Brasil entra en terreno peligroso

Gaspard Estrada   En Brasil, las semanas pasan y la catastrófica situación sanitaria continúa empeorando. En un momento en el que el número de casos de Covid-19 rebasa...

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3 marzo,2021 5:36 am
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Gaspard Estrada

 

En Brasil, las semanas pasan y la catastrófica situación sanitaria continúa empeorando. En un momento en el que el número de casos de Covid-19 rebasa los 10.5 millones de casos, y que más de 255 mil personas fallecieron a raíz del coronavirus, Brasil se encuentra en el peor momento de la pandemia, con una mayor concentración de muertes que en 2020 en varias ciudades y con unidades de cuidados intensivos cada vez más disputadas por pacientes cada vez más jóvenes. Todas las capitales brasileñas tienen una ocupación de camas en terapia intensiva superior al 60 por ciento, y en al menos 17 de ellas la tasa ya superó el 80 por ciento, según una encuesta del instituto Fiocruz, referencia en Brasil para estudios de salud. El país apunta al caos en una situación política igualmente inestable: el presidente Jair Bolsonaro se mantiene firme en su boicot a las medidas de distanciamiento, chocando constantemente con los gobernadores estatales, incluidos con sus aliados. Gran parte de los gobernadores y sus secretarios de Salud se han unido para exigir al presidente brasileño recursos para más equipamientos hospitalarios, por medidas de coordinación nacional contra la pandemia y para rechazar el discurso de Bolsonaro contra el aislamiento social. Con la población cansada del confinamiento y con el fin del programa de asistencia de emergencia para la población informal y vulnerable, nadie quiere permitirse el lujo de asumir los costos políticos y financieros de nuevos cierres en la economía por sí solo.

Pero Bolsonaro también enfrenta problemas. A raíz del fin del programa de asistencia de emergencia, llamado coloquialmente de “auxilio emergencial”, la popularidad gubernamental ha disminuido a niveles records, hasta llegar a mínimos desde la llegada de Bolsonaro a la presidencia, en enero de 2019: casi el 50 por ciento de los brasileños declaran tener una opinión negativa de su acción como jefe del Ejecutivo. Ante este escenario negativo, que se agravará en las próximas semanas y meses por la falta de reactivación económica, todo indica que Bolsonaro va a aumentar la  polarización política, en particular en contra de los gobernadores. La semana pasada el presidente mintió sobre los efectos secundarios de las mascarillas y, en un viaje a Ceará, predicó el fin de cualquier medida de aislamiento social: “La pandemia nos ha entorpecido mucho, pero venceremos este mal, puedes estar seguro. Ahora, lo que más pide la gente, y he visto en particular en Ceará, es trabajar. Este politiqueo de ‘quédate en casa, ya veremos la economía después’ no ha funcionado ni funcionará. No podemos disociar la cuestión del virus y el desempleo”, fueron las palabras de Bolsonaro. El presidente desafió a los gobernadores que instituyen restricciones al movimiento para pagar el programa con recursos estatales, afirmando que cualquier gobernador que implemente confinamientos obligatorios debe ser responsabilizado. Estas palabras dan cuenta de un sentimiento de febrilidad del ejecutivo, que tenderá a buscar el respaldo del congreso para no ser destituido y perder el poder.

Y en este caso, la experiencia muestra que los diputados pueden cambiar de rumbo en el caso de que los vientos soplen en otra dirección. En este momento, el nuevo presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco, están empoderados. Sin embargo, muy rápidamente tendrán que tomar decisiones difíciles, como aprobar – o no – el mantenimiento del programa de subsidios gubernamentales, y respaldar las iniciativas mortíferas de Bolsonaro, como la ampliación del porte de armas, en medio de una recesión económica profunda y una situación sanitaria descontrolada. Su posicionamiento sigue siendo una incógnita, aunque queda claro que si Bolsonaro logra llegar a un acuerdo con ellos, estos últimos estarán dispuestos a sacrificar a la democracia brasileña en aras de mantener sus intereses.

En este escenario cada vez más incierto, la irresponsabilidad de Bolsonaro va a causar miles de muertos, y poner en vilo el futuro de ese país.

* Director ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París

 

Twitter: @Gaspard_Estrada

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