Bale, el crack de cristal

El Real Madrid pagó en 2013 al Tottenham Hotspur inglés más de 100 millones de euros aunque la cantidad real nunca llegó a hacerse oficial por el astro...

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22 noviembre,2017 11:03 am
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Madrid, España, 22 de noviembre 2017. Hubo un tiempo, no demasiado lejano, en el que Gareth Bale se postulaba como la estrella del futuro, el hombre llamado a discutir el reinado de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. Pero ahora el futbolista galés aparece muy alejado de los focos y con más presencia en la enfermería que en el campo. Es un crack de cristal.

El Real Madrid pagó en 2013 al Tottenham Hotspur inglés más de 100 millones de euros aunque la cantidad real nunca llegó a hacerse oficial por el astro de la Premier League, un jugador que avanzaba una era. Se trataba de un futbolista que había evolucionado de lateral a delantero gracias a un físico extraordinario, una velocidad de rayo y una zurda de oro.

“Quiero venir aquí a jugar mi mejor fútbol”, expresó en su presentación, a la postre un deseo rara vez cumplido.

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tenía al crack por el que suspiraba, un chico de 24 años que ilusionaba a la hinchada. Y con goles valiosos suyos ganaría en 2014 una Copa del Rey y una Liga de Campeones.

Para entonces, ya comenzaba a acumular lesiones musculares. Pero los médicos no parecían demasiado preocupados. En 2016 fue una de las grandes estrellas de la Eurocopa de Francia y se convirtió en uno de los grandes responsables de que Gales hiciera historia llegando a las semifinales del torneo continental.

Bale parecía listo para dar el gran salto a crack indiscutible. Pero todo se torció el 22 de noviembre en Lisboa, en un partido de Liga de Campeones ante el Sporting de Portugal. Una entrada de un contrario le provocó una luxación en el tobillo derecho. Se le diagnosticaron tres o cuatro semanas, pero todo se fue complicando. Luego llegaron lesiones musculares y reapariciones inconclusas. Bale se perdería prácticamente toda la temporada.

El inicio de la nueva campaña parecía idóneo para el galés, que pudo hacer una pretemporada en condiciones. Pero llegaron nuevas lesiones. Musculares, sobre todo. Y Bale fue bautizado indefectiblemente como “un jugador de cristal”.

La estadística es tozuda: en poco más de cuatro años, el futbolista galés acumula 24 lesiones y sólo ha podido jugar hasta la fecha el 55 por ciento de los partidos disputados por el Real Madrid. Ahora mismo, con una nueva lesión muscular, su presente está entre interrogantes.

“Estoy molesto porque el chico quiere estar bien, ayudar al equipo, al grupo, es el primero fastidiado”, señala su entrenador, el francés Zinedine Zidane. “Creo que va a volver como nunca; quiero que todos lo piensen así”.

El Real Madrid renuncia a emitir partes médicos con tiempos estimados de baja y la sensación de oscurantismo crece. Si su técnico, Zinedine Zidane, asegura que el jugador está “casi listo para volver”, el retorno se retrasa sin que los médicos encuentren la forma de parar el torrente de lesiones.

De tal forma que los medios ya comenzaron a alimentar el debate: ¿Debe el Real Madrid vender al futbolista a la Premier League al finalizar la temporada? Una decisión difícil para Florentino Pérez, que de esa forma admitiría el fracaso de una de sus apuestas, algo que heriría su orgullo. Ya renunció a escuchar una oferta multimillonaria del Manchester United a comienzos de esta temporada.

Mientras, su precio se devalúa y el Real Madrid acusa notablemente su ausencia. El equipo blanco renunció a fichar a comienzos de temporada un delantero a pesar de traspasar a Álvaro Morata y Mariano. La apuesta de Zidane era jugar con dos delanteros y entendía que con tres -Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Bale- la posición estaba cubierta.

El problema iba a ser en todo caso tener que dejar a uno de los tres en el banquillo. Pero el preparador francés se encontró con que el galés apenas contó durante toda la temporada por sus lesiones y nadie sabe qué disponibilidad tendrá para el futuro. Una clara merma en un equipo que además está teniendo problemas para hacer goles.

Todo es calamitoso en la vida de Bale, quien a su mala racha profesional se sumó un suceso horrible ocurrido la pasada semana, cuando conoció la noticia de la muerte de un cuñado al ser encontrado sin vida en su casa de Pernarth, una pequeña localidad a las afueras de Cardiff, capital de Gales. Otro golpe para un jugador en el momento más difícil de su vida futbolística.

Mientras tanto, Zidane reclama invariablemente lo mismo en cada rueda de prensa: “Hay que tener paciencia”. Ahora mismo, recuperar a Bale para el fútbol de primerísimo nivel parece casi un acto de fe. Es de cristal.

Texto y foto:DPA

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