaeda y es conocida como “el Guantánamo de Nueva York”.
Está en aislamiento en una pequeña celda de la décima planta, en la sección más vigilada. La luz no se apaga nunca en el calabozo, del que sólo puede salir una hora diaria y cuando lo visitan sus abogados o sus gemelas de siete años, las únicas autorizadas.
Durante el juicio, sin embargo, estará en otro lugar aún no develado. Su defensa alegó que el traslado a la corte, que obliga a cortar el Puente de Brooklyn e incluye una decena de vehículos y un helicóptero como escolta, le perjudica porque da imagen de peligrosidad al jurado. El juez accedió a buscar otra opción.
La gran baza de la fiscalía
La acusación centra su caso en las declaraciones de narcos mexicanos y colombianos encarcelados que testificarán contra El Chapo y, como contrapartida, verán rebajadas sus condenas. Algunos no sólo fueron socios de Guzmán, sino también amigos. “Cada uno de ellos va a estar aquí tratando de reducir sus sentencias a expensas del señor Guzmán”, se queja Eduardo Balarezo, abogado de El Chapo.
En prisiones estadounidenses hay una veintena de antiguos colaboradores de Guzmán. Con permiso del juez, la fiscalía mantiene en secreto la lista de testigos hasta su declaración para que el entorno de El Chapo no actúe contra ellos.
En el estrado se espera a Dámaso López El Licenciado, que tomó el control del cártel cuando Guzmán fue extraditado. Detenido en mayo de 2017, México lo extraditó este julio. Ha llegado a un acuerdo con la fiscalía para declararse culpable de un delito de narcotráfico en una corte federal cercana a Washington DC. También es probable que se vea a Vicente Zambada, hijo de uno de los narcos que fundaron con El Chapo el Cártel de Sinaloa en 1989.
Ninguno de los cargos de los que se acusa a Guzmán es un delito de sangre, pero la fiscalía presentará ante el jurado, en su intento de demostrar su liderazgo, un número de asesinatos de los que es sospechoso El Chapo, tanto por haberlos perpetrado él mismo como por haberlos ordenado.
La estrategia de la defensa
Algunas intervenciones de Eduardo Balarezo, uno de los dos abogados principales de El Chapo, apuntan a que podría presentarlo como mando intermedio del cártel de Sinaloa e intentar desmontar el cargo principal. Si lo logra, podría haber un efecto dominó en el resto de los cargos. “La única manera de evitar cadena perpetua es ganar el juicio”, ha dicho Balarezo a DPA.
Los números del caso
El juicio durará entre tres y cuatro meses. Fijado inicialmente para comenzar el 17 de abril de 2018, ha sido retrasado en dos ocasiones a pedido de la defensa, sobrepasada por la cantidad de documentos que ha ido entregando la fiscalía: más de 340 mil páginas y cientos de miles de conversaciones grabadas. Tres últimos intentos in extremis de lograr un nuevo aplazamiento no tuvieron éxito.
La seguridad en el juicio
El juez Brian Cogan se inclinó del lado de la fiscalía, que aseguró que El Chapo usó en el pasado “intermediarios, incluidos familiares, para amenazar a testigos potenciales”. Así, se ha protegido la identidad de testigos y también la de los 12 miembros del jurado y de sus suplentes. El jurado será anónimo y estará protegido por agentes armados.
¿Veremos a El Chapo durante el juicio?
El Chapo estará presente, pero no se tendrá ninguna imagen de él más allá de los dibujos que hacen artistas retratistas en el tribunal porque a él no pueden acceder las cámaras fotográficas ni las de televisión. Esta es una norma en todas las corte federales. Tampoco se puede pasar con grabadoras de audio.

Texto: Sara Barderas (DPA) / Foto: Mauricio Guerrero, Notimex a través de DPA. En la imagen, los abogados de Joaquín El Chapo Guzmán, Eduardo Balarezo (izq.) y William Purpura, hacen una declaración a la prensa.
https://devtest.suracapulco.mx/2018/11/04/la-caida-de-el-chapo-juzga-eu-a-un-enemigo-publico-numero-1/
https://devtest.suracapulco.mx/2018/10/31/el-chapo-de-vendedor-de-naranjas-a-cabecilla-de-un-imperio-criminal/
 
 

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